Giorgio Boccardo Bosoni, Subsecretario del Trabajo de Chile, sociólogo y doctor de en Ciencias Sociales, autor de la tesis doctoral “Conflictos y trabajo en el Chile neoliberal (1973-2019). Fisonomías, prácticas y subjetividades laborales en grandes empresas de servicio», es un estudioso del mundo del trabajo que fue director de la Fundación Nodo XXI, y que hoy lleva adelante una agenda desde la cartera encabezada por la ministra Jeannette Jara que logra avanzar en el parlamento.
El Subsecretario del Trabajo de Chile, al igual que el presidente de Chile Gabriel Boric, la ministra Vallejo, el ministro Grau, fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECH , entre el 2006 y 2017 como hombre clave del movimiento político SurDA.
En su visita a El Ciudadano, el político e intelectual, entrega una serie de datos útiles para las trabajadoras y trabajadores del país, como también para empleadores, recomendando informarse en https://subsidioalempleo.cl/ y nos adelanta en relación al sueldo mínimo en Chile que para “el mes de abril, vamos a iniciar las conversaciones, pero el compromiso que nosotros establecimos como Gobierno, es por lo menos, alcanzar los 500.000 pesos como indicador del salario mínimo”.
A su vez y ante la necesidad de fortalecer el sindicalismo en Chile, país donde menos del 10 % de los trabajadores negocia colectivamente, Boccardo señala “nosotros sabemos que hay que avanzar en derechos laborales colectivos, más allá de la empresa y en esto la ministra Jara ha sido bien enfática en señalar que durante el primer semestre de 2023, vamos a trabajar en un proyecto de negociación multinivel, que también lo haremos en diálogo tripartito con las distintas partes y esperamos que, a fin de año, eso fue un compromiso que hicimos con la central de trabajadores, que hubiese un proyecto de ley que vaya más allá de la empresa, y que permita fortalecer la acción sindical, y que también permita procesar la conflictividad laboral”.
Por Bruno Sommer Catalán
-Subsecretario, durante las próximas semanas van a haber anuncios que están orientados a la recuperación productiva, con (los ministerios de) Economía, Hacienda y Trabajo. ¿Nos puede dar una primicia al respecto?
Estamos trabajando en ayudas que busquen incentivar la contratación, sobre todo pensando que hay sectores que van a demorar un poco más de tiempo. Estamos muy preocupados por la zona turísticas que se vieron afectadas, a lo mejor no directamente, pero fruto de los incendios van a tener dificultades para recuperar las actividades durante estos meses.
A través del Ministerio de Agricultura, se están preparando medidas en apoyo a las cooperativas, por ejemplo. Muchas zonas rurales que son pequeñas.
Estamos haciendo un catastro para llegar con las ayudas de la manera más precisa posible, para que, en vez de llegar con ayudas generales, ter ayudas específicas para cada sector.
Esta etapa de catastro será importante para que nosotros como Estado podamos responder de manera más efectiva en las próximas la semana, así como va a haber un esfuerzo para la reconstrucción definitiva de vivienda, también nos interesa apuntalar la reconstrucción productiva de tres regiones del país, que se vieron afectadas de distintas maneras.
-¿Cómo están los niveles del desempleo en el Chile actual?
–Durante el 2022, fue un año complejo para la economía, por razones internas y externas, hemos vivido un ciclo inflacionario, además con una ralentización de la economía, y durante el último trimestre móvil octubre-noviembre-diciembre, se alcanzaron tasas del orden 7,9%, en un año calendario hubiera un leve aumento de desocupación.
Al mismo tiempo, también hay más personas que están ocupándose en el mercado laboral, y si bien el 2023 va a ser un año difícil y que estamos ajustando también políticas públicas, hemos visto una recuperación en los puestos de trabajo en el sector forma.
Muchas mujeres pudieron recuperar sus puestos de trabajo, que se perdieron durante la pandemia, sobre todo por las dificultades de conciliar cuidados y trabajos remunerados, sin embargo, tenemos algunos déficits de recuperación de empleo en mujeres y jóvenes, que son dos poblaciones que tiene mayores dificultades.
Es por ello que tenemos desplegados dos políticas públicas: El IFE Laboral, que apunta a los nuevos empleos formales, con énfasis en mujeres jóvenes y adultos mayores.
-Existe un beneficio que han diseñado para mujeres y jóvenes ¿Cómo funciona?
