El multifacético artista chileno, Álex Anwandter, reconocido por su talento y por su compromiso con temas sociales y políticos en sus canciones, concedió una entrevista a El Ciudadano para hablar del lanzamiento de su nuevo álbum «El diablo en el cuerpo«, un disco de sofisticados arreglos musicales y de colaboraciones con grandes artistas.
«Unx de nosotrxs» con Javiera Mena, «Tienes una idea muy antigua del amor» con Julieta Venegas, «Tengo una confesión» con Christina Rosenvinge y «Mi vida en llamas» con Buscabulla, son parte de las 16 canciones de esta nueva pieza que promete hacer bailar y cantar a sus millones de fanáticas y fanáticos alrededor del mundo.
Desde su hogar en Nueva York, el autor de «Tatuaje» (2011), «Siempre es viernes en mi corazón» (2016) y «Paco vampiro» (2019) habló con el periódico para referirse a su nuevo lanzamiento y otras cosas más.
Revisa la entrevista completa a continuación.
Álex, mucho gusto de conocerte y de conversar contigo en esta entrevista para El Ciudadano.
Igualmente. Gracias.
Para empezar esta entrevista, quiero preguntarte sobre tu nuevo álbum «El diablo en el cuerpo». ¿Qué te inspiró a crearlo?
Lo empecé a escribir al principio de la pandemia, medio pensando que iba a escribir canciones introspectivas y tristes, porque era una época bien extraña, pero me empezaron a salir estas canciones bailables. Y decidí seguir un poco ese instinto. Después me di cuenta que lo bailable tenía que ver con un anhelo, unas ganas de estar en contacto con otra gente que era lo que no podíamos hacer en esa época. Así que lo respeté y se transformó en eso, el disco más bailable que he hecho.
Esta es tu quinta producción en estudio. Cuéntame, ¿cómo la definirías tú?
Bailable. O sea, es la palabra que más se me viene, pero también se me viene a la mente la palabra cuerpo, porque es un disco que no tiene un mensaje más que el deseo de comunicarse con el cuerpo y lo que pasa con el cuerpo. Ese tipo de comunicación.
Sin embargo, hay temas sobre la mesa, por ejemplo, el amor, pero también la impunidad, el goce y el baile. ¿Podríamos ahondar en esas temáticas?
Sí, eso de la impunidad se me coló por ahí. Alguna idea tengo sobre algo (risas). Las primeras canciones empezaron a salir a finales del 2019. Entonces, todo lo que pasó en Chile alcanzó a meterse un poco. Y encuentro bien importante no auto limitarse como artista y ser honesto, si tengo una idea con respecto a algo, no me interesa censurarla solo por hacer algo más comercial. En ese sentido, creo que el disco es pop, pero es un pop quizás un poquitito más complejo que algo de industria. Es un disco pop, pero hecho artesanalmente.
Y sobre las colaboraciones que elegiste. ¿Por qué ellas (Julieta Venegas, Javiera Mena, Cristiana, Christina Rosenvinge y Buscabulla)?
En primer lugar, fue porque a medida que el disco crecía se me hizo necesario incluir literalmente otras voces, porque empezaron a aparecer temas que eran más colectivos, ya sea desde lo del baile hasta estas cosas micropolíticas. Y en segundo lugar, porque tengo la suerte de tener amistades musicales y calzó que eran mujeres solamente, porque en general me gusta trabajar más con mujeres.
¿Por qué te gusta trabajar con mujeres?
Porque los hombres son más aburridos (risas).
Volviendo al disco. La composición y los arreglos están hecho en Buenos Aires. Sin embargo, tú estás radicado en Nueva York. ¿Por qué elegiste Buenos Aires?
Voy mucho a Buenos Aires porque mis mejores amigas viven allá y me gusta mucho trabajar con mis amigas. Me gusta mucho estar con mis amigas, así que invento planes para estar con ellas (risas). Y eso implica que coincidan con mi trabajo. Y también, obviamente, hay gente muy talentosa. El baterista que toca en el disco es uno de los arreglistas que trabajó en el disco, Pedro Onetto. Pero también, cuando estaba grabando el disco con Julieta Venegas, ella vivía en Buenos Aires y lo trabajamos mucho allá. Entonces estaba la orquesta de ella y aprovechamos de grabar el disco. Es sencillo.
Te quiero consultar también sobre qué piensas del momento político y cultural que estamos viviendo en Chile, en Argentina y en el mundo. ¿Qué percibes tú?
La misma pugna de siempre entre lo conservador y lo que quiere progresar. Ahora, el péndulo está cayendo con más fuerza hacia lo conservador en Chile. En Argentina, también hay una candidata de extrema derecha. En Estados Unidos está siempre esa amenaza. En un país donde hay más armas que personas, así que es un poco serio. Son fuerzas grandes.
Tu música ha recibido buenas opiniones de la crítica, por ejemplo, «Maricoteca» ha recibido elogios en Billboard, también en The Rolling Stones, entre otras. ¿A qué crees que se debe ese éxito? ¿hay un concepto ahí?
