Falla la memoria

Tengamos memoria, seamos honestos, transparentes, hablemos con la verdad y con argumentos basados en la historia. La pregunta entonces cae de chiripa ¿La violencia y la delincuencia en Chile es una barbaridad que nació hace tres años? Obviamente que no, la verdadera delincuencia nace y aparece en Chile el 11 de septiembre de 1973.

Falla la memoria

Autor: Wari

Por Ricardo Tirado Concha

Desde hace algún tiempo Chile ha cambiado y cambiado mucho, evidentemente en la cantidad de desocupados, en la cantidad de campamentos, en la cantidad de pobres, en la cantidad de personas en listas de espera en los hospitales, en el elevado costo de la vida diaria, en la inflación que no da tregua, en la calidad mediocre del transporte público, en la cantidad de aglomeraciones de vehículos, léase “tacos” en las horas punta, ciudades absolutamente ahogadas por su parque automotriz y por sobre todo, sin lugar a dudas Chile cambió porque en él se incubó la delincuencia brava, las mafias de la droga, los portonazos al orden del día, las encerronas, los alunizajes, las quitadas de drogas, la acción violenta de los moto chorros, el robo domiciliario, la inmensa y descarada venta de droga, los asesinatos diarios en las calles en presencia de automovilistas y peatones, los crímenes por “arreglo de cuentas”, en fin, por un sin número de diferentes y especiales circunstancias, lo que está claro es que Chile está sumido en la delincuencia y para ponerle la guinda a la torta, ahora a los delincuentes les ha dado por matar carabineros a mansalva, en veintitrés días han matado a tres.

¿Dónde vamos a llegar con esta peligrosa y triste realidad? Buena pregunta, porque creo que nadie se atreve a contestarla, sea por miedo o falta de preocupación, también desinterés y falta de información, sé que mucha gente en la actualidad porque están aterrados no ve las noticias en la Tele, ni tampoco las escuchan en la radio, dicen que no quieren intoxicarse, creen que así se resolverán los problemas y ellos “ciegos y sordos” vivirán más tranquilos.

Obviamente que para haber llegado a esta triste, peligrosa y explosiva situación existen muchas y variadas causas, pasadas y presentes, entre ellas me atrevo a esbozar algunas: La pésima educación que se brinda tanto en los colegios como en las propias casas, los padres actuales están absolutamente indiferentes a la responsabilidad de educar a sus hijos, la cara que representa el neoliberalismo y la sociedad de consumo, todos desean un auto, ojalá nuevo y bello, vestirse con ropa a la moda, cara y de marca, zapatillas espectaculares, viajar lejos de Chile y tener en casa el televisor más grande.

Entonces ante esto existe el “porque yo no puedo tener aquello” y a partir de allí nace el robo y la delincuencia, justamente para “abastecerse” de esos objetos que de otro modo no podrían adquirir y con ellos aparentar que son personas pudientes y no “flaites”, porque ahora el significado de ser es tener y no lo correcto que es ser para existir y entregar, crear, formar, educar, amar, crecer, reflexionar y pensar.

Los valores hoy en día los dirige y se miden por lo material, por la apariencia, vivimos en una sociedad de “bombilla”, bella y decorada por fuera pero absolutamente hueca, la gente se cree más importante conduciendo un bello y nuevo auto, bien vestidos y a la moda y ojalá viviendo en una comuna del barrio alto, pero son incapaces de mantener un diálogo contingente, de cultura, de política o de arte.

La moral, la ética, la solidaridad, el respeto al prójimo, decir la verdad, el conocimiento básico de la cultura y la historia, permanecer informados, el esfuerzo para lograr objetivos, la lectura y muchas otras, son palabras y acciones que a muy pocos les interesan.

Por supuesto que otra de las causas de la delincuencia es la descontrolada emigración, muchos de ellos han llegado exclusivamente a delinquir. Pregúntense cuál es el barbecho del inicio de la delincuencia, porque ella no nace de la nada y tampoco se trata de una moda, la delincuencia se “educa”, se aprende, se enseña, se practica y se desarrolla enormemente.

