El autor acaba de publicar su último libro “Los Mapas del tiempo”.
El escritor, publicó en enero pasado su octava creación literaria; una novela cuya trama comienza en 1915 en una estancia Magallánica, donde un joven inmigrante ruso se engancha para burlar a los agentes de la Germanenorden -una cofradía precursora del nazismo-, que se quiere apoderar de las antiquísimas cartas de su antepasado Ingvar “El Viajero”, que revelan la existencia de unos insólitos mapas que podrían cambiar el curso de la primera guerra mundial y reescribir la historia de la humanidad.
¿Cómo definirías esta nueva novela que publicaste en enero último?
– Es una novela de aventuras, que atraviesa los siglos a través de los primogénitos de una familia rusa que finalmente se ve obligada a emigrar a Chile huyendo de sus perseguidores.
¿Y cómo nace esta nueva novela dentro de tu historial creativo?
– Se cimenta en lo general, en el eje temático de mi novela “Hilos de fuego” autoeditada el año 2010, que amplié reescribiéndola completamente, para enfatizar las vivencias de los inmigrantes europeos y sus descendientes en el sur austral de Chile, durante el ascenso y apogeo en nuestro país del pangermanismo y posteriormente el nazismo en la primera mitad del siglo XX.
¿Y, por qué elegiste el género de la aventura para tratar un tema tan complejo y controversial como la presencia nazi en Chile?
– Porque me permite una gran flexibilidad argumental para tratar la presencia del partido nazi alemán -NSDAP- en Chile, que fue integrado y apoyado masivamente por los inmigrantes alemanes y sus descendientes en todo el país, especialmente desde Concepción al sur hasta la región de Magallanes, donde Punta arenas se erige como el imán geográfico de esta historia.
– ¿Y, por qué en Punta arenas transcurren la mayor parte de los sucesos de esta novela?
– Puesto que, esta ciudad era a principios del siglo XX una metrópolis cosmopolita con una gran población inmigrante, que en su mayoría provenía de los países beligerantes que intentaron dominar el transito marítimo en el estrecho durante las dos guerras mundiales, con la colaboración de sus ciudadanos afincados en Magallanes y sus descendientes, ya sea mediante el espionaje o derechamente proveyendo de alimentos frescos, repuestos y combustible a los buques de sus respectivas armadas, Tal es el caso de la asistencia de la colonia germana de Punta arenas y Puerto Montt al afamado crucero Alemán SMS Dresden, tras la batalla naval de Las islas Malvinas.
¿Y Puerto Edén en plena Patagonia, cómo encaja en toda esta historia?
– Es un contrapunto a la visión eurocéntrica del relato, al incorporar la presencia de los canoeros Kawéskar en la ficción novelística, para describir la interacción de este pueblo originario con el puesto aeronaval fundado por la fuerza aérea de Chile en 1937 en Bahía Edén, donde más tarde se asentarían pescadores chilotes, dando paso a la inevitable asimilación cultural de sus primeros habitantes con los chilenos.
-… Y, también al mestizaje.
-Inevitablemente. Lo cual, también se encarna en los pequeños primos patagones del primer protagonista, que son hijos de su tío Mikhail y Xoshem, una Aonikenk pampina.
– Como también es mestizo el hijo del primer protagonista…Iván Dragomir Andrade.
-Efectivamente- Y, es este Iván quien en 1941 continua la saga junto a su singular parentela de Puerto Edén, para encontrar las milenarias “Cartas de Ingvar” ocultas por el tío Mikhail, antes que lo hagan los alemanes que los acechan liderados por Fritz Poltz, el antagonista principal en Chile.
– Ante la evidencia de tanto personaje masculino, ¿Cuál es el rol de las mujeres en toda la historia?
– Ellas tienen un papel fundamental y casi omnipresente a través de Minerva -la regenta del “El Olimpo”, el más célebre de los prostíbulos de Punta arenas-. Así como de la misma Xoshem. Pues ambas matriarcas se constituyen en una bisagra temporal entre el pasado y el presente, que permiten el entramado de sucesos históricos y ficticios reflejados en la novela.
– Ahora bien, aprovechando que ya has mencionado a varios personajes de tu novela. ¿hay alguno con el cual te identifiques?
– No en particular, pues creo que el escritor es el pequeño dios creador de cada personaje. Por lo tanto, hay algo de mí en todos ellos, ya sean hombres, mujeres niños o viejos.
– Pero, atendiendo a que el protagonista es un inmigrante ruso arribado a Punta arenas, que además se llama Iván, al igual que tú. ¿No existen reminiscencias de tu propia familia en la novela?
– Sólo en las características de personalidad de los personajes protagónicos, que me retrotraen a mi abuelo nacido en Puerto Montt y, que vivió con su familia en la calle Chorrillos cerca de Angelmò, antes de emplearse de caballerizo y jinete de carreras en Osorno, donde también comenzó a boxear en peleas oficiales y clandestinas, para después enrolarse en la marina mercante en su derrotero previo a llegar a Santiago, para dedicarse a la sastrería y la costura cuando estaba en casa, porque salía mucho a tocar con su banda a locales nocturnos y fiestas con su inseparable violín.
– ¿Entonces, podríamos suponer que ese violín era el de Iván, el protagonista de la novela?
– Aquel era el violín de mi abuelo.