Por Gabriel Villalba Pérez, abogado, analista político y Director del CENAC Bolivia
La organización ultraconservadora y elitista de la iglesia católica denominada Opus Dei fue fundada en 1928 por San Josemaría Escrivá de Balaguer en España. El nombre completo de esta organización es «Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei». Sus postulados y rituales se manejan de forma secreta y encriptada. Dentro de su poca información pública figura uno sus llamados objetivos: “Promover la santificación personal y la evangelización en la vida cotidiana, especialmente en el ámbito profesional y familiar” ¿Pero que es verdaderamente esta secta católica?
Para comprender su naturaleza se debe consultar los artículos 294 a 297 del Código de Derecho Canónico, mismos que norman las prelaturas personales. Una prelatura es una jurisdicción reconocida por la Iglesia Católica que está dirigida por un prelado, generalmente un obispo. Este delegado de la iglesia católica tiene ciertas responsabilidades pastorales y administrativas, en síntesis, administrar y generar recursos, tanto humanos como financieros. Una prelatura se define como «personal» cuando se establece para un grupo específico de “fieles”. El gobernador de toda esa jurisdicción es el prelado.
En el caso del Opus Dei, denominada la prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, esta es una prelatura personal, establecida para los miembros de la organización y sus colaboradores. El Opus Dei dice ofrecer vivir la vocación cristiana en el mundo secular. Esta prelatura no tiene un territorio determinado, ya que abarca a los miembros de la organización dondequiera que estén en el mundo.
El prelado actual, Fernando Ocáriz, tiene autoridad sobre todos los miembros de esa organización. Es el señor, amo y patrón del Opus Dei; en términos del Vaticano, prelado. A modo de entender el funcionamiento del Opus Dei como apéndice de la iglesia católica; es menester exponer cómo acumula riqueza uno de los Estados más ricos del mundo: El Vaticano. Ese Estado sólo tiene tres únicas fuentes de ingreso. La primera proveniente de los ingresos por concepto del dinero que voluntariamente dan los creyentes de la iglesia cada misa, mitad de ese dinero se queda en el templo de origen y la otra mitad se deposita al Banco del Vaticano. La segunda fuente de ingreso es el turismo que atrae los denominados Museos Vaticanos, muy bien pagados por cada visita de cualquier persona. La tercera fuente de ingreso tiene que ver con el lavado de dinero devenido de actividades ilícitas. Cualquier magnate de los grandes delitos transnacionales del mundo puede lavar su dinero vía sacerdotes que aperturan cuentas en el Banco del Vaticano, ese dinero se invierte en los múltiples negocios y fundaciones del Estado del Vaticano y es considerado como “donación a la iglesia”; posteriormente se devuelve el 50% de ese dinero blanqueado.
El Opus Dei como, digamos, filial o prelatura dependiente de la iglesia católica no tiene un funcionamiento distinto. Más allá de su vida financiera, lo que llama la atención es su noción de humanidad totalmente estratificada y que encubre conductas clasistas bajo el manto de santidad. Su incidencia en los países sobre todo latinoamericanos es notaria y abierta. Políticos, banqueros, militares, policías de alto rango, abogados y autoridades nacionales ostentan orgullos su pertenencia al Opus Dei. El año 2021 se hizo pública una denuncia de 43 mujeres argentinas, paraguayas y bolivianas que habrían sufrido toda clase de tratos degradantes a su condición humana, situaciones de flagrante explotación y acciones de reducción a servidumbre o semi esclavismo por las estructuras del Opus Dei en Argentina.
Estas 43 mujeres denunciaron que con el calificativo de “vocación de santas” eran sometidas a mas de 15 horas de trabajo, además de ser aisladas en residencias especiales obligadas a rutinas de oración, baños de agua fría y autoflagelaciones. Estas mujeres fueron captadas de familias de escasos recursos cuando tenían tan solo 12 años de edad, todo mediante un plan proselitista y engaños. Opus Dei les hizo la falsa promesa de oportunidades educativas que nunca fueron tales.
Las 43 mujeres ingresaron a lo que Opus Dei denomina “La Escuela de Mucamas” donde recibieron toda clase de tratos degradantes para su condición humana. Se denunció la infantilización de estas mujeres, debían pedir permiso para absolutamente todo, hasta para ir al baño ya que el Opus Dei tiene un manual para todo, incluso para la autoflagelación. La Agencia de Noticias BBC ha publicado un amplio reportaje al respecto el 2 de agosto de 2022.
¿Qué nivel de influencia tiene actualmente el Opus Dei en Bolivia? Es una pregunta que aún no encuentra respuesta, pero que se devela en ciertas acciones y personajes de la coyuntura política nacional.