Boric y Ucrania

Esta columna tiene el propósito de hacerle presente sus contradicciones en materias de política exterior, que es urgente rectificar.

Boric y Ucrania

Autor: El Ciudadano

Por Miguel Lawner

Durante el encuentro entre Celac y la Unión Europea celebrado recientemente en Bruselas, el Presidente Boric emplazó a sus pares a condenar la invasión de Rusia a Ucrania y también hizo referencia a las violaciones de los Derechos Humanos, que tienen lugar en Venezuela y Nicaragua.

El presidente Lula de Brasil, respondió a este emplazamiento afirmando que “posiblemente la falta de costumbre de participar en estas reuniones hace que un joven sea más sediento, más apresurado”, declaración que, en su edición de hoy, el vespertino La Segunda le dedica su portada y amplia
cobertura en páginas interiores.

Ya en la cumbre de Brasilia, promovida por el presidente Lula a fines de marzo con el propósito de impulsar la integración latinoamericana, ambos mandatarios tuvieron un entredicho respecto a la presencia de Venezuela, ocasión en la cual Boric hizo hincapié en las violaciones a los Derechos Humanos que tienen lugar en dicho país.

El presidente Boric, ha hecho alarde público, frecuentemente, que sus afirmaciones, provienen de la política de su gobierno, en el sentido de condenar las violaciones a los Derechos Humanos en todos los países, cualquiera que sea su orientación política.

Esta afirmación me parece que no se compadece con la realidad. Si hay un país que comete hoy día las peores violaciones a los Derechos Humanos, es Israel, donde diariamente son asesinados jóvenes, niños o mujeres palestinas en los territorios de la Cisjordania, ocupados ilegalmente por Israel, además de los diarios conflictos originados en la franja de Gaza.

Boric no ha dicho una palabra sobre estos crímenes. Tampoco se ha referido a la monstruosa legislación propuesta al parlamento israelí por el primer ministro Netanyahu, despojando de sus atribuciones al poder judicial y que tiene a los israelíes manifestándose masivamente los días sábado, durante 27 semanas consecutivas. «Debemos actuar contra lo que el Gobierno de Netanyahu está haciendo a nuestro país y al sueño israelí. Si el gobierno de Netanyahu no se detiene, aprenderá en los próximos días lo que ocurre cuando nos enfadamos», dijo el afamado historiador y ensayista Yuval Noah Harari, en la apertura de la última manifestación efectuada en Tel Aviv.

Boric fue uno de primeros mandatarios latinoamericanos en reconocer el verdadero golpe de Estado ocurrido en Perú hace ya un año, que trajo consigo la destitución del Presidente Pedro Castillo, el cual se mantiene en prisión hasta nuestros días, no obstante las innumerables manifestaciones que tienen lugar en las calles de las principales ciudades peruanas.

Mientras escribo estas líneas tienen lugar en Lima, Cuzco, Puno y Arequipa, gigantescas movilizaciones, severamente reprimidas por la policía. Quisiéramos escuchar algunas palabras de nuestro Presidente sobre este conflicto que tiene lugar en un pueblo hermano. Asimismo, me parecería inaudito malograr nuestras relaciones con Brasil, país con el cual hemos observado las mejores relaciones diplomáticas, a lo largo de nuestra historia independiente.

Yo he escrito dos artículos sobre el conflicto en Ucrania, tierra que me es muy cercana, porque mis padres nacieron allí y emigraron a nuestro país el año 1921, huyendo de los pogroms (1), encabezados por [Simon] Petliura, hoy un héroe nacional para las fuerzas que asumieron el poder en ese país, tras el golpe de Estado que tuvo lugar en 2014, culminando con el derrocamiento del presidente Víctor Yanúkovic.

Uno de esos artículos se titula UCRANIA: LOS FASCISTAS DE AYER Y DE HOY, y fue escrito el 25 de febrero de 2014, inmediatamente después de dicho golpe de Estado. El otro es “UCRANIA EN NUESTRAS VIDAS Y EN TODAS LAS VIDAS”. Y fue escrito el 26.02.2022, tras la invasión de Ucrania, por tropas rusas. Le recomiendo su lectura a nuestro Presidente, porque creo que contribuirán a entender las razones de este conflicto. Le será fácil encontrar en Internet ambos artículos.

El golpe de Estado del 2014 en Ucrania, contó con el apoyo total de los EEUU, interesados en detener la creciente influencia política y económica alcanzada por Rusia, tras el ascenso de Putin al poder.

Victoria Nuland, entonces subsecretaria de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos y ahora número tres del Departamento de Estado de Estados Unidos, desfiló personalmente por la plaza de la Independencia de Kiev, que lleva el nombre de Maidán, para animar las protestas contra el presidente Yanukóvich. Se jactó públicamente de que Estados Unidos había invertido cinco mil millones de dólares en el cambio de régimen en Ucrania” (2).

El sector oriental de Ucrania, conocido como el Donbass, que comprende las regiones de Lugansk y Donetsk, fue particularmente reprimido tras el golpe ocurrido en Ucrania en 2014. Es una zona con población mayoritariamente rusa, que conserva su idioma y con el cual se imparte la enseñanza en todos sus niveles. Las agresiones llegaron a tal nivel, que dichas regiones acordaron la creación de las Repúblicas Independientes de Lugansk y Donetsk.

