Señala la historia -sea ella precisa o no con relación a los Idus de marzo, en el año 44 AC en la Roma imperial, en ese entonces regida por Cayo Julio César– que ciertos senadores y activistas políticos, se confabularon con el objeto de eliminar físicamente a César del escenario político romano. Acción consumada en la Curia del Teatro de Pompeyo, donde la daga de su hijo adoptivo, Marco Junio Bruto, también se hundió en el cuerpo de Julio César. El mito consigna, que en pleno magnicidio, César habría pronunciado la frase “¿Et tu, Brute? Expresión en latín que significa ‘¿Tú también, Bruto?”. Versión inmortalizada en la obra “Julio César” de William Shakespeare.
Recordé dicha historia, al recibir la llamada de un amigo quien me preguntó “¿Leíste las declaraciones de José Miguel Insulza?” –senador chileno por la región nortina de Arica y Parinacota. Le contesté que no, que hace mucho tiempo no sigo a este personaje, que en los últimos 34 años ha sido parte de los núcleos del poder en Chile, ya sea como parlamentario o ministro de estado en diversas carteras. Abogado y político profesional, ex militante democratacristiano, ex integrante del Movimiento de Acción Popular Unitaria –MAPU– posteriormente militante del MAPU Obrero y Campesino y desde el año 1985 activo dirigente del Partido Socialista.
Además, Insulza ha sido subsecretario de relaciones exteriores bajo el mandato del ex presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle, para convertirse, posteriormente, en canciller y ministro secretario general de gobierno bajo el mismo mandato. Con el gobierno de Ricardo Lagos Escobar, asumió la responsabilidad de la cartera de Interior. Tras el fin del gobierno de Lagos fue elegido secretario general de la Organización de Estados Americanos –OEA, el conocido ministerio de colonias de Washington–. Terminada su gestión en dicho organismo –cargo que ejerció por una década– vuelve a Chile, donde en el gobierno de Bachelet II lo nombran agente por la demanda marítima de Bolivia contra Chile ante la Corte Penal Internacional. Hoy, lo encontramos con un sillón senatorial por una región, en la cual nunca vivió antes de asumir el cargo.
El Panzer, como se le conoce en la arena política, ha sabido mantenerse en la cresta de la ola a pesar de crisis, de la escasa imagen de confianza en el parlamento e incluso actuaciones, como aquella que significó su trabajo como ex ministro de relaciones exteriores del gobierno del ex presidente Eduardo Frei, para traer a Chile al ex dictador, Augusto Pinochet Ugarte, quien estaba detenido en Inglaterra por orden de captura internacional emitida por el juez español Baltazar Garzón. Con vergüenza vimos cómo el fallecido general, responsable de la muerte de miles de chilenos y chilenas, retornaba al país después de un año y cinco meses de detención en Inglaterra y descendía del avión en silla de ruedas, levantándose de ella apenas pisó la losa del aeropuerto. En forma ladina y desvergonzada al alzarse de esa silla, presentada como prueba de consideración humanitaria para lograr su regreso a Chile, mostró su absoluto desprecio a la justicia. Lo hizo como siempre, burlándose de las víctimas, sus familiares, los millones de chilenos que despreciaban su presencia y del mundo que observó pasmado cómo los mismos que se supone sufrieron los rigores de la dictadura, permitían su regreso a Chile y con ello la prueba de impunidad frente a sus crímenes. Ese es mi recuerdo de José Miguel Insulza. ¿Decepción? En lo absoluto, no es posible sentirse desalentado de alguien en quien jamás se confió.
