El nazismo ucraniano, o por qué es necesario un nuevo Nuremberg

"Los Estados que no quieran que se repita en su suelo la tragedia de la Alemania del siglo pasado y de la Ucrania actual deberían unir sus fuerzas y celebrar un juicio al estilo del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg, en el que se evalúen jurídicamente las acciones del régimen nazi de Zelensky, sus predecesores y patrocinadores..."

El nazismo ucraniano, o por qué es necesario un nuevo Nuremberg

Autor: Absalón Opazo

(*) El conocido político ucraniano Viktor Medvedchuk, líder de partido Plataforma de Oposición Por la Vida, en un extenso artículo reflexiona y hace un análisis comparativo entre el gobierno de Zelensky en Ucrania y el régimen de Hitler. Aquí publicamos su traducción al español abreviada.

Desde el colapso de la URSS y el surgimiento de una Ucrania independiente, los políticos occidentales y sus servicios especiales iniciaron el resurgimiento del nazismo y la promoción de sus ideas mediante la imposición de la ideología nacionalista en la conciencia de los ucranianos.

Según los planes occidentales, una Ucrania nazificada debía convertirse en un «arma» contra Rusia.

Uno de los ideólogos del nacionalismo ucraniano es Dmitry Dontsov. La doctrina del nacionalismo integral que esbozó en su libro «Nacionalismo», se convirtió en la base ideológica de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y, más tarde, en la del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA).

Las ideas y los métodos del nazismo, que se han extendido recientemente en Ucrania, fueron heredados de la OUN-UPA.

En abril de 1941, en el II Gran Encuentro de Nacionalistas Ucranianos, celebrado en Cracovia (situada entonces en la Alemania de Hitler), el lider nazi ucraniano Stepan Bandera fue declarado nuevo líder de la OUN.

El saludo oficial de la OUN era «levantar el brazo derecho estirado hacia la derecha oblicuamente por encima de la cabeza con las palabras «Gloria a Ucrania» – «Gloria a los Héroes», el saludo fue copiado de los ideólogos de la Alemania de Hitler.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la OUN-UPA se caracterizó por su estrecha cooperación con la Alemania nazi y la participación en el exterminio masivo de civiles.

En agosto de 1941, los seguidores de Bandera enviaron a Berlín el Memorándum de la OUN, sobre los términos de la cooperación con la Alemania de Hitler. El Memorándum comenzaba con las siguientes palabras:

‘La Organización Militar Ucraniana y su sucesora, la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN), bajo la dirección de Eugen Konovalets, se propusieron desde el principio de su existencia cooperar con el Reich alemán contra Polonia y Moscú, en el entendimiento de que el Reich alemán apoyaría el surgimiento de un Estado Ucraniano Unido independiente’.

Tras la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, muchos integrantes de la OUN-UPA terminaron en países occidentales, sobre todo en Canadá y Estados Unidos, incluidos los líderes ideológicos de los actuales nacionalistas en Kiev.

La CIA tenía planes de utilizar a Ucrania contra Rusia desde la década de 1950.

Recientemente, la inteligencia estadounidense desclasificó parte de sus archivos de 1958-59. Según estos documentos, el propósito de los servicios de inteligencia estadounidenses era utilizar las tendencias nacionalistas ucranianas para la guerra política y psicológica contra la URSS.

Ya en los años 50, la CIA eligió a la OUN para que proporcionara la mano de obra y el apoyo operativo a los proyectos de nazificación en Ucrania.

Los objetivos de estos proyectos no eran sólo la población de la Ucrania soviética, sino también la minoría ucraniana de Polonia, así como los emigrantes ucranianos en Europa Occidental, Sudamérica y Australia.

La historia moderna de Ucrania ha demostrado que estos proyectos de los servicios de inteligencia occidentales continúan.

Así, la «Revolución Naranja» de 2004, impulsada por Estados Unidos y sus satélites europeos, llevó al poder en Ucrania al presidente proestadounidense Viktor Yushchenko. Fue durante su gobierno cuando revivieron manifestaciones abiertas de nacionalismo y nazismo.

El 1 de enero de cada año, día del cumpleaños de Stepan Bandera, con el permiso de las autoridades empezaron a celebrarse marchas de antorchas en su honor. Los diplomáticos occidentales ignoraron estas marchas, alentando el renacimiento del nazismo en el centro de Europa.

