Estados Unidos no tiene la mínima autoridad para juzgar a otros países utilizando los derechos humanos como herramienta, sentenciaron políticos y académicos latinoamericanos al ser preguntados acerca del informe sobre el estado de los derechos humanos en los países latinoamericanos, elaborado por Washington.
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Recientemente, el Departamento de Estado estadounidense publicó el documento titulado «2022 Country Reports on Human Rights Practices«, la última edición del supuesto estudio anual de derechos humanos, en que difama a muchos países latinoamericanos.
Reporte de derechos humanos, lleno de mentiras
Según el reporte, se produjeron irregularidades de derechos humanos en muchos países de América Latina y el Caribe, por ejemplo, homicidios extrajudiciales y desapariciones forzadas en México, detenciones arbitrarias y privación de libertad por motivos políticos en Cuba, tortura y castigo inhumano en Bolivia, entre otros.
Políticos y académicos de la región han descalificado el informe por sus aseveraciones inventadas y objetivos políticos malignos.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que el reporte es «un bodrio» y carece de sustento. «No es cierto, están mintiendo, es pura politiquería, con todo respeto», expresó en una rueda de prensa.
La Cancillería boliviana también reprochó que en el reporte faltan «fundamentos objetivos que lo sustenten» y se observa una práctica de injerencia en asuntos internos.
Además, la viceministra de Comunicación de Bolivia, Gabriela Alcón, calificó el informe estadounidense de «unilateral y oficioso» porque, a su juicio, desconoce la soberanía que tiene cada Estado y los pueblos del mundo.
El analista político venezolano Néstor Rivero comparte la misma idea indicando que el texto, lleno de mentiras y manipulaciones, ha sido cuidadosamente construido y estudiado por expertos durante mucho tiempo.
«Se puede decir que la materia de derechos humanos genera muchas sensibilidades y promueve rápidamente la imagen de países salvajes, atrasados, violentos, países no civilizados; los acusan para castigarlos y luego decir que deben ser rescatados por los países avanzados, es decir, para camuflar una intervención imperialista», señaló el investigador en geopolítica de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez de Venezuela.
Dobles raseros
El documento estadounidense reporta con calumnia que en casi todos los países del hemisferio oeste se registran «problemas significativos» de derechos humanos. Desde que EE. UU. publicó los documentos, nunca ha elaborado ningún reporte sobre su propia realidad de derechos humanos.
Rivero opinó que EE. UU. siempre se considera un defensor de los derechos humanos, pero «funciona como un Estado que viola y descuida permanentemente los derechos humanos dentro de su territorio, pero también actúa como genocida fuera de su jurisdicción».
A través del aislamiento diplomático y sanciones económicas, la potencia vulneró el derecho del pueblo de los gobiernos que no reconocen su liderazgo, incluidos sus derechos a la salud y la vida, comentó el analista.
El país norteamericano ha bloqueado durante mucho tiempo a países como Cuba, Venezuela, etc., política que genera crisis humanitarias graves, lo que coincide con varios testimonios recopilados por Xinhua.
A causa de las sanciones, no se podía comprar insulina para los enfermos diabéticos y «se murió gran cantidad de niños, el futuro de Venezuela«, ejemplificó Shirley Rincón, ciudadana venezolana.
Al respecto, hace eco el politólogo cubano Luis René Fernández, quien relató que el bloqueo «se recrudece en momentos críticos en el escenario internacional como ocurrió cuando nos negaron el suministro de oxígeno con fines terapéuticos, en medio del azote de la pandemia».
Sin embargo, en EE. UU., agregó Fernández, se han intensificado categóricamente la corrupción política, la discriminación racial, el incremento de armas de fuego, la violencia policial, la concentración de la riqueza, entre otros males.
Según las estadísticas del sitio web «Mapping Police Violence», en los asesinatos policiales entre 2013 y 2023 los estadounidenses negros tienen 2,9 veces más probabilidades de ser muertos por la Policía que los blancos.
Sumado a ello, la «K-12 School Shooting Database» muestra que el número de tiroteos escolares en EE. UU. llegó a 303 en 2022, el número más alto desde 1970.
A ojos de Fernández, los informes de derechos humanos de EE. UU. están repletos de dobles raseros.
La potencia, antes de juzgar a otros países debería ocuparse en primer lugar de sus propios problemas internos en esa materia, que son sumamente graves, condenó el profesor cubano.
Sombra de la Doctrina Monroe
La intervención estadounidense en los asuntos internos de otros países, aprovechándose del tema de los derechos humanos, ha causado repugnancia en el sector tanto académico como político, que califican la injerencia como una prolongación de la Doctrina Monroe.
Detrás del texto elaborado por el Departamento de Estado se encubre la Doctrina Monroe, que «fue construida discursivamente como un intento de justificación para intervenir en otras naciones», opinó Rivero.
Influido por la doctrina planeada en 1823, EE. UU. siempre ha considerado América Latina como su «patio trasero» y ha empeorado cada vez más la estabilidad de la región.
En un discurso ante el Senado de Estados Unidos en febrero de 2022, el senador demócrata Bernie Sanders reconoció que Estados Unidos ha socavado o subvertido los gobiernos de al menos una docena de países de América Latina y el Caribe.
Los derechos humanos se cuentan entre las herramientas más usadas, comentó Rivero, recordando que los usan para castigar y luego decir que deben ser rescatados por los países avanzados, es decir, para camuflar una intervención imperialista.
No obstante, Rivero resaltó que, en el concierto de la comunidad internacional, la diplomacia y la opinión pública, «cada vez menos gente en el mundo le cree ese discurso a Estados Unidos«.
Ante el continuo declive de la influencia estadounidense, el presidente mexicano criticó que ese país no quiere abandonar la Doctrina Monroe y siga creyendo que es «el Gobierno del mundo».
«Nada más ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Pero no es para enojarse, así son», concluyó.
Foto: Archivo El Ciudadano
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