No se trata de exagerar o amplificar los hechos acontecidos recientemente, pero debemos reconocer que entre los chilenos existe mucho miedo, temor a salir de noche, caminar solo, temor a conducir un bello auto, temor a portar un bello reloj, temor a ser seguido o perseguido, asaltado, golpeado o asesinado en manos de delincuentes sin cabeza ni sentimientos. Lo más peligroso y triste, como ya ha ocurrido es que ”sin pito que tocar” te puede llegar una bala loca o una bala salida de las balaceras cotidianas que efectúan diferentes bandas criminales en plena calle, incluso permaneciendo tranquilamente en tu casa te puede llegar un balazo como ya ha acontecido.

Que este país cambió, es un hecho y lamentablemente existen situaciones que llegan para mantenerse, lo que sin lugar a dudas complica mucho la situación.

¡Pero por favor! Tengamos memoria, seamos honestos, transparentes, hablemos con la verdad y con argumentos basados en la historia. La pregunta entonces cae de chiripa ¿La violencia y la delincuencia en Chile es una barbaridad que nació hace tres años? Obviamente que no, la verdadera delincuencia nace y aparece en Chile el 11 de septiembre de 1973, recuerden los años en que la DINA y luego la CNI torturaban y mataban a un montón de chilenos sin ningún tipo de juicio o defensa, luego los lanzaban al mar amarrados con alambre a un trozo de riel para hacerlos desaparecer, a otros los enterraban en lugares insólitos y desconocidos y después los desenterraban, esas operaciones se llamaban “cambios de televisores”, a otros los dejaban botados en las calles para aterrar a la población, como fue el caso del cadáver de Víctor Jara, las fosas comunes estaban repletas; ingresaban con violencia y prepotencia a tu domicilio, torturaban a tu padre en presencia tuya, a las mujeres para que hablaran las hacían violar por perros adiestrados (adiestrados en Tejas Verdes por nada menos que una mayor de carabineros que vivía en la comuna de La Reina) también les ingresaban ratones por su vagina, se las violaban ensangrentadas, golpeadas y vilipendiadas.

Todos los diarios anunciaban con grandes titulares las mentiras más increíbles que nos podemos imaginar… “Extremistas se acribillan entre ellos mismos”… Felizmente ya todo ha sido esclarecido gracias a la justicia y por sobre todo a jueces y fiscales, abogados patriotas, de temple y perseverantes.

Estos delincuentes que dirigían Chile, incluso crearon un plan latinoamericano para asesinar a personas de izquierda y demócratas, ese plan se llamaba “Plan Cóndor”; el creador de este aterrador plan enfocado exclusivamente a matar, torturar y hacer desaparecer a seres humanos lo organizó y dirigió el delincuente y además general de Ejército de Chile Juan Manuel Guillermo Contreras Sepúlveda, alias “El Mamo”, nombrado por Pinochet como director de la terrorífica DINA, allí en el Plan Cóndor estaban “asociadas” entre otras, las dictaduras fascistas de Argentina, Paraguay, Uruguay. En Argentina, Jorge Rafael Videla mandó a asesinar a muchos chilenos que se exiliaron en ese país; lo mismo hizo Alfredo Stroessner en Paraguay, se trataba de una organización asesina y claramente clandestina para extinguir a todos los oponentes a tanta barbarie.

Insisto, ¿Lo que aconteció durante todos esos años en Chile, se trataba o no de delincuencia? Y más encima organizada y dirigida por nada menos que el propio Estado y sus altas autoridades. Obvio que se trataba de delincuencia emanada, organizada, dirigida y administrada por el propio Estado. Todo lo que aconteció durante los 17 años de la dictadura cívico militar de Pinochet fue horroroso, indigno, cruel, maléfico, dantesco, se asesinaron a 1.500 personas, se hicieron desaparecer a 1.100, se torturaron a tres mil seres humanos…

¿Por qué? Porque simplemente eran personas de izquierda, militantes de partidos de la Unidad Popular y defensores del gobierno constitucional del presidente Salvador Allende. Además recuerden que los tribunales de justicia miraban para el lado cobardemente, es decir, a las víctimas nadie las defendía y los recursos de amparo presentados se perdían entre las manos de actuarios y jueces.