En mayo de 2006, por iniciativa de Yúschenko, se creó el Instituto Ucraniano de la Memoria Nacional, un órgano ejecutivo central con estatus especial. Con la creación de este instituto, comenzó la nazificación de Ucrania a nivel estatal.

El instituto siguió una política de falsificación de la historia de Ucrania y de imposición de actitudes antirrusas a la población. Para lograr sus objetivos, elaboró los primeros proyectos de ley descaradamente rusófobos: «Sobre la condena de los regímenes totalitarios comunista y nacionalsocialista (nazi) en Ucrania y la prohibición de la propaganda de sus símbolos», «Sobre el estatuto jurídico y la memoria de los luchadores por la independencia de Ucrania en el siglo XX» y varios otros.

Por iniciativa de este Instituto, en 2007 Yúschenko concedió el título de «Héroe de Ucrania» a Roman Shukhevich, criminal nazi, uno de los líderes de la OUN y del batallón Nachtigal, entrenado por la inteligencia militar de Hitler para actuar en la República Socialista Soviética de Ucrania como parte de la unidad subversiva «Brandeburgo 800.» El 22 de enero de 2010, el título de «Héroe de Ucrania» recibió a otro nazi: Stepan Bandera.

En 2008, bajo la presidencia de Yúschenko, en Ucrania se instaló un monumento a los soldados de la división de las SS «Halychyna». Los permisos necesarios para la instalación del monumento fueron expedidos por representantes del poder estatal.

De este modo, el Estado participó en la instalación del monumento a quienes fueron reconocidos como criminales de guerra y nazis por el tribunal de Nuremberg. La 14ª División de Infantería Voluntaria SS «Halychyna» era una subdivisión de las tropas SS de la Alemania nazi. La creación de la división fue supervisada personalmente por el criminal nazi, jefe de las SS, Heinrich Himmler.

Con el apoyo del presidente Yushchenko, se instalaron varios otros monumentos a nazis de «Halychyna» de las SS y los demás cómplices de ellos. Con el permiso de las autoridades, comenzaron a celebrarse en Ucrania occidental marchas conmemorativas en honor a los nazis con el uso de símbolos nazis y estandartes de la división SS «Halychyna».

Así, entre 2005 y 2014, comenzó un renacimiento de la ideología nazi en Ucrania. Al principio, empezaron a convertir «suavemente» a Ucrania en «Anti-Rusia» mesclando los eslóganes nacionalistas y de la democracia liberal.

En 2014, los políticos occidentales y sus servicios especiales, con la ayuda de la élite ucraniana comprada, llevaron a cabo un Golpe de Estado en Ucrania, utilizando eslóganes liberales sobre la elección europea de los ucranianos como distracción.

El Presidente Víktor Yanukóvich fue apartado del poder por un grupo de golpistas que utilizaron a grupos nazis con el apoyo de diplomáticos y servicios especiales occidentales.

En 2014, la ideología del nacionalismo ucraniano se transformó finalmente en nazismo y se convirtió en ideología de Estado. Las personas que tomaron el poder tampoco «hicieron ningún intento serio de ocultar el hecho» de que llegaron al gobierno con el objetivo de luchar contra Rusia y los rusos, declarando de inmediato a las fuerzas políticas prorrusas e izquierdistas como sus enemigos.

Los rusos y los rusoparlantes que vivían en Ucrania fueron «etiquetados» con apodos despectivos y humillantes.

En septiembre de 2014, el parlamento de Ucrania aprobó la ley «Sobre la limpieza del poder». Según esta ley, se llevó a cabo la llamada «limpieza», en la que miles de personas, en su mayoría de regiones rusoparlantes del sureste, fueron despedidas de los cargos públicos sin motivo alguno.

Para ocupar sus puestos se llamó masivamente a personas de las regiones occidentales de Ucrania, a menudo sin la experiencia ni la formación adecuadas.

Los participantes en el Golpe de Estado de 2014 se apoyaron principalmente en la población de las regiones occidentales de Ucrania por tener influencias nacionalistas más fuertes. El simbolismo y la ideología de la «nueva» Ucrania eran el simbolismo y la ideología del nacionalismo ucraniano en la época de la cooperación con el nazismo alemán.

El 2 de mayo de 2014, grupos nazis organizaron la brutal quema de manifestantes en la Casa de los Sindicatos de Odessa, que se saldó con 48 personas quemadas vivas.

