Salud mental: ¿Cómo recuperar el cuerpo y la mente en las vacaciones?

Detenerse a pensar lo que realmente queremos hacer con nuestros días libres, dormir bien, mover el cuerpo, tomar agua, acercarse a lo natural y apagar el celular son algunos de los principios básicos para lograr la desconexión laboral total y reponerse física y mentalmente durante estas vacaciones.

Salud mental: ¿Cómo recuperar el cuerpo y la mente en las vacaciones?

Autor: Absalón Opazo

¿Cómo recuperar la mente en vacaciones? ¿Cómo lograr desconectarse, recargarse y estar bien físicamente para enfrentar otro año en pocas semanas?

La respuesta es simple, pero requiere valorar este tiempo libre como un momento necesario no solo para disminuir el estrés psicológico del trabajo, sino también como una oportunidad para que el cuerpo pueda reencontrarse con lo natural. Y lo natural es dormir, moverse, el agua y los alimentos naturales, plantean los especialistas de la Universidad de Chile. 

Los principios básicos son: mover más el cuerpo, hidratarlo más y acercarlo a la naturaleza ¿Cómo llevamos esto a la práctica? Para activar lo físico, caminar, explorar más el entorno, correr, y si es posible nadar.

En cuanto a la hidratación, beber más agua que bebidas o jugos artificiales. Y respecto de la alimentación, evitar los excesos con el alcohol -usual en vacaciones- y nutrir el cuerpo con alimentos saludables, como frutas, mariscos y pescados, en el estado más simple y lo menos procesados posible. 

«Es como darle la oportunidad al cuerpo para que esté en contacto con lo que necesita, que es lo natural. El cuerpo no está hecho para las cosas procesadas. Y así como queremos liberarnos de lo artificial, como el computador, la oficina y el aire acondicionado, tenemos que tratar de acercar nuestro cuerpo a lo que sí le es natural, que es el agua, la naturaleza, el viento, a moverse, a alimentarse de comida no procesada, ni empaquetada, ni de larga duración», explica la Dra. Karin Papapietro, médico especialista en Nutrición Clínica del Hospital Clínico de la U. de Chile.

Salud mental 

En cuanto a la salud mental, el psicólogo Sebastián Castillo, de la unidad de Psicología de la Clínica Quilín de la misma casa de estudios, dice que para sentirnos distintos hay que hacer cosas distintas.

En esta línea, entrega cuatro recomendaciones para lograr desconectarse y recuperarse: reflexionar y definir los objetivos para las vacaciones, desconectarse efectivamente del trabajo, destinar tiempo para dormir bien, y usar las vacaciones para descansar más que para solucionar pendientes. 

El primer consejo es reflexionar y definir los objetivos para las vacaciones. Preguntarse ¿qué quiero hacer con mis días libres? ¿viajar, conocer, estar en casa? Y en función de los objetivos, tomar lápiz y papel para definir una pauta y estructurar actividades diarias, considerando los tiempos para el descanso, pero también para el favorecimiento y fortalecimiento de los vínculos significativos y el goce individual.

«Tiene que ser pensado, no al azar tipo ‘hoy empezaron mis vacaciones, no sé qué voy a hacer’, sino que de verdad asumir que tengo que sacarle provecho a los días libres y para eso es necesario reflexionar y definir los objetivos reales. Es vital planificar y bajarlo al papel. Hacer el ejercicio de escribir lo que quieres es muy recomendable», sostiene el psicólogo.

«Si las vacaciones son en pareja, con hijas o hijos, o en familia, hay que incluirlos en la reflexión», añade Castillo.

El segundo punto es desconectarse efectivamente del trabajo: «Los dispositivos tecnológicos y el acceso a Internet también son un factor de estrés en la medida que impiden una desconexión total de las labores, pues al mirar el celular lo más probable es que llegue alguna notificación del correo o de los chats laborales. Es imposible desligarse así», advierte el especialista en salud mental.

Por lo mismo, aconseja lo que se conoce como ‘apagón digital’ para favorecer el descanso: «Borrar WhatsApp o el correo del trabajo mientras estoy de vacaciones o apagar los datos móviles son estrategias simples y efectivas. Y si yo soy el jefe, dejar que los trabajadores descansen y no contactarlos», enfatiza. 