Un año después del golpe militar de 2014, se firmaron los acuerdos de Minsk (3), estableciendo el alto al fuego en el Donbas, firmado por Rusia y Ucrania conforme a un plan desarrollado por el entonces presidente francés, Francois Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel.

Estos acuerdos han sido sistemáticamente violados por Ucrania, por vía del llamado Batallón Azov, cuerpo paramilitar, encargado de agredir constantemente a las repúblicas independientes del Donbass. Se trata de una organización de ultraderecha, fundada por Andriy Biletsky, un criminal que cumplía condena en la cárcel por asesinato y que fue liberado tras el golpe del 2014.

Sus crímenes son incontables, incluyendo 48 sindicalistas quemados vivos, en una escuela de Odessa. También han incendiado sinagogas, todo esto bajo el silencio cómplice de Estados Unidos y de gran parte del mundo, a diferencias de lo que ocurre hoy día con la invasión rusa en Ucrania, que ha motivado múltiples acciones de represalia impuestas por Estados Unidos, por la mayoría de los países europeos, por Sebastián Piñera y compartidas por nuestro Presidente Gabriel Boric.

La situación del pueblo ucraniano ha sido astutamente aprovechada por los fascistas ucranianos militantes del partido Svoboda (Libertad), agrupación de un nacionalismo fanático cuyo lema es “Ucrania sobre todo”, que no difiere nada del lema de los nazis: Deutschland uber alles (Alemania, sobre todo).

El 16 de marzo del año pasado, a menos de un mes de iniciado el conflicto, Rusia y Ucrania llegaron a un acuerdo de 15 puntos preliminares que incluía entre otras: el cese al fuego y retiro de las tropas rusas, la declaración de neutralidad de Ucrania consagrada en su Constitución lo que le impediría entrar a la OTAN, la aceptación del ruso como como lengua oficial y enseñada en las escuelas, y aunque Rusia había solicitado la «desmilitarización» de Ucrania, ahora solo pedía poner límites a su ejército y la prohibición de bases militares extranjeras o misiles nucleares en su suelo, a cambio de que la seguridad de Ucrania corriera con el aval de Turquía, Reino Unido y Estados Unidos.

Zelensky fue presionado por los Estados Unidos a no suscribir dicho acuerdo, frustrándose una tentativa inmejorable para acabar con el conflicto hace ya más de un año.

No nos gusta ver a Rusia, convertida en un matón del barrio, como lo ha sido EEUU a lo largo de toda su historia. Nos angustia ver a ciudadanos ucranianos huyendo de su país o refugiados en las estaciones del Metro. ¿Pero hay otro camino para detener el peligroso auge del fascismo tipo Siglo XXI, que puede amenazar con la extinción del ser humano sobre el planeta? Bandas de mercenarios fascistas contratados en toda Europa, luchan ahora en Ucrania.

Nuestro deber hoy día no es condenar a Rusia, imponiéndole más y más sanciones, sino que luchar de verdad por imponer la paz, no atizando el fuego como lo hace EEUU, que acaba de enviar a Ucrania las mortíferas bombas de racimo, las cuales carecen de objetivos militares y solo causan la muerte de civiles, dejando vulnerables, por decenas de años, los territorios donde se arrojan.

¿Quién tiene una respuesta adecuada, indolora, para este grave desafío que enfrenta hoy la humanidad?

No es fácil lograr este noble objetivo, pero de ninguna manera, condenando la intervención de Rusia, ignorando las causas que la originaron. Particularmente errónea y perjudicial para nuestros intereses sociales y culturales, es el silencio de nuestro gobierno ante el verdadero genocidio que el actual gobierno de Israel está practicando en Palestina, teniendo en consideración la importancia económica y social de la colonia palestina en Chile, la más numerosa en el mundo.

No me ha sido fácil escribir estas líneas. Me entregué por entero a lograr la victoria de Gabriel Boric en las últimas elecciones presidenciales y durante su mandato me he esforzado intensamente por lograr el mayor éxito posible en sus políticas de vivienda y desarrollo urbano. Continuaré haciéndolo. Esta columna tiene el propósito de hacerle presente sus contradicciones en materias de política exterior, que es urgente rectificar.

Por Miguel Lawner

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1) Pogrom. Palabra rusa que significa devastación, acciones llevadas a cabo en Ucrania desde fines del Siglo XIX, contra las aldeas pobladas preferentemente por familias judías.

2) La «democracia» en Ucrania: ¿por qué se arriesga la OTAN a una guerra? Peter Schwarz. 24 enero 2022

3) Minsk. Capital de la república de Bielorrusia. Los acuerdos incluyeron entre otros: Asegurar un alto al fuego bilateral inmediato. Garantizar la supervisión y verificación del alto al fuego por la OSCE.

Una descentralización del poder, incluso a través de la aprobación de una ley ucraniana sobre «arreglos
provisionales de gobernación local en algunas zonas de los Óblasts (regiones) de Donetsk y Lugansk» («ley sobre el estatuto especial»).

Asegurar la monitorización permanente de la frontera ruso-ucraniana y su verificación por la OSCE, a través de la creación de zonas de seguridad en las regiones fronterizas entre Ucrania y la Federación Rusa.

Liberación inmediata de todos los secuestrados y de todas las personas detenidas ilegalmente. Una ley sobre la prevención de la persecución y el castigo de las personas relacionadas con los hechos que han tenido lugar en algunas áreas de los Óblasts de Donetsk y Lugansk, excepto en los casos de delitos que
sean considerados graves.

La continuación del diálogo nacional inclusivo.

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