El 2 de junio de 2014, dos aviones de ataque Su-25 ucranianos bombardearon el centro de Lugansk. El ataque tuvo como objetivo el edificio de la administración estatal regional y la plaza situada frente a él. Como resultado del bombardeo murieron 8 civiles. Los autores del ataque no han sido identificados.

Las personas que dirigieron el Golpe, así como los nazis y los nacionalistas de extrema derecha que participaron en él, cometieron muchos crímenes durante el «Maidan». Sin embargo, ya en febrero de 2014, el parlamento ucraniano, presionado por los radicales, aprobó una ley para eximirlos, a ellos y a sus partidarios, de cualquier responsabilidad penal por los delitos cometidos durante el Golpe de Estado.

Al mismo tiempo, Yuri Lutsenko, que se convirtió en fiscal general de Ucrania, fue uno de los exculpados. En julio de 2016, Lutsenko intercedió personalmente por el comandante de un batallón del grupo paramilitar «Aydar» quien estaba bajo juicio por un crimen.

Al mismo tiempo, dos batallones de «Aydar» y otros batallones paramilitares de Donbass bloquearon el tribunal y cortaron completamente el tráfico en la calle central de Kiev, Kreshchatyk, logrando su objetivo.

En diciembre de 2018, Lutsenko declaró públicamente que cualquier ataque contra activistas «proucranianos», independientemente de si tenían razón o no, se consideraría un ataque contra el Estado de Ucrania.

Otro jefe del organismo ucraniano encargado de velar por el cumplimiento de la ley, que apoya abiertamente a los nazis, fue el ministro del Interior, Arsen Avakov.

La creación de Avakov es el regimiento neonazi Azov, que utilizó el símbolo nazi Wolfsangel (garfio de lobo) como símbolo oficial. Además, sin su permiso era imposible que en la estructura del Ministerio del Interior fueran integrados batallones paramilitares creados para el exterminio de la población de Donbass.

Tras el Golpe de Estado de 2014, el Servicio de Seguridad ucraniano se reformó según las normas de seguridad de la OUN-UPA de 1930-1950, lo que convirtió el servicio de seguridad en un órgano paramilitar destinado a erradicar a la oposición y a los disidentes.

En 2014, el político proestadounidense Arseniy Yatsenyuk se convirtió en primer ministro. El 8 de enero de 2015, en el canal de televisión alemán ARD, declaró:

‘La agresión militar rusa contra Ucrania es un ataque al orden mundial, y es un ataque a la seguridad europea. Todos recordamos bien la invasión soviética, tanto en Ucrania como en Alemania. Eso hay que evitarlo. Y a nadie se le permite reescribir los resultados de la Segunda Guerra Mundial, cosa que el Presidente ruso, el Sr. Putin, está intentando hacer’.

Ninguno de los políticos occidentales condenó esta declaración del primer ministro de Ucrania. Al igual que ninguno de ellos condenó las flagrantes manifestaciones de nazismo en Ucrania, consagradas por ley.

El 9 de abril de 2015, el parlamento de Ucrania aprobó un proyecto de ley redactado por el Instituto Ucraniano de la Memoria Nacional y presentado por el diputado Yuri Shukhevich, hijo de uno de los líderes de la OUN, Roman Shukhevich, «Sobre el estatus legal y la memoria de los participantes en la lucha por la independencia de Ucrania en el siglo XX», que concede a los miembros de la OUN y a los soldados del UPA el estatus de «luchadores por la independencia de Ucrania».

La OUN y la UPA colaboraron estrechamente con la Alemania nazi antes y durante la Gran Guerra Patria. Así, el Estado reconoció legalmente como «combatientes por la independencia de Ucrania» a los nazis y sus cómplices de la OUN y la UPA, que habían formado, entre otras, la división «Halytchina» de las SS.

El odio a todo lo soviético y ruso también se manifestó en la ley «Sobre la condena de los regímenes totalitarios comunistas nacional-socialistas (nazis) en Ucrania y la prohibición de la propaganda de sus símbolos», aprobada por el parlamento ucraniano el 09 de marzo de 2015. Con esta ley, Ucrania equiparó a los nazis con los soldados soviéticos que liberaron al país de ellos.

Donbass, 2022

Donbass

Un papel especial en el inicio del genocidio contra el pueblo de Donbass desempeñó uno de los líderes del Golpe de Estado, Oleksandr Turchynov.

