En los últimos años se ha registrado un aumento de delitos cibernéticos, entre ellos el llamado “phishing”, que consiste en el robo de información confidencial a través de plataformas digitales, la que se utiliza principalmente para cometer estafas monetarias.
“Debido a la pandemia por COVID-19, todos los servicios y el comercio tuvo que evolucionar y “subirse” a Internet. Esta fue la manera de seguir accediendo a estos servicios, lo que fue aprovechado por los delincuentes aumentando al doble o al triple este tipo de delitos”, explicó Rodrigo Bustamante, jefe de Seguridad Digital de la Universidad de Talca.
“El phishing es una técnica que utilizan los ciberdelincuentes para tratar de engañar a las personas, a través de un correo electrónico ofreciendo ofertas maravillosas para que la gente entregue sus datos, principalmente de tarjetas de crédito o transferencia de dinero”, explicó.
Prevención
Para evitar este tipo de fraudes, existen algunas simples medidas que se pueden adoptar y que dificultarían el acceso a la información delicada.
Lo primero es mantener la confidencialidad. “No compartir nuestros datos privados a nadie, incluso a los que conocemos, porque no sabemos quién está al otro lado del dispositivo que se está conectando”, precisó.
Por otra parte, Bustamante llamó a ser críticos a la hora de analizar un correo electrónico. “Desconfiar de correos que nos lleguen mal escritos, con faltas de ortografía, con imágenes que nosotros relacionamos con otros productos o servicios. Cuando nos llega eso, tenemos que descartarlos inmediatamente”, recomendó.
“Nada se regala, entonces cuando le llega una oferta con precios irrisorios, hay que rechazarla o al menos dudar y tratar de investigar un poquito”, recalcó.
Procedimientos para las víctimas
En caso de haber caído en alguno de estos engaños, el académico recomendó el cambio de claves por unas más seguras. “Hay muchas herramientas gratuitas y de fácil acceso que nos permiten generar contraseñas robustas, que van a dificultar a los delincuentes descifrarlas. Una clave debe contener números, caracteres especiales, letras mayúsculas y debe tener un largo, a lo menos, de 8 a 10 caracteres”, señaló.
Cuando la estafa ya se concretó, es fundamental alertar a las instituciones correspondientes. “Debemos comunicarnos con nuestro banco para que bloqueen los servicios. Una muy buena práctica, está en revisar nuestra cartola todos los días, para detectar movimientos que no corresponden”, explicó.
Por otra parte, debemos concurrir a la Policía De Investigaciones (PDI), quienes, a través de la Brigada de Cibercrimen, pueden investigar este tipo de delitos, lo que deja un precedente para presentar a las entidades bancarias y hacer uso del seguro contra fraudes, en caso de tenerlo, refirió una nota de prensa.
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