Jaime de Aguirre asumió la tarde de este viernes como ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, reemplazando a la antropóloga Julieta Brodsky Hernández, quien se desempeñó por un año en el cargo.
Titulado como ingeniero de sonido de profesión, en la Universidad de Surrey, Reino Unido, de Aguirre posee una trayectoria principalmente ligada a la TV.
En 1991 fue designado como director de programación de TVN, puesto que ocupó hasta 2002. Ese mismo año y hasta 2015 asumió como director ejecutivo de Chilevisión.
En 2016 pasó a Canal 13 donde se desempeñó como director de programación por tan solo seis meses.
En diciembre de 2016 fue designado como director ejecutivo de TVN y a fines de 2018 renunció en medio de las crisis del canal estatal.
Investigado por el caso SQM
Un episodio que marcó su vida profesional se produjo en 2015 mientras era director ejecutivo de Chilevisión, ya que fue citado a declarar como imputado ante el Ministerio Público y el Servicio de Impuestos Internos (SII) como parte la arista SQM del Caso Penta.
Las indagatorias apuntaban a una serie de facturas que de Aguirre emitió el 2009, a través de la sociedad La Música SPA, a la minera no metálica por un monto de 45 millones de pesos.
Según los antecedentes, de Aguirre como dueño de La Música SPA emitió facturas a cuatro empresas, una de ellas la vapuleada Soquimich, las que posteriormente habrían sido pedidas por sus superiores en momentos en que el canal privado pertenecía al empresario y ex presidente, Sebastián Piñera, quien justamente se encontraba en medio de su segunda campaña presidencial.
Además, durante la investigación de la arista SQM fue despedido como director ejecutivo por Turner (en ese entonces propietario de Chilevisión).
De hecho, durante la emisión del programa Tolerancia 0 de Chilevisión, el periodista Fernando Paulsen indicó que de Aguirre le solicitó aclarar que fue Time Warner quien pidió al ejecutivo que se desvinculara. “Jaime fue despedido. No fue una renuncia (voluntaria), le pidieron la renuncia”, detalló.
De Aguirre afirmó en esa ocasión que era una «desafortunada coincidencia» y sostuvo a la Fiscalía que dichos documentos correspondían a pagos de la minera no metálica en forma de bonos de parte de Bancard, la matriz de inversiones de Piñera.
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