–Desde el inicio de nuestro gobierno, a partir de los problemas de empleo y mercado laboral que se produjeron la pandemia, una de la crisis más grande de empleos que tenemos memoria se activaron dos herramientas que hoy se mantienen vigentes.
Uno es el IFE Laboral, donde también en subsidioalempleo.cl tu accedes, y si tienes un nuevo contrato de trabajo, vas a tener, si eres mujer, joven o mayor de 55 años, vas a tener un subsidio de hasta 300.000 pesos durante tres meses a tu salario, y además, para las personas que tengan hasta tres ingresos mínimos mensuales.
Para toda una población que tiene sueldos tanto bajos como medios, van a poder acceder a este subsidio.
-¿Contrato nuevo a qué se refiere?
–Por ejemplo, tu estuviste desempleado un par de meses, tuviste un contrato ahora en febrero, tu postulas al IFE Laboral, se revisan tus datos, que hayas estado desempleado, y se activa al mes siguiente el subsidio.
La única limitación es que tengas un ingreso de hasta tres ingresos mínimos, es el tope.
En el caso de las madres, de los padres, que hoy requieran un apoyo para insertarse en el mercado laboral, hay un segundo subsidio que se llama “Protege”, que si tú tienes hijo o hijas menores de cinco años, por cada hijo o hija que tengas, y tienes un nuevo puesto de trabajo o estás en un emprendimiento formal, puedes también acceder a un subsidio de 200.000 pesos por cada carga, por tres meses.
Una herramienta que busca ayudar a las madres, que muchas veces tienen dificultades para conciliar el trabajo remunerado, con el trabajo de cuidados, que en la mayoría de las veces no es remunerado
-¿Esto opera para quienes tienen un trabajo? ¿También emprendimiento?
–En el caso del subsidio del IFE es solo para aquellos que tengan un trabajo asalariado formal y con este tope. En el caso de madre y padre, este es un subsidio para los que tienen un trabajo asalariado formal o bien un emprendimiento formal.
En el caso del “Protege” no hay tope de ingreso, es universal, por lo tanto, todo padre o madre que tenga hijos menores de cinco años, podrán acceder este beneficio, que puede, por lo menos tres meses, darle un alivio a esta persona.
Todos los subsidios laborales a los que se pueden acceder están en www.subsidioalempleo.cl
Los subsidios están orientados para estimular la contratación de mujeres, en empleos formales, esta es una medida que ayuda en esta dirección.
-Proyecto 40 horas. Ese es el nombre, pero sé que involucra mucho más que reducir la jornada laboral a 40 horas. Esto está pasando al Senado, y se revisaría y se vería en marzo. Si todo va con los tiempos, esto se completará en 2028, pero será progresivo ¿Cómo se tiene pensado la implementación?
–Esto es un proyecto emblemático, que comenzó en 2017, con la actual ministra Vallejo, y la diputada Kariola, que presentaron esta moción de reducir la jornada de 45 a 40 horas. Sin embargo, durante toda la tramitación, que nosotros realizamos como gobierno, primero incluimos esta demanda como programa.
Pero este es un proyecto que viene presidido por dos procesos de diálogos: uno social, en donde dialogamos con sindicatos, empleadores de todo el país, organizaciones regionales, porque la jornada laboral es muy diversa, porque es distinto en una oficina de lunes a viernes, de una faena minera, en un hospital, en una forestal, o el trabajo de casa particular, por lo cual implicaba distintas modificaciones al código del trabajo.
Este proyecto básicamente, tiene cuatro ejes que me gustaría destacar: El primero es que reduce la jornada laboral, de todos los trabajadores afectos al código de trabajo. Este año vamos a estar trabajando en el empleo público para llegar a las 40 horas.
Hicimos una innovación que permite conciliar de mejor manera trabajo y vida familiar. Se aprobó en la comisión de trabajo del senado las bandas horarias, que va a permitir si tienes un hijo o hija, puedas ingresar un poco más temprano o tarde a tu lugar de trabajo, para conciliar por ejemplo con el colegio.
Puedes acumular horas extras, hasta cinco días al año, y cambiarlo por u día al médico, cambiarlo poder un día administrativo, y poder hacer otros tipos de trámites, que muchas veces en tu trabajo no tienes tiempo.
Tercero: apoyo a las pymes. Las pymes tenían los temores porque a ellos les iba a costar más reducir la jornada laboral.
Finalmente incorporamos distintas medidas de adaptabilidad, que es lo que va a permitir que puedas trabajar 4×3, trabajas de lunes a jueves y siempre tienes un fin de semana largo.
