¿Quién fue Alfonsina Storni?

Su carrera literaria equilibra la preservación de la forma clásica y la experimentación poética, ademas de un clamor por la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres.

¿Quién fue Alfonsina Storni?

Autor: Daniel Carpinteyro

Nota: la presente semblanza se apoya en el trabajo de Josefina Delgado, así como en la minserie realizada María Herminia Avellaneda para ATC.

Un 29 de mayo como hoy, pero de 1892, nacía en Sala Capriasca, Suiza, la niña Alfonsina Storni, que más adelante pasaría a nacionalizarse argentina y ocuparía un lugar en la plana mayor dentro de la poesía de este país de la primera mitad del siglo XX.

Sus padres eran de origen italo-suizo y se dedicaban a la fabricación de cerveza, aprovechando la exquisita calidad del agua alpina. Ella llevaba el nombre paterno de Don Alfonso Storni. La madre se llamaba Paulina o Paola Martignini. Fue Alfonsina, su tercera hija.

Inestabilidades económicas, presumiblemente, que culminarían en una vida de precariedad en la Argentina, ya lejos de los regocijos reservados a la clase empresarial.

Transcurre la niñez de Alfonsina en la ciudad de Rosario , Argentina, donde el padre monta una cafetería y la madre imparte clases . Nuestra poeta atiende las mesas de la cafetería, comanda en mano, a veces le toca fregar loza, y mientras estos mundanos quehaceres secuestran su tiempo, su mente se proyecta sobre la poesía modernista de España e Inglaterra, y abreva del simbolismo francés.

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En aquellos archipiélagos sumergida, nuevas dimensiones de la palabra se le manifiestan, y en ellas, nuevas dimensiones del mundo, de existir como mujer en este mundo, tan poco propicio a ser mujer. Y es entonces que Alfonsina se decide a hacerse de un hogar en la palabra . En 1912, publica en la revista «Monos y Monadas» por primera vez. Su  contribución, titulada «Anhelos», es un poema que sigue el paradigma del ‘Ubi sunt’?, pues la voz poética medita bajo un árbol  sobre los tiempos mejores que se han ido. El ombú (nombre del árbol) es el testigo de la voz poética, signo de una naturaleza que excede en el tiempo, la substancia y el significado a cualquier preocupación humana, a la que empequeñece por contraste. El lector asiste a lo sublime, a un aura solemnidad que permite la introspección a través de la investigación poética .

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Alfonsina Storni, a la vez que profundizaba en la poesía, abrió sus alas y dejó el hogar familiar para trabajar a partir de 1907 con el grupo teatral de José Tallavi. Representó a personajes de Pérez Galdós y Henrik Ibsen, entre otros. La memorización de estos parlamentos  iluminaban nuevas posibilidades discursivas. Ideas de progresiva claridad se formaban en la mente de Alfonsina, acomodándose en oraciones de meticulosa factura, entre las cuales el nitrógeno modernista comenzaba a filtrarse.

A partir de 1909, Alfonsina Storni entra a trabajar como Maestra Rural, donde alfabetizó y promovió hábitos de higiene entre sus estudiantes.

Después se traslada a Buenos Aires, donde da a luz a su hijo Alejandro. Se gana la vida redactando correspondencia comercial para Freixás y Hermanos, enfocada en la importación de aceite.

Ahí pasa cincuenta horas a la semana circunscribiendo su ingenio a dictar ante mecanógrafas cartas que hacen referencia a envíos y recepción de mercancías, cotizaciones y catálogos.  La chispa intelectual de Storni, ahora presa entre las celdas formulaicas de la comunicación comercial. En los intervalos, saca una libreta de bolsillo y garabatea los poemas que pasarán a convertirse en el libro «La inquietud del rosal». El libro es menospreciado por la crítica de la época.

Además, su poemario debut le acarrea roces en la oficina, donde le exigen renunciar a su carrera literaria para evitar asociaciones indeseables a la compañía: nunca ha sido buen asunto para un taller de encorbatados tener un ingenio artístico, un intelecto adelantado entre sus filas. Storni renuncia.

Comienza a ser invitada a tertulias culturales y a publicar poemas, ya maduros, en la Revista La Nota. La figura de Alfonsina comenzaba a hacerse discernible en la cartografía cultural de Buenos Aires. En dicha ciudad, se codearía con Amado Nervo, Gabriela Mistral, Rubén Darío y Horacio Quiroga, con quien entablaría una amistad especial.

Su segundo libro, «El dulce daño», llegaría en 1918, poemario aún brotado de sentimentalismo que resulta, sin embargo, sincero, y establece soliloquios muy logrados que circulan en torno a los matices agridulces del amor.

En 1925 publica «Ocre», un poemario de tono más adusto y temática diversa de sus trabajos anteriores.

Lamentablemente, Storni desarrolló cáncer de mama, por lo que tuvo que someterse a cirugías de mastectomía. Su calidad de vida, sin embargo, se vio seriamente disminuida a lo largo de su cuarta década de vida.

En 1926  publica sus prosas poéticas  «Poemas de amor», y en 1937, «Mascarilla y trébol» que fue su último libro. A lo largo de su carrera literaria -que incluyó ensayo y teatro- se nota un equilibrio entre la preservación de la forma clásica y la experimentación poética, ademas de un clamor por la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres.

Alfonsina Storni se quitó la vida el 25 de octubre de 1938 en la Playa La Perla, en Mar de Plata.

datadura

Nombre: Alfonsina Storni (1892-1938). Vivió 46 años.

* Reconocimientos:

* Senado argentino, 1938. (Discurso del senador Alfredo Palacios).

*Diversas calles y vialidades argentinas llevan su nombre.


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