Con 69 votos a favor y 78 en contra, este miércoles la Cámara de Diputados y Diputadas rechazó la acusación constitucional contra el ministro de Educación Marco Ávila. Para la caída del libelo fue clave el desmarque de Evópoli, cuyos parlamentarios se restaron de la acusación tras una serie de comentarios homofóbicos por parte de representantes de Chile Vamos. Desde el oficialismo, en cambio, la sorpresa vino por otro lado: la diputada Pamela Jiles votó a favor de la acusación, ganándose las críticas de quienes fueron -hasta hace unos años- sus compañeros de coalición.
Una de las más molestas con Jiles fue la diputada Emilia Schneider, quien la emplazó a través de su cuenta de Twitter:
«La diputada del ‘fleto-power’, la abuela queer, votó a favor de la acusación homofóbica de la derecha contra el ministro Ávila. Igual se rechazó, pero queda claro de qué lado está. Ahora, volvamos a lo importante: acompañar a las comunidades y mejorar la educación chilena», escribió Schneider.
Desde el Movilh también cuestionaron a la legisladora acusando que «nuevamente dio la espalda a los derechos LGBTIQ+ y se unió a una cruzada homofóbica. ¡Ella no es ni queer ni fleto power».
Jiles, por su parte, explicó que su apoyo a la acusación constitucional se debería al desastroso estado en que se encuentra la educación pública, apuntando al ministro Ávila como el principal responsable. También lo acusó de maltratar a profesores y apoderados, un punto que no se encontraba dentro del libelo acusatorio.
«El rechazo de la Acusación Constitucional al ministro no extingue su responsabilidad política sobre el desastre en que ha transformado lo que quedaba de educación pública», escribió Jiles en su cuenta de Twitter.
«Es culpable de negar la alimentación a párvulos Junaeb, de maltratar a profesores, asistentes de la educación, apoderados y alumnos de los sectores más vulnerables, de profundizar condiciones inhumanas en los colegios públicos en todo Chile. Los niños, niñas y adolescentes -hijos de l@s trabajador@s- seguirán pasando indignidades porque la élite política no los escuchó ni los protegió», cerró.
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