Acotar el famoso artículo dos, inciso segundo, para que no tenga un uso tan amplio, y personas que establecen jornadas, que llegan en las mañanas, y tiene una jornada más o menos regular, no se le pueda aplicar este artículo.
A una persona que no tenga horarios regulares, seguirá aplicándose el artículo 22.
Incorporamos algunos derechos laborales sindicales, donde las personas que estén sindicalizadas, van a poder negociar una jornada que promedie 40 horas, pero en vez a la semana, al mes.
Entonces una semana, trabajes máximo 45, otros 35, pero eso va a requerir el acuerdo con las organizaciones sindicales donde existan.
Esto significó un trabajo de diálogo social muy activo, que permitió que este proyecto llegara con muchos acuerdos al senado, y después un diálogo político con los senadores, para que pueda ser aprobado con unanimidad en la comisión de trabajo y previsión social en el Senado, que no es común y hay que destacarlo.
Es un contexto que nos ha costado mucho llegar a acuerdo, es un proyecto ciudadano, que la ciudadanía está esperando.
Nuestro diseño es el siguiente. En marzo entra en la Sala del Senado, posteriormente, pasa a tercer trámite en la cámara, y una vez que se apruebe, nosotros esperamos que, a fines de abril, para nosotros sería muy bonito de promulgarlo el 1 de mayo.
De ahí viene una reducción gradual, el primer año una hora, el tercer año dos horas, y el quinto año dos horas. Hay muchas empresas que se están anticipando, y están reduciendo la jornada laboral a 40 horas, a los que le cueste más tendrán esta gradualidad, y también algo que nos parecía muy responsable, en término de un año 2022-2023 complejo en lo económico, es que las empresas, sobre todo las pequeñas, tuvieran más tiempo para solo adaptarse.
El sello 40 horas, ya llevamos 400-450 empresas que ya adoptaron una jornada de 40 horas, más de 1.500 solicitudes y nosotros creemos, que si nosotros hemos dado este periodo máximo de cinco años, es muy probable que estas empresas avancen en 40 horas de manera mucho más rápido que contempla el tiempo de ley.
-¿Nivel de sindicalización en Chile? ¿Proceso de negociación colectiva? Tengo conocimiento que menos del 10% de los trabajadores de Chile negocian colectivamente ¿Cómo se abordará este tema?
-Si bien en los últimos años ha habido leves aumentos de la tasa de sindicalización, sobre todo en la sindicalización de mujeres, por ejemplo, en el sector comercio, salud; donde hay mayor participación de mujeres, las tasas siguen siendo bajas y por eso hay un desafío enorme como país, para avanzar en un modelo de negociación colectiva mucho más robusto.
Como ministerio quisimos comenzar con prácticas concretas, y todos los proyectos que hemos presentado, como el alza al salario mínimo – la negociación con la CUT –, las medidas de apoyo a los distintos mecanismos de subsidio, las indicaciones que hicimos en 40 horas, el proyecto de pensiones, y otros siempre lo hemos trabajado de manera tripartita.
¿Qué significa? Nos juntamos con la central sindical, y otros organismos sindicales, con las pymes, y promovemos que lo que le gobierno proponga tenga un acuerdo tripartito.
Hay sectores, por ejemplo, del transporte, nunca había diálogo empleador-trabajadores. Hicimos una propuesta de 40 horas, que a ninguno le gustó, se tuvieron que poner de acuerdo, se sentaron y ellos nos trajeron una propuesta. Este diálogo tripartito genera conversaciones, en un país donde no hay una cultura de diálogo tripartito, empleadores-gobierno-trabajador.
Dicho esto, nosotros sabemos que hay que avanzar en derechos laborales colectivos, más allá de la empresa y en esto la ministra Jara ha sido bien enfática en señalar que durante el primer semestre de 2023, vamos a trabajar en un proyecto de negociación multinivel, que también lo haremos en diálogo tripartito con las distintas partes y esperamos que, a fin de año, eso fue un compromiso que hicimos con la central de trabajadores, que hubiese un proyecto de ley que vaya más allá de la empresa, y que permita fortalecer la acción sindical, y que también permita procesar la conflictividad laboral.
Que se tengan mecanismos institucionales, donde las partes buscan acuerdos, tiene sus diferencias legítimas, donde esto ha ido avanzando, tiene sociedades con menos desigualdad, donde el conflicto laboral se procesa, y donde también alcanza mayores niveles de productividad, para nosotros es una práctica donde Chile tiene que avanzar, esperamos que al trimestre de 2023 podamos presentar un proyecto al país.
