Estamos con Luisa María Rodríguez, vicepresidenta de información de Prensa Latina para hablar de la historia, la política de este gran medio de comunicación. Podemos llamar a Prensa Latina la Universidad del periodismo popular durante los años 60, tiene esta historia de ser la escuela de los periodistas del pueblo.
Prensa Latina nació en el año 1959, apenas unos pocos meses después del triunfo de la revolución, por una necesidad real que tenía la revolución en su momento, recordemos que era la época en la que no existía Internet, no existían redes sociales, la información a nivel internacional estaba monopolizada por los grandes medios occidentales de información, las grandes agencias, los grandes periódicos, y lógicamente lo que se hablaba de la revolución cubana y de lo que estaba pasando en Cuba en ese momento en ese proceso transformador era bastante limitado por un lado y manipulado por otro.
Ante esa tergiversación de la realidad de lo que estaba pasando en el país, surgió la necesidad de decirle a la gran prensa y decirle al mundo qué era lo que estaba pasando en Cuba. De ese esfuerzo nace primero la “Operación Verdad” que fue una gran convocatoria que se hizo para que vinieran corresponsales de todo el mundo para explicarles qué cosa estaba pasando en Cuba, y luego, unos meses después, en junio de 1959, se funda Prensa Latina, se publica el primer cable de Prensa Latina, un cable que estuvo fechado en Nueva York y desde entonces hasta ahora hemos seguido funcionando.
Tenemos ya más de 60 años de trabajo y hay que recordar que en los años 60 evidentemente éramos una voz única en términos de hacer un periodismo diferente, alternativo, contrahegemónico, un periodismo que estuviese al lado de las causas de los pueblos y no al lado de las causas de los grandes medios, de las grandes fortunas, del gran capital, o sea, Prensa Latina nació justo con ese objetivo, el objetivo de decir la verdad a los pueblos, aquella que los grandes medios no dicen, no decían y no dicen en la actualidad; y lógicamente contribuir a toda la emancipación desde el punto de vista de la información, contribuir a la emancipación de los pueblos, primero de Cuba, luego de América Latina, y África, Asia y todos los pueblos del mundo en general, Prensa Latina nace con esa misión de hacer periodismo alternativo.
Hay una frase de nuestro fundador qué es Jorge Ricardo Masetti -Prensa Latina se funda por la gran idea de Fidel (Castro) y lo concreta la iniciativa el comandante Ernesto Che Guevara de la mano de un periodista argentino llamado Jorge Ricardo Masetti- y Masetti decía que Prensa Latina hace un periodismo objetivo pero no imparcial, porque no se puede ser imparcial entre el bien y el mal, no se puede ser imparcial entre la justicia y la injusticia, entonces eso marca un poco el posicionamiento de nuestra agencia, siempre al lado de las causas justas de nuestro planeta.
Entonces bueno a partir de entonces hemos estado funcionando, con mucho esfuerzo fuimos creando nuestra red de corresponsales en el mundo, inicialmente en América Latina y el Caribe, ya luego en el resto del mundo. Hemos tenido lógicamente altibajos. La crisis de los años 90 nos golpeó fuerte, la crisis que vivió Cuba cuando la caída del campo socialista y se vino el período especial en la isla, golpeó fuerte a Prensa Latina y se redujo mucho su alcance, pero nos hemos ido recuperando. En la actualidad Prensa Latina está cubierta América Latina completa prácticamente, en toda América Latina tenemos corresponsales, oficinas de Prensa Latina, y en el Caribe; y en el resto de los continentes estamos en las principales capitales de Europa, de Asia, de África, con el objetivo, con la misión de informar día a día toda la información que es coherente con nuestra misión inicial. Realmente es quizás un sueño osado de Cuba, de la revolución cubana, porque no es sencillo mantener esta red de corresponsales en todo el mundo siendo una agencia que tiene su casa matriz en un país con problemas económicos serios, un país que lleva 60 años bloqueado por la principal potencia hegemónica en el mundo, con determinadas dificultades económicas que todos conocemos, eso es lógicamente lastra en cierta medida nuestras capacidades económicas. Aún así, con mucho esfuerzo con mucha austeridad y sobre todo con muchas ganas de seguir adelante y con muchas ganas de seguir haciendo realidad ese sueño, es que esta agencia ha sobrevivido y sobrevive hoy. Ha sobrevivido a la pandemia, a todo lo que eso ha significado, no hemos cerrado ninguna oficina con la pandemia, hemos seguido en las diferentes capitales en las que estamos y aquí seguimos informando y lo seguiremos haciendo cumpliendo con nuestra misión de informar y de ser fieles a las causas justas de nuestro planeta.
