El presidente Andrés Manuel López Obrador cerró su discurso de la conmemoración del quinto aniversario de la victoria del Movimiento de Regeneración Nacional con sentencias fulminantes: “¿Por quién estamos aquí? Por el Pueblo. ¿A quién hay que servir primero? Al Pueblo. ¿Con quién transformar? Con el Pueblo. ¿En quién confiar? En el Pueblo. ¿Quién nos protege? El Pueblo. ¿Qué somos? Pueblo. ¡Muchas veces!: Pueblo, pueblo, pueblo”
Con ese cierre, el presidente López Obrador ha delimitado el rumbo político, social, cultural y económico que deberá encabezar quien lo suceda a partir del año 2024.
A todo esto, ¿Qué es el pueblo? ¿Quiénes son parte de él?
Violeta Montero, académica de la Flacso, define al pueblo como “una comunidad humana o pluralidad social que comparte un pasado común, elementos lingüísticos y culturales, y una proyección de futuro que les permite entenderse como un conjunto o un `nosotros´”. En ese sentido, la capacidad de adentrarse e identificarse en el concepto de “pueblo”, es más amplia que el abordaje superficial que se encuentra en el menosprecio que la derecha hace del llamamiento presidencial.
Pueblo somos todos.
Quizá no, pero casi todos.
Somos quienes tenemos un pasado en común, una dolencia compartida. Somos pueblo quienes padecemos sistemáticamente del virus diagnosticado como neoliberalismo.
Somos pueblo quienes no tenemos acceso a la propiedad, a una vivienda certera. Somos pueblo quienes debemos alquilar nuestra maquinaria humana ante quienes poseen los medios de producción. Somos pueblo quienes en la “plena libertad”, dotada por el neoliberalismo, decidimos autoexplotarnos día tras día.
¿Qué nos impide asumirnos como pueblo?
El sistema neoliberal se concibe doctrinariamente como un modelo económico, tendiente a favorecer las condiciones del libre mercado; de la no injerencia del estado en las regulaciones y de la posibilidad de la competencia entre privados, (lo cual no significa sea una competencia equilibrada).
En términos reales, el neoliberalismo es un modelo ideológico: es la mezcla del sistema político; económico; social y cultural que busca fungir como aspiración social. El neoliberalismo es aquella doctrina en la que el ser tiene valía en función a su capacidad económica. Siendo intrascendente la vía utilizada para la acumulación de riquezas; desvinculando la ética y la moral del comportamiento económico.
Ese pensamiento ha dado por resultado la normalización de la violencia y el credo que se profesa ante completos delincuentes, en su admiración monetaria. Por ejemplo, la narcocultura y la aspiración impuesta entre la niñez y la juventud de querer ser como son los grandes capos: Adinerados, con grandes vehículos y bellísimas mujeres.
El neoliberalismo parte de la premisa de que las problemáticas sociales y sus causas son individuales. De que el pobre es pobre porque quiere, de que el cambio está en uno mismo. Jamás es planteada desde la visión neoliberal una modificación estructural, motivada por un impulso colectivo. Eso dinamita la identidad comunitaria Es difícil asumirse como pueblo cuando la narrativa sistemática nos invade de deseos individuales.
Oxfam México realizó un estudio sobre Desigualdad Extrema en México. Dicho estudio arrojó que el 1% de la población mexicana, posee el 43% de las riquezas.
Cuando el presidente alude a los “fifís”, se refiere a ese 1%.
El resto amerita no sentirse aludido.
El resto, ¿Es pueblo?
Por: Jorge Hernández Aguilera
Foto: Archivo El Ciudadano
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