¿Recuerdan ustedes algún funeral fastuoso?, salvo el que con mucha valentía acompañaron el del poeta Pablo Neruda, premio Nobel de literatura. ¿Recuerdan ustedes que la televisión y la radio hubieran transmitido todo el día lamentando la muerte de alguien? Todo pasaba “piola”, incluso pasados los años, todavía existen personas que niegan los hechos anti natura y crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura, contrarios a los derechos humanos, como los fascistas que incluso niegan el holocausto…

Lamento inmensamente y lo digo sinceramente, la muerte del carabinero Naín, del cabo Retamales, la cabo segunda Rita Olivares en Quilpué y también la del cabo Daniel Palma Yáñez en la intersección de las calles Arturo Prat con Avenida Matta en Santiago Centro. Son lamentables, pero las proporciones son incomparables, hoy todo el día se ha comentado el crimen contra el cabo Daniel Palma Yáñez y pasó lo mismo con la cabo segunda Rita Olivares, para los medios de comunicación radios y televisión desde ayer no existen otras noticias, ello yo lo encuentro incomprensible e irrespetuoso. ¿Recuerdan ustedes algo parecido durante la dictadura?

Simplemente a los que se asesinaban y torturaban hasta la muerte, solo sus familiares y compañeros sufrían en absoluto silencio, salvo los lamentos exteriorizados del Comité para la Paz, ubicado en la calle Santa Mónica en Santiago Centro y luego transformado en la Vicaría de la Solidaridad, ubicada en la Plaza de Armas de Santiago, ambas creadas por el gran y respetado arzobispo católico Raúl Silva Henríquez.

Entonces, el horror en Chile ¿acaba de aparecer? ¡Indiscutiblemente que no!

Recuerden por favor el asesinato de Manuel Rodríguez en 1818, primer detenido desaparecido de Chile; 1839, la batalla de Lircay; 1919, la matanza de obreros en el frigorífico de Puerto Natales; 1920, matanza de obreros de la oficina salitrera San Gregorio; 1925, matanza de obreros de la salitrera La Coruña; 1931, masacre de Copiapó y Vallenar; en 1881, el genocidio en la Araucanía; en 1900, el exterminio de los selk’nam en Tierra del Fuego; en 1903, la represión de la huelga de los portuarios en Valparaíso; en 1906, la matanza obrera de la Plaza Colón en Antofagasta; la masacre de la Escuela Santa María de Iquique en 1907; la matanza del Seguro Obrero en 1938; 1946, matanza de obreros Plaza Bulnes en Santiago; 1962, matanza en la población José María Caro; 1967, matanza de obreros del cobre en El Salvador; 1969, matanza de Pampa Irigoyen en Puerto Montt; la matanza del mitín de la carne en octubre de 1905…

Suma y sigue, es decir, da la impresión que los obreros, campesinos y empleados valen mucho menos que un uniformado, además no se les brinda ningún tipo de homenajes, y, lo peor, no se enjuicia a los responsables ni a los que dieron esas instrucciones criminales. De verdad es muy penoso este tema, es también injusto, desproporcionado, incoherente, inhumano. Nuestro país, lamentablemente, se ha caracterizado y así lo indica la historia, por ser un país opresor. ¿Sabían ustedes que las fuerzas armadas chilenas han asesinado más chilenos que extranjeros?

Espero y ansío que la delincuencia venga de donde venga, se termine y que el Estado, gobierno, autoridades y legisladores encuentren la fórmula adecuada, porque ya está bueno de muertos.

Por Ricardo Tirado Concha

Columna publicada originalmente el 8 de abril de 2023 en Politika.


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