El 14 de abril de 2014, como presidente en funciones de Ucrania, Turchynov firmó un decreto sobre el inicio de la llamada operación antiterrorista en Donbass, que desembocó en una guerra civil en Ucrania.

El jefe del Estado declaró oficialmente terroristas a los civiles de las dos regiones que protestaban contra la rusofobia y la imposición del nazismo. Fue Turchinov quien dio las órdenes para el uso de aviones de combate y artillería contra el Donbass rebelde, para la distribución incontrolada de armas y para la formación de batallones nacionalistas.

Con el fin de falsificar la historia y enfrentar al pueblo ucraniano con el ruso, tras el Golpe de Estado de 2014 en Ucrania, se cambiaron los días festivos oficiales.

El 14 de octubre de 2014, el presidente del «Maidan», Poroshenko, canceló la celebración del Día de los Defensores de la Patria en Ucrania el 23 de febrero, declarando que ‘Ucrania nunca más celebrará esta fiesta según el calendario histórico-militar de un país vecino. Honraremos a los defensores de nuestra propia Patria, no a los de otra’.

Desde entonces, el Día de los Defensores de Ucrania se celebra el 14 de octubre. Ese mismo día, los nacionalistas celebran el aniversario de la creación del nacionalista Ejército Insurgente Ucraniano.

Desde 2015, los símbolos soviéticos, incluida la Bandera de la Victoria, están prohibidos en Ucrania.

El gobierno del Presidente Petro Poroshenko, que llegó al poder tras el Golpe de Maydan en 2014, inició el cambio de nombre de avenidas, calles y localidades en honor a Bandera, Shukhevich, Petlyura, Konovalets, etc.

Durante su presidencia se erigieron abiertamente monumentos a los fascistas, y los monumentos a héroes que destruyeron a fascistas fueron destruidos y profanados por nazis ucranianos contemporáneos.

En la Ucrania «post-Maidán» se creó una plataforma digital llamada «Pacificador» («Myrotvorets»), en el que, violando todas las leyes, se publican las direcciones de ciudadanos que tienen una postura ‘prorrusa’ y tratan de defender los derechos de la población rusoparlante.

Por «casualidad», los que figuran en «Pacificador» empiezan a ser asesinados. Estos asesinatos, en su mayoría, no se investigan debidamente y los asesinos quedan impunes.

Así, entre 2014 y 2019, el nacionalismo y la rusofobia se afianzaron plenamente en Ucrania. Las autoridades reprimían con métodos nazis a la población rebelde de Donbass y a otros ucranianos que no estaban de acuerdo con las acciones del régimen. Se prohibieron las ideologías opuestas y los políticos que discreparan de las opiniones de las autoridades, fueron eliminados físicamente, amedrentados o expulsados del país.

El 20 de mayo de 2019, Vladimir Zelensky se convirtió en Presidente de Ucrania. Bajo su mandato, Ucrania pasó de ser un Estado nacionalista a una dictadura nazi. Hoy, las principales tesis de su programa electoral parecen un mal chiste. Comenzaba con las palabras: ‘Les hablaré de la Ucrania de mis sueños. La Ucrania en la que sólo se disparan fuegos artificiales en bodas y cumpleaños’.

Antes de su elección, Zelensky era conocido como showman-comediante. Como líder de Ucrania él fue caracterizado por su socio Alexey Arestovich, en una entrevista con Islnd.tv, así: ‘Zelensky es un hombre débil. Tiene dos claves: egoísmo mezquino y miedo’.

El 28 de abril de 2021 se celebró en Kiev la marcha en honor a la creación de la división de las SS «Halychina». Los participantes se manifestaron llevando símbolos nazis e intercambiando el tradicional saludo nazi.

Desde el 1 de septiembre de 2020, la ley «Sobre la Educación Secundaria General Completa» eliminó todas las escuelas de lengua rusa de Ucrania. Los libros de historia se reescribieron por completo. Se excluyeron de ellos las referencias a acontecimientos relacionados con la historia común con Rusia, como la invasión de Napoleón y las guerras ruso-turcas.

La historia de la Primera y Segunda Guerras Mundiales se reescribió con una percepción rusófoba y nacionalista. La participación de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial se presentó como una lucha del pueblo ucraniano contra Alemania y la URSS.