Lo estamos trabajando, porque existen muchos modelos donde se puede avanzar. Hay niveles sectoriales, de ramas, hay modelos como Uruguay, donde tienen Consejo de Salario y cada sector productivo, negocia su alza de remuneraciones bases.
Hay distintos modelos y lo más importante es que construyamos un modelo que se ajuste a la práctica y cultura sindical y de negociación que también existe en Chile. De momento estamos revisando experiencia comparada, estamos viendo en qué sectores, te vuelvo a colocar el ejemplo de la minería, donde hay negociaciones permanentes, a veces con conflicto, a veces dialogada, pero donde hay una cultura de negociación permanente.
-¿Está más abierto el mundo empresarial en estos diálogos tripartitos?
–Para volver al ejemplo de las 40 horas. Cuando este proyecto lo presenta la ministra Vallejo, le hicieron caricatura, se dijo que sería el acabose para el país, que la productividad se iba a ir a pique, y tres años después te encuentras con sectores empresariales y te dicen ‘¿Sabes qué? Parece que tenemos que reducir la jornada laboral’, que es relevante para volver a reconstruir nuestro contrato social después del 2019.
Con la discusión de pensiones, que quizás va a ser un poco más compleja, comienza a haber un cambio en la conversación, y nos hace pensar que hay espacios para avanzar en reformas. Esto no significa que estemos siempre de acuerdo, por supuesto en algunos puntos no vamos a llegar a acuerdos, y eso es parte de la democracia y el parlamento tendrá que resolver.
Tengo la impresión que en los últimos dos años, la experiencia de la pandemia, y este modelo tripartito que hemos instalado en el ministerio, creo que ha venido ayudando a construir confianzas mínimas que, independiente de las diferencias que tu tengas, tenemos que ponernos de acuerdos mínimos.
40 horas es un ejemplo, pensiones también va en esa dirección, y esperamos que estas conversaciones de multinivel también están ahí.
Como te decía. Esto ocurre en todos los países desarrollados del mundo, no es una innovación que estemos trayendo de Marte y creemos que los países que aspiran a alcanzar un modelo de relaciones laborales más equilibrados, independiente de la fórmula específica, tienen que tener un modelo de negociación más allá de la empresa.
– Subsecretario ¿Qué es para usted un trabajo decente?
-Para nosotros el trabajo decente, es por un lado mínimos fundamentales de derechos que tienen que estar en las relaciones laborales, que van desde derechos laborales individuales, seguridad social, autonomía sindical, actualmente el último principio fundamental que la OIT incorporó dentro de su carta de navegación, tiene que ver con la salud y la seguridad en el trabajo.
Son elementos mínimos, que cualquier país democrático tiene que incorporar en sus relaciones laborales.
Pero también es una práctica, y lo hemos adoptado como una forma de propender a un modelo de relaciones laborales que dialoga.
En este contexto, estos principios que son derechos fundamentales reconocidos a nivel internacional, tienen que guiar un nuevo modelo de relaciones laborales, que en algunos casos las empresas se abren a incorporar algunos elementos y otras que cumplen con lo mínimo que establece el Código Laboral.
De ahí que también haya que hacer reformas, porque hay ciertos estándares que hoy día estamos al debe, y que, por lo tanto, creemos que estas reformas que estamos empujando desde el ministerio van a permitir reducir esas brechas y hacer que el trabajo sea una experiencia que no sea lo único que dedicas tu vida.
La experiencia de la vida cambió mucho la experiencia de lo que era trabajar, y creo que todos nos cuestionamos un poco el modelo de jornadas hiperextensas, donde no teníamos tiempos mínimos de descanso, donde estabas dos-tres horas en un transporte público para llegar a tu casa.
Hay un cambio en la conversación, que hace que estos principios que tienen muchos años en la OIT, hoy en día no aparezcan como elementos que van a causar el acabose del mundo laboral, sino que, por el contrario, son estándares mínimos que como país tenemos que alcanzar y creo que en eso también hemos sido capaces de instalarlos como principios básicos, derechos fundamentales que la persona debiera tener por el hecho de estar en un trabajo.
-El salario mínimo ya está en 410.000 pesos, pero la inflación, el IPC ¿Vamos a ver este 2023 un nuevo reajuste del salario mínimo?
