Pragmatismo y aspiraciones presidenciales en la 4T

Un fantasma recorre a Morena y a la 4T: el fantasma del pragmatismo

Pragmatismo y aspiraciones presidenciales en la 4T

Autor: Carlos Figueroa

Un fantasma recorre a Morena y a la 4T: el fantasma del pragmatismo. Salvo Gerardo Fernández Noroña quien camina a contracorriente y del cual no he visto indicios de alianzas cuestionables (de la campaña de Manuel Velasco no sé mucho), los cuatro restantes aspirantes a ser coordinador/a de la Cuarta Transformación, paulatinamente evidencian que en la lucha por triunfar en las encuestas están haciendo alianzas e incorporando a sus equipos de campaña a personajes que resultan cuestionables por decir lo menos. O bien atemperando su discurso para quedar bien hacia el bando de los moderados, también para decir lo menos.

Me llama mucho la atención que el actual secretario de Gobernación, Julio Huerta, siga ostentándose como jefe de campaña en Puebla de Claudia Sheinbaum. También que el actual gobierno del cual Huerta forma parte, encabezado por Sergio Salomón Céspedes, haya nombrado a Ardelio Vargas Fosado como subsecretario de Desarrollo Político de la propia Secretaría de Gobernación. Como es sabido, Vargas Fosado, además de tener antecedentes deplorables en materia de represión política, es reputado cacique de la región que circunda a su natal Xicotepec de Juárez. En las elecciones para la gubernatura fue una de las alianzas regionales que hizo Luis Miguel Barbosa, las cuales le permitieron neutralizar el voto en contra de la región metropolitana.

Otro ejemplo del pragmatismo del equipo de campaña de Claudia Sheinbaum, es la incorporación al mismo del exdiputado panista Gonzalo Espina. Hasta hace poco feroz adversario de Andrés Manuel López Obrador y de la 4T. Por lo visto, Espina ha decidido convertirse en un imbécil si partimos de sus propias palabras expresadas en 2021: “hay que ser muy imbécil para votar por Morena”. Un ejemplo de la sabiduría del aforismo de que el ser humano es amo de sus silencios y esclavo de sus palabras, lo da el propio Espina, si recordamos que dijo que “Morena miente como respira” y que “todos los corruptos de la mafia del poder, hoy está en Morena”. Acontece que en Morena se aplica la realpolitik y se está organizando al oportunismo.

Ejemplos también los da Adán Augusto López Hernández y sus operadores provenientes del priismo poblano. Su principal adalid en la entidad, Ignacio Mier Velazco, nutre sus filas también con figuras provenientes del morenovallismo. Un puente para ese sector es el estimable Fernando Manzanilla, a través del cual podrían acercarse figuras como Antonio Gali. A través de Nacho Mier, Adán Augusto podría contar en su haber a figuras conspicuas del neoliberalismo universitario como Enrique Doger Guerrero. En Hidalgo, una muestra de esas alianzas pragmáticas son las noticias que se tienen de que el grupo que ha controlado la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, la Sosa Nostra, es ahora una de las principales fuerzas que apoyan al exsecretario de Gobernación.

Más que por sus alianzas, el aspirante Marcelo Ebrard ha sido criticado por tener un discurso cercano al neoliberalismo. Como lo ha señalado Fabrizio Mejía, empezando por su lema de campaña “Sonríe, todo estará bien” que invita a la pasividad y continuando con su predilección por la meritocracia, piedra angular del individualismo neoliberal. Además de tener un nutrido fuego amigo por parte de los partidarios de Claudia Sheinbaum, en su afán pragmático de nutrirse de la figura presidencial, ha cometido errores como su propuesta de crear una secretaría de la 4T que estaría encabezada por Andrés Manuel López Beltrán. 

De Ricardo Monreal hay poco que decir. Sus errores, sobre todo el cometido durante las elecciones de 2021, lo pusieron en la mira de Andrés Manuel López Obrador. La percepción generalizada de que el presidente lo había puesto en la congeladora y que lo consideraba un traidor, y los sucesivos bandazos que fue dando en ese contexto, lo tienen en el sótano de los sondeos y encuestas. Sandra Cuevas, la impresentable alcaldesa panista de Cuauhtémoc en la Ciudad de México, ha exclamado sobre Monreal “¡usted será el próximo presidente de México!”.

Si alguno de la o los aspirantes presidenciales de Morena ha sabido tejer redes transpartidarias es Ricardo Monreal. Alejandro Moreno Cardenas (Alito), Dante Delgado, Rubén Moreira figuran entre sus interlocutores. El problema con Monreal es que está tan disminuido que interlocutores como estos tienen ahora la vista en otro lado. La sobrevivencia de Monreal depende ahora del premio de consolación que le den. Se ha dicho que podría ser la candidatura a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. No creo que le alcance para ello, en todo caso sería un error mayúsculo que trascendería al pragmatismo: sería una tontería.

El hecho cierto es que en el mar revuelto de los pragmatismos que ha generado el proceso que lleva a las encuestas de la 4T, han surgido pescadores que buscan ganancias. En Puebla la semana pasada corrió la especie de que José Chedraui Budib podría aspirar a ser el candidato de Morena a la presidencia municipal de Puebla. Para empezar, Chedarui afirma tener el mérito de haber estado en todos los desayunos que en Puebla se han organizado para Claudia, Marcelo y Adán. ¿En serio? Pensándolo bien, hemos visto tantas cosas en Morena que esto, que parece una broma, podría tener toda la seriedad del mundo.

Por: Carlos Figueroa Ibarra

Foto: Agencia Enfoque

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