Con procesiones, bailes, cantos y comida, el quinto mes de cada año se conmemora en distintos puntos de Chile la pasión y redención de Cristo con la «Cruz de Mayo«, fiesta religiosa de carácter comunitario.
De acuerdo a diversas versiones historiográficas, la fiesta de Cruz de Mayo en América Latina, se remonta a los tiempos de la Conquista. En Chile, una de las devociones más generalizadas en el país era el culto a la Santa Cruz.
“Como el misionero católico apenas sabía el idioma de los indios a quienes venía a evangelizar, para hacerse entender necesitó servirse de signos externos para reforzar su enseñanza. Era primordial inculcar la idea de Dios, unida al misterio de la redención y a la verdad de la recompensa después de esta vida. Para esto recurrían a la cruz, la que colocaban en alguna colina o lugar visible cerca de sus misiones”, destaca así Cel libro “Cantos a lo divino y a lo humano en Aculeo: folklore de la provincia de Santiago”.
Indica asimismo: “Como un medio de mantener viva la doctrina, nombraban fiscales en los pueblos, quienes tenían el encargo de bautizar y rezar los días festivos en la capilla o al pie de esa cruz expuesta a la veneración pública (…) Los misioneros fundaron hermandades en torno al culto de la cruz el que se tributaba los últimos ocho días de ese mes en los que acudían bailes chinos a danzar ante el madero”.
Posteriormente, las cruces veneradas en los campos se arreglaban con flores y variados adornos. En las casas se honraba la cruz con el rezo del rosario, el canto de letanías, con canto a lo divino y se festejaba con mistelas y «gloriao«, según versa la tradición popular y campesina.
Su verdadero origen: celebración de la Cruz del Sur (Chakana Raymi)
KAWSAYPAQ reivindica su celebración por estas fechas como parte de una tradición andina y ancestral, lo que es resaltado por la orfebre Poli Rivera.
Desde esta fuente, el mes de mayo para el mundo andino representa el inicio de un nuevo ciclo, que está marcado por la constelación de la Cruz del Sur, “que se encuentra en su punto más alto y vertical en nuestro cielo, se encuentra en el cenit, esta posición anuncia la época de la cosecha anuncia el inicio de un nuevo ciclo vital”.
También indica: “La cruz del sur ha sido reverenciada ancestralmente, ella ha sido la guía, el fundamento, y la regidora del mundo andino, proporcionando el sentido de comunidad, de trabajo en grupo, de coordinación, de colectividad, de reciprocidad, el andino ha organizado su sistema social observando esta hermosa constelación, que a su vez era la guía para los caminantes del altiplano, marcando la dirección Sur y se la puede observar más de 9 meses al año. Según su posición en la esfera celeste, se determinaba diferentes épocas agrícolas”.
“Al ser la guía que marca eternamente un punto en el cosmos, el sur, es rectora del hemisferio austral, al igual como sucede con la estrella polar en el hemisferio boreal. Este punto representa entonces el punto de conexión entre los 2 mundos, el Hanan Pacha y el Kay Pacha, siendo así un puente, el que era venerado cuando su eje mayor se yergue verticalmente sobre nosotros, justamente en los primeros días del mayo, a la media noche”, señala la publicación.
También se indica: “Nuestros ancestros subían a los Centros Astronómicos Ceremoniales o Wakas, ubicados en la cima de las montañas, para su mejor observación y estudio, y para estar más cerca de su influjo energético. Además, es el momento propicio para “potenciar” las propiedades medicinales de las hierbas (…) Mientras nos acercamos a los días más oscuros del año, los pliegues entre mundos se tornan más sutiles, activando vórtices y permitiendo mayor comunicación con los mundos que no se ven”.
Para estos tiempos, se resalta lo siguiente con respecto a su celebración: “Es el momento de recordar a los ancestros, honrar su memoria, solicitar sus enseñanzas y mensajes, el cielo está bajando a la tierra, y los seres humanos, llegamos a ser los puentes para canalizar esta energía, puentes entre el cielo y la tierra, los chakarunas, que se inician en esta época, que es previo a la celebración de Iniciación con el Agua en Qoylloritti y previo al Solsticio de Invierno, el gran Inti Raymi”.
Finalmente, se señala: “No perdamos la oportunidad estos primeros días del mes de mayo de observar el cielo, comunicarnos con las estrellas, con nuestros ancestros, recibir sus mensajes, recibir sus señales, pedirles orientación, iniciarnos como chakarunas, y ser la unión entre el cielo y la tierra«.