Si no sabes qué hacer con el bono de 40 lucas o con el aumento del 3,7% del salario mínimo tengo una oportunidad de negocio que sugerirte: los bancos. Así como lo lees. En los EEUU están liquidando,-y tomo la palabra en su acepción de terminar, poner fin, acabar-, los bancos. No saben qué hacer con ellos.
Un consorcio que compró el BankUnited de Florida pagó solo U$ 900 millones para hacerse con más de U$ 12 mil 700 millones de activos, ¡una ganga! Y por si fuese poco, la Corporación Federal de Garantía de Depósitos (FDIC) se hace cargo de la mayor parte de las pérdidas. Lo dicho, no saben qué hacer con los bancos.
La FDIC (federal deposit insurance corporation) acaba de cerrar otro banco en Wyoming y las quiebras en el curso de este año suman 53. Casi nada si lo comparas con el crac de 1929 que vio quebrar más de 4 mil bancos en un solo fin de semana, pero esto es solo el comienzo.
Pasa que el sistema financiero está saturado con activos podridos y créditos irrecuperables. Para eso el imperio puso en marcha el programa TARP, -troubled assets relief program-, que es una especie de nacionalización de las pérdidas, pagaderas con dinero público. Y cuando el Estado Federal ha pagado el pato de la boda, pone en venta los activos por dos chauchas.
Otros bancos, los demasiado grandes para quebrar (too big to fail), reciben dinero del Estado Federal y en vez de utilizarlo para reactivar el crédito, como era el propósito primero, encontraron dos mejores ideas para gastárselo: comprar los bancos quebrados a precio de huevo y seguirle pagando millonarios bonos a sus ejecutivos. No un bono en plan Bachelet, sino bonos en serio. Un banco reservó 20 mil millones de dólares para ese generoso propósito.
Para que veas a qué punto los ejecutivos yanquis son divertidos, la consulta de 115 gerentes financieros puso en evidencia que el 58% esperaba que el dinero que el Estado le da a los bancos sirviese para comprar otros bancos, y el 40% para pagarles su remuneraciones y bonos.
Para eso sirve el dinero público, el de los contribuyentes que los yanquis llaman tax payers. Y a pesar de algunas aniñadas del “negrito que no sabe nada”, los grandes bancos se siguen saliendo con la suya. Por eso, cuando te cuenten que la crisis está por terminar, agarra tu bono y vete a comprar un banco en los EEUU.
Los bancos británicos no van mejor, la Chabela debe estar inquieta. La especulación con créditos acordados a clientes insolventes generó un hoyo (en Chile: evento) gigantesco, una diferencia de 800 mil millones de libras esterlinas entre los créditos y los depósitos, o sea casi el 50% del PIB de Gran Bretaña. La nada misma.
Más o menos la mitad de ese hoyito fue cubierto por el Estado británico a través del UK’s Special Liquidity Scheme and Credit Guarantee Scheme.
Por si no lo sabías, los bancos prestan dinero que no tienen, crean dinero ex nihilo, a partir de la nada, y más encima te cobran intereses. Los fondos propios son tan ridículos frente a la masa de dinero que prestan que basta con que 2 a 3% de sus clientes declaren su insolvencia para que el banco se vaya a la tonga da mironga do cabuleté (traducción disponible en la embajada de Brasil).
En el caso de los rosbifs, el dinero que puso el Estado contribuye a recapitalizarles, a restablecer el ratio establecido en Basilea que exige que el banco tenga en fondos propios al menos el 8% de la plata que representan los créditos que acuerda. Pero el Chancellor of Exchequer, o sea el Velasco de los rosbifs, debe recuperar ese billete a más tardar en el año 2012.
De aquí al 2012 los bancos británicos deben haberse recapitalizado con plata propia, o con inyecciones de capital externo. Todo hace pensar que no lo lograrán. Para eso debiesen aumentar la masa de créditos que acuerdan para ganar más plata. Pero ocurre, justamente, que siguen saturados con créditos de clientes insolventes y no tienen muchas ganas de relanzar el crédito aumentando con ellos el riesgo. ¿Captas?
El Barclays, con tal de no ver entrar en su capital al Estado británico, prefirió obtener recursos externos provenientes de inversionistas de Qatar y Abu Dhabi. Por 3 mil millones de libras esterlinas dichos inversionistas obtuvieron algo mejor que el equivalente en acciones preferenciales: la garantía de ser remunerados durante 10 años a una tasa fija del 14%. ¿Qué tal?
Si en el curso de estas apasionantes reflexiones oyes decir que los bancos chilenos no tienen estos problemillas, que su situación es sólida, que los chilenos somos la rehostia y ese tipo de celebración de carnaval, debes saber que el hundimiento del sistema financiero planetario le debe mucho a las colocaciones especulativas de alta rentabilidad, high yield le llaman los que saben.
Ahora bien, justamente, al presentar su Reforma del Mercado de Capitales el 8 de agosto de 2008, Andrés Velasco se quejó amargamente de que en Chile no existe mercado high yield… y por eso quiere crearlo con el MK III.
Este tipo es un genio: quiere crear precisamente lo que derribó el sistema financiero yanqui. Por eso te doy el dato: agarra tu bono de 40 lucas e invierte en la banca. Te lo doy firmado.
Por Luis Casado