A partir del año 1877, el decreto Amunátegui permitió legalmente que las mujeres pudieran acceder –por primera vez en la historia de Chile- a la educación superior.
Gracias a hitos como estos, años más tarde, Justicia Espada Acuña ingresó el año 1913 a la carrera de Ingeniería en la Universidad de Chile. Fue así como un 15 de diciembre de 1919, la destacada estudiante recibió su título profesional, convirtiéndose así en la primera mujer en obtener este documento, el que hoy, junto a otros escritos, es posible visualizar en digital gracias al trabajo del Archivo Bello.
Enmarcado en la XXII Convocatoria de Ayudas a Proyectos Archivísticos de Iberarchivos, la iniciativa impulsada por el Archivo Central Andrés Bello, fue una de las ganadoras, lo que le permitió con ello, la adjudicación de un aporte bruto de 9 mil 600 euros.
Titulada «Aplicación de tratamiento archivístico, conservación, digitalización y difusión de la donación del archivo personal y familiar de Justicia Espada Acuña (1893-1980). Primera mujer Ingeniera de Chile y Sud América», esta recopilación histórica ya se encuentra disponible al público aquí.
De acuerdo a las declaraciones del equipo de trabajo del Área de Información Bibliográfica y Archivística del Archivo Central Andrés Bello, integrado por Carolina Torres, Alessandro Chiaretti y Marcos Parra, la principal importancia fue dar un acceso funcional y de calidad de la colección.
“Nos llevó a crear instrumentos archivísticos que promueven el acceso patrimonial de las piezas, además de implementar su adecuada conservación para la preservación de estas piezas en el futuro. Su digitalización para poder ofrecer un acceso remoto a los materiales y así evitar su deterioro por la manipulación física e investigación en la cual se indagó acerca de la vida personal y familiar de Justicia Espada Acuña Mena”, señalaron.
Recalcando la perspectiva de género marcada en esta convocatoria, el equipo de profesionales destacó también que se hizo especial hincapié al desarrollo con enfoque de género, por lo que indica, se marcó un precedente para su aprobación.
A esto, agregan que en ese sentido, el Archivo Central Andrés Bello cumplió el rol de levantar un acervo documental especializado acerca de la historia de las mujeres, “en donde se tomaron acciones concretas para la puesta en valor de estos materiales, aportando en los procesos de conformación, custodia, conservación y acceso”.
Donación de la colección personal de Justicia Espada
Cabe destacar que el trabajo levantado por el Archivo Bello, fue posible gracias a la articulación de esfuerzos, entre los cuales se destaca la generosa donación de la colección personal y familiar el año 2019 por parte del hijo y la nieta de Justicia Espada, por parte de Millapol Gajardo y Mireya Gajardo.
En resumen, la colección cuenta con 287 piezas cuyo inventario se halla disponible en el sitio web del Archivo Bello bajo el nombre de Inventario Fondo Justicia Espada Acuña Mena, junto con una selección de objetos y libros, cuyo inventario también se halla a disposición con el título de Sección de libros y objetos.
En tanto, existe una selección de piezas digitalizadas, trabajada por el equipo del Área de Investigación Patrimonial del Archivo Central, disponible a través del sitio web del Archivo Bello, en la que destacan un corte de prensa de una entrevista realizada a El Mercurio en 1978 titulada “Las matemáticas han sido mi pasión”; un documento escrito a mano titulado “Cuaderno de corrientes Líquidas” que releva su vida como estudiante de ingeniería; el Diploma de título de Injeniero Civil de la Universidad de Chile; un poema escrito a máquina en 1963 dedicado a su nieta Mireya; y una fotografía familiar en la que se aprecian los primeros cinco, de los siete hijos de la profesional.
Para María Mireya Gajardo, nieta de Justicia Espada, como familia existe un gran momento de alegría con el trabajo impulsado por el Archivo Central Andrés Bello, “no solo por el trabajo en sí, que ha sido de gran calidad y cuidado, sino también porque nos parece que siempre es bueno conservar y difundir la memoria de quienes, de una u otra forma, como mi abuela, han aportado a la historia del país, poniendo aquello en contexto de tiempo, cultura y espacio”.