Insulza repite las exigencias de la derecha
Me di el trabajo de leer las declaraciones dadas por Insulza y ese llamado grosero efectuado al Presidente Boric para pedir disculpas por declaraciones efectuadas, en su época de parlamentario, con relación a Carabineros de Chile –fuerza policial militarizada– y así entrar en una conducta política oportunista, que gira y bambolea según sea la orientación del viento político. Una veleta sacudida por brisas, ventarrones y tormentas. Hoy, que el tema de seguridad despierta pasiones desbordadas y entre sheriff municipales, que derriban las que denominan “narcocasas”; parlamentarios que exhiben placas de comisarios del viejo oeste, llamando a combatir el crimen con mano dura; alcaldesas que ignoran la violación a los derechos humanos cometidos por carabineros en el estallido social. Y como ello aparece dando réditos ante la “opinión pública”, entonces se asume como una tarea por concretar y resulta difícil no sumarse a la corriente imperante. El senador Insulza –igualito que la derecha más cavernaria- le manda recados al Presidente por la prensa, conminándolo, ante una interrogante periodística respecto a que si Gabriel Boric debiese ofrecer disculpas a Carabineros por sus declaraciones en el contexto del estallido social, a que pida perdón. Obviando deliberadamente con ello todo contexto que obliga a considerar.
No es nuevo esto en Insulza; ya en octubre del año 2022 ante el medio electrónico de derecha Ex Ante declaró textualmente, respecto a cierto cambio de tono de las autoridades de gobierno y el propio Presidente Boric con relación a Carabineros de Chile “¿Hay una tensión entre este discurso y declaraciones que en su momento han hecho autoridades de gobierno en contra de Carabineros en sus cuentas en redes sociales? Ciertamente –sostiene Insulza- hay un problema y, probablemente, van a tener que tener más cuidado de no nombrar en el Metro a un señor que llamó a saltarse los torniquetes, pero la verdad es que eso se produjo en un momento bastante complejo para el país y, por tanto, no sería tan rápido para juzgarlo. Pero, hay que tener cuidado. No sólo hay que hacerse responsable, sino que excusarse por esos mensajes”(1).
Hoy, en marzo del año 2023, el llamado del senador socialista a pedir disculpas, se sustrae del contexto y expresa, en forma simbiótica, la misma idea que nace desde la oposición con las palabras del parlamentario por Ñuble, Gustavo Sanhueza, jefe de la bancada de senadores de la ultraderechista tienda política, Unión Demócrata Independiente –UDI– quien ante palabras del mandatario chileno respecto a que “Vale la pena reflexionar respecto a nuestras actuaciones en el pasado” (2) se lanza, junto a los suyos, cual ave de rapiña ante la presa, para sostener que “Es un buen primer paso del Presidente Boric, pero insuficiente. Para que estas señales tengan coherencia, es de vital importancia que el propio Presidente de la República en representación de su gobierno y de toda su coalición, pida disculpas públicas a Carabineros”(3).
Lo sintomático de estas palabras expresadas por Sanhueza es que provienen de militantes y representantes de la UDI, partido sostén cívico de la represión, cómplices de los crímenes cometidos por la dictadura cívica-militar y que hasta el día de hoy defienden, a brazo partido, a su fallecido general, sin que exista la petición de perdón a las miles de víctimas ni que apoyen la exigencia que se conozca el paradero de los detenidos desaparecidos. Los desmemoriados exigen, demandan, instan e interpelan con un doble rasero que indigna, pero callan y han callado frente a nociones y práctica de verdad, justicia y reparación, que para este sector y seguidores simplemente son letra muerta.
Sin contexto alguno y refiriéndose incluso a la figura de un perro negro, denominado popularmente como Matapacos, Insulza señala – “¿Qué es esto del perro “Matapacos”? Yo cuando lo vi me causó horror; esas cosas deben estar sancionadas a mi juicio” (4). Posteriormente, el ex canciller Insulza afirmó, ante radio Infinita, sin interrupción alguna de su clásico tic nasal, por el tema disculpas de Boric: “yo efectivamente creo que eso está pendiente. Esto requiere que digan ‘yo me equivoqué, en realidad esto no debí hacerlo nunca’” (5) puntualizó el horrorizado Panzer, sin que el necesario recuerdo histórico le hiciera temblar la barbilla. No hay diferencia alguna entre la UDI e Insulza, no hay contexto alguno de quien se supone tiene formación política suficiente, para entender los procesos sociales en su momento, oportunidad y situaciones que permiten un análisis más allá del oportunismo. 2.067 años después los Idus de marzo se presentan de estampida, con todas las aprensiones que tal hecho demanda, pero que simbólicamente muestra la confabulación mediática, en este caso, de un grupo de senadores, dispuestos a asesinar la imagen del mandatario chileno. Un magnicidio simbólico, por supuesto, de esta adaptación siglo XXI de la versión Sanhueza, Insulza y otros de los Idus de marzo liderado por los senadores romanos Cayo Casio, Marco Junio Bruto y Décimo Junio Bruto.