–El año pasado avanzamos en una negociación con la CUT que nos permitió el alza más grande que ha tenido el salario mínimo en lo que se ha tenido en los últimos 29 años, pasando de 350.000 a 400.000 pesos en dos tramos y que tenía un gatillo en el caso de que la inflación estuviese sobre los siete puntos a enero reajustarse a 410.000.
En esa negociación se incorporaron elementos adicionales. Uno un mecanismo que permite ir compensando el alza de la canasta básica de alimento, y por lo tanto, a todas las familias que reciben los subsidios únicos familiares, o las asignaciones familiares, todos los meses le está llegando un complemento por carga por el alza de la canasta básica.
Hubo otro elemento que es para las pymes, que el alza del salario mínimo por sobre la inflación, estuviera cubierto por un subsidio también del Estado.
Este año nosotros, por el mes de abril, vamos a iniciar las conversaciones, pero el compromiso que nosotros establecimos como Gobierno, es por lo menos, alcanzar los 500.000 pesos como indicador del salario mínimo, pero en el fondo, estamos proponiendo es que el salario mínimo, estuviera por sobre encima de la pobreza, eso es un umbral ético, y habrá que discutir cómo se llegará a esa meta.
Por abril vamos a discutir con la central nuevamente, cuál será el reajuste. innovando en estos aspectos que van más allá del guarismo, sino construir con políticas públicas más permanentes.
Vamos a seguir defendiendo que nuestra mejor política salarial es la negociación que tenemos con la central, que creemos que es una política muy efectiva para combatir las desigualdades.
-¿Qué hay de la mano calificada del trabajo para los desafíos del futuro, como por ejemplo el litio?
–Desde que asumimos como gobierno, esto también con un diálogo con Hacienda y Economía, planteamos que Chile y el mundo en general, está atravesando transformaciones que son de las más importantes que se han vivido en las últimas décadas, la transformación digital, la transformación socioambiental, que nos exigirá estándares muchos más exigentes, el cambio demográfico con la inserción de más mujeres en el mercado laboral.
Ante esos desafíos nosotros tenemos que tener respuestas. Nosotros estamos modernizando el sistema de intermediación laboral, que implica capacitación en herramientas laborales, certificación de competencias.
En el 2023, reactualizamos nuestra política de intermediación laboral, con Cense y Chile valora, con el objetivo de fortalecer la certificación en materia digital, pero también nuevos oficios que manejan energías renovables.
Chile está atravesando una transición, y tenemos un plan, para el 2030 del cierre de una serie de centrales a carbón, eso va a implicar nuevos desafíos en materia de hidrógeno verde, y otros tipos de producciones que van a requerir de oficio calificado que puedan administrar estas nuevas tecnologías.
Las empresas también se están incorporando en la reducción de emisiones, por lo tanto, el tipo de profesionales y técnicos vinculados en esa materia será creciente.
En enero se lanzó una nueva agenda de productividad, y ya nosotros esperamos, además de los nuevos perfiles, que estamos calificando en Chile Valora, seguir avanzando, no solamente pensando que vamos a tener, a veces uno se imagina que vamos a tener puros programadores especialistas en programación para trabajar en gigantes tecnológicos; sino que hasta una digitalización de un proceso productivo, de una bodega en un supermercado, requiere que esos mismos operarios, hoy día manejen herramientas digitales.
Por lo tanto, cuando tu introduces estas nuevas competencias en materia digital, en materia socioambiental, en realidad estás atravesando todo el mercado laboral, y en ese sentido nosotros tenemos que fortalecer, todas esas herramientas, y hay que decirlo que tanto en brechas digitales, como en materias – por ejemplo – de conocimientos en inglés, que hoy en día es una habilidad muy requerida para desempeñarse en este tipo de materia, o estas competencias para la nueva industria minera, o de energías renovables, nos está requiriendo muy aceleradamente este tipo de competencias.
Hay algunos déficits, por ejemplo, en transporte, construcción, también en algunos sectores donde tenemos que ir apurando el tranco, en ese foco estamos, porque son políticas que no tienen visibilidad como 40 horas, o pensiones, pero van a ser centrales para que nuestra fuerza laboral, no quede tecnológicamente desempleada.
-La diferencia salarial que existe entre una misma empresa, que en Chile en el mundo transporte, puede llegar a ser de uno a 142. Algo que también que se da en el mundo público. Las diferencias salariales entre el mundo privado y público ¿Cuánto cree que debe ser la diferencia salarial en nuestro país?
