Los linces se enfrentan a una peligrosa extinción en Francia, con apenas una población de entre 120 y 150 especies adultas, a menos que se hagan esfuerzos inmediatos para protegerlos, advierten los investigadores.
La diversidad genética de los grandes felinos es tan baja en Europa que está destinada a extinguirse localmente en los próximos 30 años, en el caso de que no haya una intervención urgente.
Los conservacionistas del Centro Athenas, un centro de protección de la vida silvestre en el este de Francia, recolectaron 88 muestras de ADN de linces heridos, muertos o huérfanos entre 2008 y 2020 y pudieron analizar 78 para formarse una imagen de la salud genética de la población.
Los resultados revelaron una falta alarmante de diversidad genética equivalente a solo 38 animales y un nivel devastador de endogamia, con dos linces en apareamiento que ahora tienen muchas probabilidades de estar estrechamente relacionados.
Nathan Huvier, autor del estudio dijo que “la falta de diversidad genética puede reducir la aptitud de los individuos, generar enfermedades y reducir la capacidad de los individuos para adaptarse a los cambios ambientales”, por ende, una población que presentaba esas características “no era capaz de evolucionar” siendo vulnerable al colapso.
Como depredador ápice, el lince era una especie clave en el ecosistema local, dijo Huvier. Una forma de reforzar la diversidad genética de la población era introducir más linces de grupos más sanos, como los de Suiza o Alemania. Pero tales proyectos de introducción eran políticamente difíciles, dijo Huvier.
“Queremos que este trabajo apoye la acción para la conservación del lince”, dijo Huvier. “La reintroducción, la sustitución de linces cazados furtivamente y el intercambio de linces huérfanos entre centros de acogida son las mejores soluciones a corto plazo para que esta población siga con vida, y le dará la oportunidad de desarrollarse y conectarse con otras poblaciones en Europa”.
Los investigadores quieren ver una aplicación estricta de las leyes sobre caza furtiva y señales de tráfico que adviertan a los conductores sobre la presencia de linces para reducir el número de muertos por el tráfico, reseña The Guardian.