Viña del Mar: Playa Acapulco (foto archivo)

La tercera consideración es disponer de tiempo para dormir bien. Destinar la mayor cantidad de horas de sueño posible para recuperarse de las madrugadas y el déficit de tiempo de descanso que significan los días laborales.

«Este punto es trascendental, pues en general dormimos mal y pocas horas. Con mayor razón si el trabajo implica postergar diariamente las horas de sueño, madrugar constantemente, acostarse tarde y realizar las actividades de la vida cotidiana constantemente cansado. La recomendación, entonces, es descansar, dormir y cuidar el sueño. Si no, volveré al trabajo con la misma sensación de agotamiento total», argumenta el psicólogo.

El cuarto consejo es usar las vacaciones para descansar más que para solucionar pendientes. Gran parte de las y los trabajadores destinan los días libres para realizar trámites que no pueden hacer por los horarios de la faena, como ir al médico, al dentista, tomarse exámenes, arreglar la casa, etc.

«Si en el trabajo no te dan permiso para llevar a tu hijo al médico, se entiende que se usen las vacaciones para eso, pero no puede ser que tu semana libre la gastes en trámites de lunes a viernes. Es una mala idea que no favorece el descanso y la recuperación, pues se viven como tareas similares al trabajo. El tiempo libre debe ser priorizado para actividades recreativas y de descanso, como salir con amigos, pololear, compartir en familia, etc.», reitera el especialista. 

El cuerpo también necesita un respiro 

En esta misma línea, la Dra. Papapietro, directora del Centro de Tratamiento Integral de la Obesidad y Enfermedades Metabólicas del HCUCH, plantea que lo primordial es comprender que las vacaciones son un tiempo valioso no solo para descansar la mente, sino que también para recuperar el cuerpo, que sufre con las exigencias físicas del trabajo.

«Si uno intenta sugerir que junto con mejorar el estado psicológico podríamos aprovechar de mejorar nuestro estado físico, lograríamos grandes mejoras. Y esto es simple de concretar, sencillamente acordándose de hidratarse más, por ejemplo», señala la especialista. 

Asimismo, más que sugerir una alimentación saludable, que está asociada al prejuicio de que cuesta más, es mejor asociar la idea a «hidrátate más y evite los excesos», indica la nutricionista, bajo la premisa de que las vacaciones son precisamente para liberarse de los deberes.

«Y cuando pueda elegir, optar por alimentos más naturales. Porque cuando uno ya a la persona le empieza a hablar de que coman más verduras y más frutas, usted entra en la rutina de la recomendación de todo el año. Y eso está inconscientemente asociado a una obligación», agrega la especialista del Hospital Clínico de la U. de Chile.  

Otro consejo es tratar de evitar comer ultraprocesados u otras comidas poco saludables, que son tan propias de la época del trabajo y del apuro, y aprovechar que tenemos más tiempo en vacaciones para acercarnos a los alimentos más naturales. Y eso significa reemplazar el pollo con papas fritas de la semana por pescados o mariscos en el estado más natural posible, o de privilegiar frutas y verduras.

«Eso le digo a mis pacientes, en vez de ponerles una regla o una dieta, que son conceptos que están prejuiciados. En este momento, la invitación es a reconocer que es un momento no solo para la mente, sino también para el cuerpo», plantea la Dra. Papapietro. 

Moverse

Finalmente, los especialistas recuerdan que moverse es otra forma beneficiosa de disfrutar las vacaciones: no como se hace ejercicio en el gimnasio, por ejemplo, porque eso también está asociado a un deber. Se trata de aprovechar el tiempo y tomar caminatas, o respirar aire puro.

«Darse la oportunidad de activarse, sea caminando por el barrio, corriendo en la playa, subiendo un cerro, lo que sea. Lo más importante es invitar a pensar que estos momentos beneficiosos no son solo para el estrés psicológico, sino que también es una oportunidad para el cuerpo de encontrarse con lo natural. Y lo natural es moverse», concluye la Dra. Papapietro.

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