Los autores originales de esta idea de periodismo revolucionario eran el Che y Fidel.
Fidel en su condición de gran estratega de la revolución y gran estratega de todo lo que se hizo en esos primeros años, el rol de Fidel es indiscutible y lógicamente el vio muy claramente la necesidad de que la revolución contara con su agencia de prensa, una gran osadía tratar de emular a las grandes agencias de países occidentales que tienen mucho poder económico, pero bueno es una osadía que salió bien y que ha seguido saliendo bien y esa idea de Fidel la concretó el Che, la concretó Masetti y además, yo creo que es bueno recordarlo una vez más, se unieron muchos grandes periodistas e intelectuales latinoamericanos, de izquierda, comprometidos en un momento complicado para América Latina, porque fueron los años 60, el inicio de las dictaduras militares en muchos países y en Prensa Latina trabajaron grandes nombres como Gabriel García Márquez, Rodolfo Walsh, Jorge Timossi también argentino, o sea tenemos una gran playa de intelectuales y de periodistas latinoamericanos qué son los responsables de que Prensa Latina naciera. Hay que recordar además que abrir las oficinas de Prensa Latina en América Latina fue algo muy complicado, había persecución contra nuestros corresponsales, no se les permitía operar con facilidad y fue realmente un momento peligroso, eran acciones peligrosas que se cometían porque había persecución, no querían que Prensa Latina estuviera ahí para informar, entonces había que ser valiente, había que ser buen periodista y había que ser decidido y comprometido como lo eran todos ellos, y a partir de allí fue que surgió Prensa Latina y hemos ido tratando de darle continuidad todas las generaciones siempre siendo fieles a nuestros fundadores.
En este momento Prensa Latina tiene 35 oficinas en todo el mundo, en las cuales nuestros corresponsales hacen un trabajo fenomenal porque se escribe de todos los temas, se escribe de política, deporte, economía, cultura. Tenemos además un servicio de radio, nuestros corresponsales tributan a nuestro servicio de radio, una emisora online que tenemos, tenemos además una división de televisión y nuestros corresponsales también tributan a esa televisión, a Prensa Latina televisión; tenemos una casa editora de publicaciones periódicas con nuestro semanario insigne que es el Orbe, pero hacemos muchas publicaciones enfocadas en temas de negocios en Cuba, tenemos la revista Prisma, Cuba Internacional, algunos sobre temas económicos otros sobre temas culturales. Nuestros corresponsales también tributan a esas revistas a esas publicaciones, en fin, tenemos presencia lógicamente en redes sociales y hacemos un trabajo muy fuerte para armonizar nuestra misión inicial y lo que hemos hecho durante 60 años con las nuevas exigencias que tiene el periodismo en la actualidad que tiene mucho que ver con estar arriba de las nuevas tecnologías, estar arriba de las redes sociales, de Internet. Es una lucha tremenda, esa es nuestra misión hoy, armonizar lo que hemos sido con lo que tenemos que hacer para el futuro actualizarnos, modernizarnos y renovarnos cada día.
Me gustaría hablar de un tema que hemos enfrentado que son las guerras mediáticas que han desarrollado en nuestro continente, me gustaría hablar mencionar este caso de la guerra mediática que fue desarrollada durante los meses previos al referéndum constitucional, una guerra mediática a favor de la opción de la derecha que realmente construyó un mundo paralelo, tratando de convencer a la gente que esta Constitución iba a cambiar la bandera del país, el nombre del país, mediáticas en un solo paquete de bombas informativas, pero por otro lado el tema del Código de las Familias aquí en Cuba -que fue un cambio constitucional- y aquí también hubo una guerra mediática contra el Código de las Familias, contra el gobierno cubano, llamando a la abstención o a la opción no, pero al final aquí triunfó la razón que fue la verdad. ¿Qué tipo de medidas y estrategias mediáticas aplicaron ustedes aquí para combatir toda esta ofensiva?