El Senador Insulza, el Panzer –en alusión a aquellos tanques del nacionalsocialismo, que no se detenían ante nada- pertenece al Partido Socialista, tienda política con numerosos cuadros políticos participando de la administración del Estado en el gobierno del presidente chileno Gabriel Boric. El senador expresa con sus palabras, la conversión, la palabrería vana, descontextualizada, donde aquello que se afirmó y se condena hoy, se hizo en determinado momento histórico y se saca, interesadamente, de ese contexto. Un credo, que no sólo es oportunista, sino que también representa un insulto a la inteligencia y la dignidad. Me permito recordarle al honorable Senador Insulza, sólo algunos detalles que se soslayan, en su particular lógica, clonada del deseo derechista de humillar al mandatario chileno. Entre el 18 de octubre de 2019 y el 20 de marzo de 2020, Sr. Insulza, se cometieron “las más graves y numerosas violaciones a los derechos humanos desde el retorno a la democracia al país” (6) y gran parte de ellas tuvieron como responsables a Carabineros de Chile. Los denunciados, en el desglose por institución son: 2.987 carabineros, 130 miembros de las Fuerzas Armadas, 30 gendarmes y cuatro funcionarios de otras instituciones públicas. Los formalizados, han sido 179 carabineros, siete miembros de las fuerzas armadas y un funcionario público. Con cifras de víctimas que signan una treintena de muertos y más de 400 víctimas con mutilaciones en el rostro y traumas oculares entre otros numerosos delitos.
Ese es el contexto que debería tener en cuenta el octogenario senador Insulza. Si ello no es así, tenemos todo el derecho de exigirle al mismo José Miguel Insulza Salinas disculpas públicas, por el papel cómplice con la impunidad con la que vivió, hasta el día de su muerte, el dictador Augusto Pinochet. Esto, gracias las gestiones efectuadas, por el otrora canciller, para traerlo a Chile y no ser juzgado como lo merecía por su responsabilidad en los crímenes cometidos bajo la dictadura cívico-militar que gobernó el país sudamericano entre septiembre del año 1973 a marzo del año 1990. La labor de Insulza nos negó la posibilidad de ver a Pinochet sentado en el banquillo de los asesinos, culpable por los crímenes de lesa humanidad cometidos contra sus compatriotas, que en cifras que tomo del Informe Rettig constituyen 3.227 víctimas: 2.125 casos de víctimas muertas, y 1.102 casos de víctimas detenidas desaparecidas. Sume a ello las decenas de miles de detenidos, torturados, reprimidos, exiliados.
Pregunto a usted, pero… con respeto, por supuesto. Sr. Senador ¿Ha pensado en pedir disculpas por su actuar de protección a Pinochet, por saltarse todas las exigencias de verdad y justicia? Hoy, creo Sr. Insulza, que usted no tiene derecho para exigir nada respecto a la opinión que se ha tenido y que aún se mantiene, respecto de una institución que requiere depurarse, que demanda explicaciones a Chile por los delitos cometidos, pero también por la corrupción de sus altos mandos. Si ello no es así, lo que queda es simplemente interrogarse respecto a lo que usted ha ignorado, al despreciar la memoria de miles y miles de chilenos y chilenas y que hoy se preguntan “Tú también José Miguel… Hijo Mio”. Aunque por su edad senador y los años de quien es víctima hoy de sus inconvenientes y llamados oportunistas, podría usarse mejor la idea de “tu quoque avus meus”.
Por Pablo Jofré Leal
Periodista
Para SegundoPasoConoSur
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4.-La referencia a perro matapacos alude a la imagen de un can que hace una década atrás acompañaba las manifestaciones antigubernamentales, que eran reprimidas por las fuerzas policiales. Murió el año 2017 y fue reflotada su imagen durante el estallido social de octubre del año 2019.
5.-https://www.infinita.cl/entrevistas/2023/03/28/jose-miguel-insulza-senador-gobierno-carabineros.html