Yo creo. O sea, si tuviera que analizarlo, creo que el pop, la música popular, tiene este enfoque hacia el placer, hacia el disfrute. Y creo que se aprecia cuando hay artistas que que no asocian ese disfrute con la evasión, con la superficialidad, sino que pueden intentar incorporar otras ideas o pueden intentar conectarse con la sociedad. Yo siento que si hay alguien que le gusta, o a la crítica le gusta mi música, puede tener en gran parte que ver con eso, con que es un pop que pareciera pensar. Pareciera… (risas).
Pasando a temas personales, tu eres vegetariano. ¿Hay una postura en ello?
Claro. Es un tema ético para mí. No soy muy proselitista con este tema. Más que por no creer en ello, es porque siento que uno tiene que escoger las batallas en la vida. Y si me pongo a hablar de cada tema que me preocupa, después uno pierde credibilidad y se transforma en Bono, o el señor Calle 13 (Residente), que opinan sobre cada asunto de cada país. Prefiero, como te digo, escoger. En Chile, estamos teniendo un proceso social importante y por ahí sirve más juntar fuerza hacia eso que crear anticuerpos hablando en contra del rodeo, por ejemplo, que es una cosa que me parece abominable, pero es una una opción.
Te pregunto por una receta que le pudieras recomendar a tus seguidoras y seguidores.
¿Una receta de cocina? (Risas).
Sí, una receta que hayas probado últimamente (risas).
Mi novio compró una…No sé cómo se llaman..¿Una freidora de aire?.
– Sí.
– ¡Está buenísima! (Risas). Él no es vegetariano, que es como un tema igual (risas). Pero ahí metemos repollito de bruselas, papas, zanahoria. Y lo aliñamos con romero y ajo, ¡queda espectacular!
Tú eres cantante, compositor, pero también director de cine y, por ejemplo, en «Nunca vas a estar solo (2016)» hay una crítica importante a la violencia homofóbica. ¿Tú te consideras un activista LGTBIQ+?
No sé. Siempre me cuesta un poco esa pregunta…
Pero lo instalan los medios. Por eso te pregunto...
Es más eso lo que sucede. No pienso sobre mí mismo en esos términos. No me pongo activista en mi bío de Instagram. Pero supongo que hablar de cosas es una especie de activismo. Por ejemplo, cuando hice esta película, podría haber escogido cualquier tema sobre el que hablar y escogí eso. Pero para mí, eso es como no desconectar mi trabajo de mi empatía. Es como una cosa personal más que hacer activismo. Es simplemente un proceso que siempre pienso que tiene que ser súper auténtico. Creo que es una definición que depende más de otras personas que de mí.
Es parte de ser persona, ¿no?. La voz en este caso, pero también por la composición musical y por los sonidos que se transmiten.
Yo sí he pensado que el escenario tiene un grado de responsabilidad, y el escenario como lugar metafórico, estar con una plataforma que tiene una amplificación hacia muchas personas. Y para mí eso sí conlleva un grado de responsabilidad de primero no decir estupideces y, segundo, de intentar hacer algo por alguien más que no sea solo por uno mismo.
¿Y tu proyecciones como artista?
Bueno, pues para partir sale el disco nuevo este viernes y son bastantes canciones. Se hizo largo a propósito…
¿15 temas, no?
16, ¡un montón! (risas). Me gustan los discos que uno puede volver a visitar. Es menos como una novela y más como un libro de poesía que puedes leer cuando quieras. Y es como un mundito donde puedes existir un rato. No sé si está hecho incluso para escucharlo de un tirón, pero me siento re cómodo con esa idea.
¿Hay otras partes que estás explorando en el mundo artístico, más allá de lo cinematográfico y lo musical?
Un poquito, pero con mucha vergüenza: la danza. O sea, siempre me ha gustado. No soy muy bueno, soy un poco tieso, pero no es el punto tampoco. No creo que…
Este disco tiene mucho de eso…
Tiene mucho de eso. Hay una serie de disciplinas que se describen como trabajar con el cuerpo: bailar, actuar o hacer yoga. Y es una especie de lenguaje, o un aprendizaje que es súper interesante, que me gusta mucho. Me cuesta un poco porque soy bien de la cabeza, pero siento que es un mundo completo que me gusta explorar.
Para ir finalizando esta entrevista, me gustaría plantearte algunos conceptos y que tú puedas ir desarrollando ideas en torno a estos conceptos. El primero es: Baile.
Cuerpo.
El diablo en el cuerpo.
No sé si quiero definirlo…o dar como una analogía exacta y perfecta, porque no sé si la hay, pero me gustó esta imagen que resume hartas cosas. Entre esta comunicación del cuerpo, el deseo percibido como algo negativo, normas sociales que se asocian con ciertos deseos que hay que reprimir, ciertos deseos que están validados y también con mi anti catolicismo (risas).
Y un último concepto: Futuro.
Por decir lo primero que se me vino a la mente: Niebla. Es lo primero que se me ocurre. Creo que así funciona este juego, ¿no?. Hay que decir lo primero.
Para finalizar, te quería pedir un mensaje para quienes te escuchan. ¿cuál sería?
De nuevo, lo primero que se me vino a la mente es instar a lo colectivo. Siento que la mayoría de lo que vemos y lo que hacemos está dirigido hacia el beneficio individual y al valor individual, la imagen. Y yo siento que por ahí no está la solución a nuestros grandes problemas como sociedad. Colectividad, unión, organizarse, por ahí.
Muchas gracias, Álex.
Igualmente. Muchas gracias.
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