Yo creo que Cuba se mantiene permanentemente bajo una guerra mediática. Fue por el Código de la Familia pero puede ser por cualquier otro tema. Cuba lógicamente es un foco de la región a la cual se le atiende mucho y reitero por cualquier razón se hace una guerra mediática. Las guerras mediáticas no son nuevas, simplemente con la existencia de las nuevas tecnologías, de nuevos soportes para la difusión de la información adquieren nuevas dimensiones, dimensiones mucho mayores. Hoy existen las redes sociales que tienen una alcance la verdad que incalculable, el alcance de las redes sociales es incalculable, no es posible mesurarlo y eso da capacidad a quienes tienen más posibilidad de estar en las redes sociales de controlar lo que circula por las redes de sociales, de difundir las informaciones más inverosímiles en muchas ocasiones. Hay un viejo principio de la información que dice que una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad y yo creo que ese es el núcleo central de las guerras mediáticas, agarrar una mentira o tergiversar alguna información y convertirla en una mentira y repetirlo muchas veces hasta que la gente la asuma como una verdad, y con la dimensión que tienen las redes sociales se convierte en una caja de resonancia en la cual algo pequeñito alcanza unas dimensiones tremendas, y entonces de esa manera nos pueden digamos armar un campo minado de mentiras y esa es la guerra que se lanza a procesos como los de Cuba, como los que vive diariamente Cuba.
En el caso del Código de la Familia, era tan evidente la intención de tergiversar lo que estaba pasando, porque cómo es posible que estamos hablando de un Código de la Familia que va a darle derechos a las personas -estamos hablando de derechos que existen en otros países, en países occidentales- el derecho de las personas al matrimonio igualitario, a la adopción, incluso el Código de la Familia tiene muchas cuestiones que tienen que ver con la modernización de los derechos familiares, que tienen que ver con ampliar los derechos de las personas mayores, de los niños, de las personas más vulnerables en la sociedad, de los discapacitados, entonces son cosas realmente muy nobles, con una carga de humanismo indudable, y sin embargo estuvieron bajo el foco de la guerra mediática, o sea estas cosas buenas se silenciaban y buscaban algunos puntos que podrían ser un poco más polémicos y sobre ellos se montaban y sobre ellos se formaban las grandes tergiversaciones y las grandes manipulaciones con el objetivo lógicamente de incidir y de dirigir el voto hacia la opción negativa. ¿Qué hicimos nosotros? Yo creo que puedo hablar sobre Prensa Latina que tiene bastante experiencia, ahora se llaman fake news y todos hablamos de las fake news pero durante toda la vida ha habido información falsa que circula y Prensa Latina tiene una determinada experiencia en contrarrestar fuentes, porque estamos trabajando hace 60 años, sabemos cómo contrastar fuentes, saber quién tiene que decirme qué, o sea, si tengo una información saber de dónde viene esta información para yo estar segura de su legitimidad y Prensa Latina tiene lógicamente una experiencia en eso, y esto nos ayuda a no irnos con información falsa, sino con la información verdadera, información real y lógicamente crear nuestra propia agenda, no dejarnos llevar por la agenda de los otros, nosotros creamos nuestra propia agenda, nosotros decidimos qué queremos hablar, qué puntos del Código de la Familia nos interesa resaltar, qué puntos nos interesa resaltar y sobre esa agenda nosotros montarnos, eso yo creo que es un punto importante, no dejarnos llevar por la agenda de los otros, por la agenda de los que nos están haciendo la guerra, sino crear nosotros nuestra propia agenda, no ir nosotros digamos a la defensiva sino ir nosotros siempre a la propuesta nuestra.
Sobre los médicos cubanos, en la media corporativa están presentados como un tipo de intervención cubana en los asuntos de los países, están como agentes de inteligencia o por el otro extremo dicen que los médicos cubanos trabajan como esclavos. Hacen ver que los médicos cubanos abandonan su misión y se van a EE. UU. ¿Qué medida han aplicado para resistir?
