Nelson “Neco” Cabrera: La Risa del liceano 

El “Neco”, como era conocido por sus compañeros, compañeras, familiares, amigos y amigas, fue fundador del Colectivo Cultural y de Derechos Humanos Cine Fórum, que remonta sus inicios a principio de los años 90 como “un espacio de encuentro y reflexión, dedicado al estudio, ejecución y difusión del cine y del lenguaje audiovisual en general, para rescatar la memoria colectiva de Valparaíso”.

Nelson “Neco” Cabrera: La Risa del liceano 

Autor: El Ciudadano

Como Colectivo Cine Forum de Valparaíso queremos expresar nuestro más profundo dolor por la muerte de nuestro gran amigo y compañero Nelson Cabrera Vásquez (Neco). Asimismo, enviamos todo nuestro afecto y solidaridad para su compañera Marisa e hijas y, a modo de homenaje póstumo, compartimos esta breve reseña con algunos hitos de la vida de nuestro querido Neco.

Desde su infancia playanchina todos lo recuerdan como un moreno risueño que parecía no tomarse la vida muy en serio. Siendo muy joven se acerca al cine en un oficio tan simple como importante de transportar tambores de películas entre los cines Odeón e Iris (entonces en los Cerros de Valparaíso había muchos cines y, por lo mismo, mucha gente veía películas). Estudió en el Liceo 3 y luego en el Liceo Alfredo Nazar. Más tarde inició su formación profesional en la carrera de Filosofía de la entonces Universidad de Chile, sede Valparaíso y a fines de los años sesenta del siglo pasado, esperando contribuir en la construcción de un mundo más justo, entró a militar en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

Tras el sangriento golpe cívico-militar comenzó a realizar acciones tendientes a terminar con la tiranía de Pinochet lo que le significó ser detenido y llevado al cuartel Silva Palma donde fue brutalmente torturado por miembros de la Armada de Chile (muchos de ellos gozan de absoluta impunidad). Sin embargo, pese a los tormentos, lejos de asustarse, intensificó su participación en actividades clandestinas del MIR, lo que lo llevó nuevamente al Silva Palma con torturas aún más crueles seguidas de un largo encierro en la cárcel de Valparaíso.

Una vez en libertad, trabajó como feriante en la Avenida Argentina y comenzó a desarrollar diversas actividades culturales en su querida Playa Ancha, exhibiendo y montando obras de teatro, musicales y proyecciones fílmicas con una gran participación de pobladores del sector. Destaca en la resistencia cultural, la participación del Neco en el mítico Taller Macondo cuyo nombre entraña una visión  donde lo mágico juega con lo real y permite superar los sinsabores de la época (era requisito para integrar dicho taller la lectura de “Cien años de soledad”).

A fines de la década del ochenta, abre el “Valparaíso Eterno”, restaurante y club social en el que se exhiben películas censuradas en la dictadura. Luego, en los primeros años de democracia, “Valparaíso Eterno” es también el escenario en que músicos y otros artistas presentan sus obras (por ejemplo, ahí se lanzó un disco de su gran amigo, el connotado músico Mauricio Redolés).

Siguiendo con la gestión cultural, y lejos de los gobiernos acomodaticios de turno, en 1990 participa en la formación del Colectivo Cine Fórum en la calle Cochrane en el plan de Valparaíso. Asimismo, y como un profeta de la cultura, traslada su proyector de 16 mm a sectores marginales de Valparaíso llevando cine “de verdad” a un público que parece excluido de la oferta cultural. 

Junto a Cine Fórum filma diversos cortometrajes (muchos de ellos quedaron a medio camino) y un largometraje (El Circo Mágico de Valparaíso, con música de Juan José Yunis M.) premiado y divulgado en diversos países. Retoma Filosofía en la Universidad de Valparaíso, pero prefiere seguir luego con Cine en la misma Universidad. De sus estudios de cine surgen un sinnúmero de guiones llenos de buenas ideas que quedaron inacabados.

A inicios del siglo XXI, y pese a varios problemas, se lanzó con la organización de un gran Festival de Cine y Derechos Humanos, el que se mantiene hasta nuestros días, integrando una red internacional, complementándolo luego con festivales de pueblos originarios y naciones sin estado del mundo, y otros en los que siempre destaca el cine social.

Los últimos 20 años dedicó un esfuerzo especial a lo que él llamaba la desmonumentación como una lucha de los derrotados por quitar los monumentos de los grandes criminales de la historia que colman plazas y avenidas del mundo. En particular, dio la pelea para sacar la estatua de Merino, marino asesino y golpista, que se había instalado en los jardines del Museo Naval de la Armada de Chile, junto al Paseo 21 de Mayo. 

Una vez cumplido su cometido (erradicada la estatua de Merino) bromeaba con que su vida había perdido sentido, a sabiendas de que aún quedaban muchos monumentos que convendría derribar. El estallido social lo vivió con especial entusiasmo, revitalizándolo, sin perder su particular pesimismo y consciencia de derrota. Obviamente, autoproclamándose un aliado del tiempo, el estallido fue la inspiración perfecta para un nuevo guion que combinaba la historia del mundo con el estallido en Valparaíso y que quedó a medio camino.

Curiosamente mantenía un particular sentido del humor ante pequeñas catástrofes que le tocó vivir, como el incendio accidental de uno de sus tantos restaurantes y otro no tan accidental de su casa hace pocos años.

Neco, como un niño, daba vuelta rápido la página de aquellos accidentes de la vida y se concentraba en su próximo proyecto. Especial alegría le trajo ganar una causa criminal que duró más de 10 años en contra de la Armada y del Estado de Chile por su encarcelamiento y tortura.

Su último restaurante “Valparaíso, mi amor” -levantado junto a Marisa- fue también el espacio para la proyección de múltiples películas y otras tantas actividades culturales (entre otras, recordamos con especial aprecio la clase magistral de Omar Saavedra sobre literatura porteña).

Ni siquiera pudo quitarle el buen humor el cáncer que finalmente terminó matándolo. Hace pocos días seguía ironizando por WhatsApp despidiéndose amistosamente con “te saludo desde el más acá antes de que me mate este cáncer marxista”.

La rabia, en cambio, la tenemos los que ahora extrañamos a Neco. Y esta rabia se sigue de la constatación de una relación bien directa entre patologías mortales (cáncer entre otras) y personas que hayan sido víctimas de tortura. Así, es muy probable que la muerte de Neco tenga también alguna relación con las brutales torturas de las que fue víctima por parte de miembros de la Armada de Chile.

Podríamos llenar varias páginas contando anécdotas, las múltiples cualidades y el sinnúmero de actividades organizadas por Neco, pero quisiéramos detenernos en el recuerdo de su sonrisa, o, como dijera un amigo en común: 

La risa del Neco era la risa del liceano 

y la risa del poeta

y el origen del Cine Forum.

Francisco Marín, Silvio Cuneo, Eli Delgado, Juan Flores, Daniel González, Nelson Herrera, Pedro Meneses, Rodrigo Aliaga y Jorge Coulon.

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