Medios de comunicación

Al llegar al poder, el régimen de Zelensky, comenzó a perseguir a los medios de comunicación ‘indeseables’. En agosto de 2020, el Consejo Nacional de Radio y Televisión, controlado por Zelensky, puso fin a las emisiones del canal de televisión Kyivska Rus («KRT»).

El 2 de febrero de 2021, Zelensky eliminó los canales de televisión «112», «TV Vybor» LLC, «Ariadna TV», «Novy Format TV», «Partner TV» y «Leader TV», así como la empresa «News 24 Hours» (el canal de televisión NewsOne) y la empresa «New Communications» (el canal de televisión ZIK).

El Servicio de Seguridad de Ucrania falsificó masivamente las causas penales contra periodistas independientes. Y el 2 de febrero de 2021, mediante un decreto inconstitucional, Zelenski impuso sanciones contra políticos de la oposición que abogaban por las relaciones de buena vecindad con Rusia; también se impusieron sanciones extrajudiciales a familiares de los opositores.

En mayo de 2022, el decreto de Zelenski promulgó la decisión del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa y prohibió las actividades de los partidos con «una postura prorrusa» en Ucrania.

Según la ley «De enmiendas a determinados actos legislativos de Ucrania sobre la prohibición de partidos políticos» del 14 de mayo de 2022, todos los bienes de los partidos reconocidos como «prorrusos» por los tribunales pasan a ser propiedad del Estado.

Las represiones contra los opositores políticos bajo Zelensky se están convirtiendo en algo habitual. Se procesa a personas en causas penales inventadas por declaraciones y artículos en los medios de comunicación, así como por vídeos y publicaciones en las redes sociales.

A los diputados de «partidos prorrusos» prohibidos se les priva de la ciudadanía ucraniana de forma masiva y sin ningún fundamento, utilizando únicamente datos falsificados obtenidos por el Servicio de Seguridad de Ucrania «de forma operativa».

Al poner el poder judicial bajo su control, Zelensky desató una campaña de intimidación contra el mismo poder judicial en Ucrania. Un ejemplo típico es el conflicto de Zelensky con el Tribunal Constitucional, que se desató en otoño de 2020 con la aprobación de su protector Estados Unidos.

En octubre de 2020, el Tribunal Constitucional, dirigido por Oleksandr Tupitsky, declaró inconstitucionales ciertas disposiciones de la legislación anticorrupción impuesta previamente a Ucrania por los jefes occidentales.

Después de eso, Zelensky presentó un proyecto de ley al Parlamento reconociendo la decisión del Tribunal Constitucional como «nula y sin efecto porque fue adoptada por los jueces del Tribunal Constitucional de Ucrania en condiciones de un verdadero conflicto de intereses».

También ordenaba poner fin a los poderes de los jueces e iniciar el proceso de selección de nuevos magistrados. En diciembre de 2020, el presidente suspendió al presidente del Tribunal Constitucional como juez durante dos meses y ordenó a su subordinado Departamento de Protección del Estado que no permitiera trabajar a Tupitsky.

Otro mes después, Zelenski anuló ilegalmente con su decreto los decretos del «antepenúltimo presidente» sobre el nombramiento de dos jueces del Tribunal Constitucional: Alexander Kasminin y Alexander Tupitsky.

Otro ejemplo de ilegalidad es la «guerra» de Zelensky contra los jueces del Tribunal Administrativo del Distrito de Kiev. Fue este tribunal el que anuló el cambio de nombre de las avenidas en honor a los nacionalistas ucranianos Stepan Bandera y Roman Shukhevich y suspendió el cambio de nombre ilegal de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica.

El régimen de Zelensky no podía permitir semejante «voluntad propia» de los jueces. Se abrió ilegalmente una causa penal contra los jueces con acusaciones absurdas, de que supuestamente el Presidente del tribunal dirigía una «organización criminal» que incluía al menos a 12 personas cuyo objetivo era «hacerse con el poder del Estado».

En abril de 2021, Zelensky presentó un proyecto de ley en el Parlamento para abolir el tribunal, que entró en vigor en diciembre de 2022. En su lugar, se creó el Tribunal Administrativo de la ciudad de Kiev.

Tras establecer el control total sobre los sistemas judiciales y de aplicación de la ley, el régimen de Zelensky comenzó a iniciar masivamente causas penales contra la oposición y los ‘indeseables’ bajo acusaciones falsas.