Es tremendo, realmente es tremendo, porque el humanismo de las misiones médicas cubana no tiene comparación. Los médicos cubanos han ido a países a hacer un trabajo digamos sistemático a través de acuerdos intergubernamentales, a llevar salud a países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, de manera permanente, pero han ido también a responder a situaciones de desastre tremendas como el terremoto en Pakistán, el ébola, ahí estuvieron nuestros médicos cubanos arriesgando la vida. Ahora, con la pandemia nuestros médicos cubanos estuvieron en decenas de países de diferentes continentes, no solo en América Latina, estuvieron en Europa casi que por primera vez, en Italia, estuvieron en Andorra, ayudando a llevar salud a las personas. No hay mayor humanismo que ese, qué más podemos pedirle a un país como Cuba, un país subdesarrollado, un país bloqueado, un país con las dificultades que todos conocemos y Cuba lo hace. Entonces decir que están tratando de denigrar a estas misiones médicas yo creo que es algo que cae por su propio peso, las personas, los que han sido beneficiados de las misiones médicas qué son millones de personas en todo el mundo, pueden atestiguar que los médicos han ido a los países a llevar salud no a hacer otra cosa, a llevar salud, y decir que están yendo como esclavos, ¿qué médico ha ido obligado a algún lugar de esos? Ninguno, los médicos van voluntariamente y van además a cumplir misiones de un riesgo tremendo, ponen en riesgo su salud. Los médicos se fueron a África al ébola, pusieron en riesgo su salud, tuvimos un médico que enfermó de ébola y se le dieron todas las atenciones necesarias en coordinación con la OMS; el médico logró sobrevivir al ébola y cuando sobrevivió al ébola lo querían traer para Cuba y él dijo que no que el regresaba después de pasar el ébola, a seguir, a terminar su misión, o sea qué esclavo hace eso, no es posible hablar de un esclavo en esas condiciones, entonces sí es cierto que en determinadas misiones médicas hay médicos que deciden tomar otros caminos, es la vida, son miles de médicos los que salen cada quién es responsable de sus decisiones, pero la mayor parte de los médicos la inmensa mayoría ha cumplido a cabalidad su misión y ha regresado a su país a seguir trabajando como médico en Cuba, entonces realmente hablar mal de las misiones médicas es de verdad una mentira que cae por su propio peso y nosotros en Prensa Latina siempre hemos estado lógicamente acompañando desde el punto de vista comunicacional e informativo todas esas misiones, las misiones que han tenido carácter permanente, las que han tenido carácter temporal para una situación específica, las misiones que tienen que ver por ejemplo con la oftalmología, la misión que tiene que ver con las operaciones de cataratas, esa misión le ha devuelto la luz de la visión a millones de personas en todo el mundo, en América Latina y en países de otros continentes, entonces de verdad que nosotros desde Prensa Latina hemos estado honrados de poder darle un seguimiento, un acompañamiento a sus médicos y esos profesionales cubanos que han hecho de verdad una misión tremendamente valiente y humana.
¿Qué mensaje tiene usted para los periodistas qué intentan hacer ese trabajo de periodismo popular?
Es un poco difícil digamos un mensaje un poco más general de lo que yo podría decirle a mis colegas que tratan de hacer un periodismo por el bien de nuestros pueblos y por el progreso de nuestros pueblo, es probablemente nunca perder de vista la misión, nunca perder de vista cuál es la misión y el porqué hemos escogido este tipo de periodismo, estar siempre a la viva porque el mundo cambia muy vertiginosamente, las realidades en nuestros países cambian muy vertiginosamente a veces eso puede un poco mover los frentes. Hay un cantautor español, Ismael Serrano, que dice que los frentes no están claros, entonces hay que tener claridad de dónde están nuestros frentes, eso a veces es un poco difícil, lleva mucha información, estar siempre leyendo, viendo lo que pasa en nuestros países, en el mundo, para estar un poco alertas de todo lo que se nos pueda venir arriba, tratar de adelantarnos a lo que viene, tratar de tener la mente el pensamiento en el futuro y qué puede ser importante en el futuro para la gente, para nuestro pueblo. Y una cosa que para mí es muy sencilla pero para mí es básica, caminar y agarrar el transporte público. Cuando uno es periodista no creo que podamos ser periodistas de taxi ni de auto, cuando queremos responder a la gente, tenemos que caminar, hay que caminar las calles de nuestros países, escuchar, ver a las personas, cuando uno va a América Latina y uno ve a las personas cómo viven en las calles, cómo se ganan la vida en las calles, esa es la gente por la que nosotros hacemos periodismo. Hay que caminar, ver y escuchar a la gente en la calle, y ver y escuchar a la gente en el transporte público, el transporte público para mí es una escuela, siempre en todos los lugares a los que he ido yo agarro el transporte público, porque para conocer un país hay que montarse en el bus, o en el metro, o en el tranvía, o en lo que haya, hay que ir con la gente de pueblo que se levanta por las mañanas a trabajar y a ganarse su dinero y a ganarse su pan hay que escuchar a esa gente.