–Cuando uno discute sobre brechas salariales, no solamente está discutiendo sobre materia económica, sino que sociedades muy desiguales, tienen enormes dificultades para legitimar sus instituciones democráticas, por lo tanto, cuando estamos hablando de desigualdades salariales, estamos hablando de democracia. Las personas se desafectan de una herramienta tan importante que tiene que ver con instalar sistema de seguridad social, reformas tributarias que te permite distribuir de mejor manera, herramientas de política pública, que justamente permite hacerse cargo de esas brechas.
En segundo lugar, en Chile, tenemos brechas, que están explicadas por tipo de calificación, y otras por razones de género. La brecha hoy en día está entorno a los 21 puntos, si bien en Chile hay una ley que tiene ciertos estándares que exige igualdad salarial entre hombres y mujeres, no se cumple.
Hay distintas medidas que puedes ir incorporando para la reducción de brechas salariales. La primera es aumenta el salario mínimo, esa es una política que tiene un efecto en las brechas salariales importante.
El alza en cada persona puede ser de poco, pero un millón de personas entorno del salario mínimo, mejoras el salario de un conjunto importante de personas.
Segundo, las negociaciones colectivas. Las empresas, los países, las sociedades que tienen estos mecanismos de negociación colectiva, tienden a redistribuir mejor sus riquezas.
Sistemas tributarios menos regresivos, medidas por lo menos específicas, de royal u otro que permita también, que la desigualdad se reduzca a nivel regional.
Hoy día, la desigualdad regional, quizás es tan importante como la desigualdad general en Chile. Tienes dos-tres regiones que se llevan una parte importante del PIB, y otras donde no llegan ningún tributo. Ahí tenemos una discusión importante que dar.
Cuando discutes desigualdades, tiene que ver con reducir las brechas y te permite también tener sociedades más democráticas, más robustas.
En el caso de la mujer, efectivamente, hay una brecha que se ha mantenido de manera estructural. Esto lo puedes observar en los puestos menos calificados, donde tú vas a encontrar brechas, o bien en un sector donde participan mujeres, el efecto es que inmediato el salario se devalúa, pero incluso, más paradoja, cuando tú tienes más calificación laboral, a nivel universitario, la brecha salarial es mayor.
Uno podría pensar que, si esa persona tiene más calificaciones, deberían ser brechas menores.
-¿Por qué esta brecha con las mujeres?
–Básicamente, porque existe hoy en día, las mujeres cargan con trabajos de cuidados, mayoritariamente. Se tienen que hacer cargo de los hijos o de las hijas.
A nivel del código laboral, por ejemplo, el empleador, si estás en una empresa que tiene 20 mujeres o más, a cada una le tiene que pagar, un derecho a sala cuna, o bien cuando una mujer se embaraza, ahí aplica el postnatal, por lo tanto, hay una serie de elementos, que la no existir medidas de corresponsabilidad donde la carga de los trabajos se distribuya de igual manera, y los costos entre hombres y mujeres, finalmente hace que para el mercado laboral las mujeres tengan un costo mayor y que los empleadores, lo estiman, y por lo tanto establece estas desigualdades de género.
Entonces, en término de agregados, como te decía, una mejor política salario mínimo, negociaciones más robustas, políticas públicas que busquen reducir esas brechas, a través de mecanismos redistributivos, derechos sociales, sistemas tributarios más progresivos, pero en el caso específicos de las mujeres, hay que avanzar en políticas de corresponsabilidad que permitan finalmente que el costo, de la crianza, no recaiga en un género en particular, y que eso después se exprese salarialmente en una brecha.
Es ahí como nosotros como Gobierno estamos instalando los primeros pasos de lo que se podía considerar un sistema nacional de cuidados que, por los volúmenes de costos, requiere de 10-12 años, para su desarrollo pero que son fundamentales, para que esa desigualdad de dos personas que tienen las mismas calificaciones, el mismo puesto, las mismas características de empleo, después veamos que tienen 20-25 puntos de brechas salariales.
Es un punto que tenemos que atacar con fuerza, no tiene una solución fácil, porque tiene raíces bien estructurales, y tienes que atacar distintos focos, y que una década tu puedas ver esos cambios.
Para terminar le diré algunas palabras y conceptos , usted me responde con lo primero que piense
Código del trabajo: Derecho mínimos fundamentales
Desigualdad: Flagelo contra la democracia
Clotario Blest: Un gran sindicalista y parte del corazón de todos los chilenos.
Por Bruno Sommer