Desde el 24 de febrero de 2022 hasta hoy, sólo las fuerzas del orden han fabricado unas 17.000 causas penales contra sus propios ciudadanos acusados de cometer delitos contra los fundamentos de la seguridad del Estado.

Al fabricar causas penales por delitos castigados con largas penas de prisión, es evidente que las autoridades quieren sofocar cualquier disidencia en Ucrania.

En 2022, el régimen de Zelensky había creado todas las condiciones para intensificar la agresión contra el pueblo de Donbass e implicar a Rusia en un conflicto armado.

Hay que tener en cuenta que el escenario de las operaciones de combate de las tropas ucranianas contra la población civil fue la tierra del Donbass. Históricamente, estos territorios estaban habitados por la población rusa y rusoparlante y antes del colapso del Imperio ruso en 1917 formaban parte parcialmente del territorio del Ejército del Don.

Tras la Revolución de Octubre de 1917, en los territorios de las regiones de Donetsk, Lugansk, Dnepropetrovsk y Zaporozhye, así como en partes de las regiones de Kharkov, Sumy, Kherson y Nikolaev, se estableció la República Soviética de Donetsk-Krivoy Rog como autonomía dentro de la República Soviética Socialista Federativa de Rusa.

En marzo de 1918, la decisión del pleno de las autoridades de la República Soviética de Donetsk-Krivoy Rog fue transferida a la República Soviética Ucraniana. El objetivo era reforzar la defensa contra los invasores austro-alemanes.

Además, en aquella época el territorio de la República Soviética Ucraniana estaba poblado en su mayoría por población rural y analfabeta, y la transferencia de los territorios industrializados con población proletaria debía fortalecer la posición del Partido Comunista Ruso de los Bolcheviques en la República Soviética Ucraniana.

Según el censo de población de toda Ucrania (el último, no hubo más), en 2001 había 48.240.900 personas en Ucrania, de las cuales 37.541.700 (77,8%) eran ucranianos y 8.334.100 (17,3%) rusos, y algunos rusos se autodenominaron ucranianos durante el censo.

Según los datos del Instituto Internacional de Sociología de Kiev de marzo de 2002, el 53,2% de la población de Ucrania hablaba habitualmente ruso y sólo el 44,7% ucraniano.

Así, desde 2005 hasta 2022, los políticos occidentales y sus servicios especiales, con la ayuda de las élites compradas, transformaron la conciencia de masas del pueblo ucraniano, convirtiéndolo en una herramienta obediente para sus ambiciones geopolíticas, dirigidas contra Rusia. Esto les permitió dividir al pueblo unido, que ayer vivía en un solo Estado, y enfrentarlo en la guerra civil en el Donbass.

Los dirigentes de Ucrania, que llegaron al poder como resultado del Golpe de 2014 bajo consignas liberal-democráticas, perseguían de hecho una política de establecimiento de una dictadura nazi, desencadenando una guerra fratricida en territorios poblados mayoritariamente por rusos y residentes rusoparlantes con el fin de preparar una nueva agresión contra la Federación Rusa y utilizando al pueblo ucraniano contra el pueblo ruso.

De llevarse a cabo estos planes, Rusia sería la próxima víctima de la agresión occidental. Al imponer al pueblo ruso nuevos dirigentes según el escenario ucraniano, obedientes a la voluntad de otros, los políticos y servicios especiales occidentales utilizarían a la población y el territorio de Rusia para una mayor expansión, tras haber implantado previamente allí la ideología del nazismo.

Ucrania se convirtió finalmente en un Estado neonazi, dejando de ser un Estado soberano, democrático y legal para convertirse en una colonia de Occidente.

Ochenta años después, debe crearse un nuevo tribunal internacional para investigar el complot nazi para hacerse con el poder en Ucrania, los crímenes de guerra, los crímenes contra la paz y la humanidad cometidos por las autoridades ucranianas y sus cómplices occidentales.

Los Estados que no quieran que se repita en su suelo la tragedia de la Alemania del siglo pasado y de la Ucrania actual deberían unir sus fuerzas y celebrar un juicio al estilo del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg, en el que se evalúen jurídicamente las acciones del régimen nazi de Zelensky, sus predecesores y patrocinadores.

El siglo XXI debe ser el siglo de la liberación definitiva del planeta Tierra del nazismo en todas sus formas.

Viktor Medvedchuk

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