Se trata del asesor y cerebro económico de Jose Antonio Kast, Eduardo Guerrero, empresario y socio de Primus Capital, director de Ideas Republicanas y ex encargado del programa económico de la campaña presidencial de Kast.
Existe entre los grupos de Derecha fundados en México uno que destaca por su radicalismo e influencia: el Yunque.
Con raíces que se remontan a la Guerra Cristera (1926-1929), guerra civil instigada por la iglesia católica contra un gobierno mexicano que pretendía acotarla, el Yunque no ha dejado de crecer hasta nuestros días, no solo infiltrando el poder político mexicano, sino produciendo esporas más allá de dicho territorio.
Así, dicho cónclave no solo ha logrado conquistar puestos estratégicos en el gobierno de dicha república, sino que ha logrado internacionalizarse y tejer conexiones con otros frentes como Vox en España, y el Partido Republicano de Chile, que operan bajo similares paradigmas políticos.
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El objetivo declarativo común es el «combate de Satanás», que en algún momento asumió para ellos el rostro del comunismo, y ahora lo son también las identidades de género y preferencias sexuales no autorizadas por la norma católica, así como el derecho de las mujeres a interrumpir sus embarazos.
De fondo, sin embargo, el movimiento en su configuración actual busca la supremacía de los intereses patronales y la consolidación del poder empresarial por encima de cualquier restricción estatal.
No en balde el yunquista mejor acomodado del sexenio de Vicente Fox, el abogado Carlos Abascal Carranza, fue el primer representante de la confederación patronal en presidir la Secretaría del Trabajo, donde se las ingenió para derogar diversas garantías laborales que los trabajadores mexicanos habían conquistado, muchas veces a costa de derramar su sangre.
Los orígenes del Yunque en México
La organización que nos ocupa fue fundada en 1953, en la ciudad de Puebla, capital del estado mexicano que lleva el mismo nombre. Su fundador fue el ingeniero Ramón Plata Moreno, quien asumió la tarea por consejo de sacerdotes jesuitas, quienes se decían preocupados por la «infiltración comunista» visible en la Universidad Autónoma del Estado de Puebla.
El objetivo de la organización sería hacer frente, por todos los medios posibles, a la «conspiración masónica-judeo-comunista», y «ordenar el Estado para instaurar la Ciudad de Dios conforme al Evangelio» (Delgado, A. El Yunque. La Ultraderecha en el Poder.)
En realidad, el descontento de los jesuitas venía de su pérdida de influencia sobre la universidad que ellos habían dirigido por 400 años, desde los tiempos en que la institución era el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús. Una vez que la universidad comenzó a funcionar bajo el modelo educativo «crítico y popular», la derecha poblana optó por fundar su propia casa de estudios superiores, la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), que se constituiría en un notable semillero de pensamiento conservador en el país, casi a la par de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UDG), cuna de «Los Tecos», un movimiento radical anticomunista y antisemita que campeaba en esta universidad pública del estado de Jalisco.
El Yunque alcanzó su cenit de influencia en México durante las presidencias de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y, un poco menos, con Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), ambos afiliados al Partido Acción Nacional. Sin embargo, los yunquistas aún siguen activos en su lucha mediática por desprestigiar la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador, y sobre todo establecer metástasis más allá de las fronteras de la República Mexicana.
Como señala el periodista Álvaro Delgado, El Yunque es una asociación pequeña, de elite, pero con una enorme influencia por el poder de sus agremiados de crear grupos de presión e incidir en la agenda pública.
El Yunque y sus enlaces internacionales
En España, el Yunque ha encontrado notable resonancia con el Partido Vox. En 2021, Santiago Abascal, presidente de Vox, se reunió en México con el entonces coordinador de la bancada del Partido Acción Nacional en el senado, Julen Rementería del Puerto, para firmar la Carta de Madrid, un documento que pugna por agrupar a la comunidad hispanoparlante en un conglomerado llamado «iberoesfera», con España a la cabeza, donde se luche contra el comunismo que, según dicen, inspira el Foro de Sao Paulo y el Grupo Puebla.
El Yunque llegó a Chile apenas pasado el umbral del presente siglo, aunque desde la década de los setenta del siglo pasado había realizado en México demostraciones públicas en apoyo a Augusto Pinochet, con cuyo proyecto político empataban por rechazo a comunismo «a toda costa».
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Una de las más sonadas fue el mítin pro-pinochetista celebrado en 1973 en la ciudad de León, Guanajuato. Esta y otras manifestaciones que en México se escenificaron en apoyo al golpe de estado se encuentran plenamente documentadas en el documento Contra el «allendismo». Las derechas mexicanas y su apoyo al Golpe de Estado en Chile, por el académico Carlos Fernando López de la Torre, donde se señala que la buena relación mantenida por el gobierno mexicano con el de Salvador Allende fue tomada por la derecha mexicana para explicar la inestabilidad económica que se vivía en México.
De acuerdo al periodista mexicano Álvaro Delgado, el actual dirigente de El Yunque en Chile es el neoliberal Eduardo Armando Guerrero Núñez, asesor de José Antonio Kast y fuerte contribuyente financiero a la campaña de Sebastián Piñera.
Guerrero Núñez se ha desempeñado como profesor universitario en la Universidad Católica y la Universidad de los Andes donde promueve los estamentos básicos de la Escuela de Chicago: eliminación de impuestos a los grandes capitales y no intervención gubernamental en los negocios de las grandes corporaciones. Como entusiasta de la «cultura emprendedora», Guerrero Núñez además posee fondos de inversión en diferentes sociedades y start-ups.
El caso de Guerrero Núñez como ideólogo del capítulo chileno de El Yunque sigue un patrón en común dentro del marco ideológico de la derecha internacional: apelar a las sensibilidades religiosas de la población ultracatólica para avivar el sentimiento anticomunista, promover una agenda antiderechos, mientras que el objetivo de fondo es eliminar las regulaciones de mercado que estorban a los grandes capitales imperar con voz atronadora sobre la Ciudad de Dios: un playbook de probada efectividad en la implementación de regímenes neoliberales a nivel internacional, desde que la doctrina del choque hizo de Chile, en 1973, su laboratorio de experimentos.