Ante la sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de San Felipe, integrada por las juezas Paola Hidalgo, Constanza Olsen y Alejandra Araya, se desarrolló el juicio en contra de un hombre de 48 años, acusado por el Ministerio Público como autor de una serie de hechos de connotación sexual contra la hija de su pareja entre los años 2006 y 2013.
Los hechos fueron develados por la víctima 7 años después, según explicó el Fiscal de San Felipe, Alejandro Bustos.
«En diciembre, año 2019, una joven de 19 años se acercó la Brigada de delitos sexuales de la Policía de Investigaciones de Arica, denunciando que entre los 6 y los 13 años había sido agredida sexualmente por la pareja de su madre, eventos que se iniciaron en la comuna de Los Andes y que luego continuaron distintas ubicaciones de la comuna de San Felipe», señaló el fiscal Bustos.
«Al día siguiente, además, la afectada denunció estos hechos ante carabineros a fin de activar algún mecanismo de protección en favor de sus hermanos menores», agregó el persecutor.
De esta manera, por instrucción de la Fiscalía, la unidad especializada de la Policía de Investigaciones de Arica, la Brigada de delitos sexuales de Valparaíso y la Brigada de investigación criminal de San Felipe, realizaron distintas diligencias tendientes a recabar los medios de pruebas que, en definitiva, fueron expuestos en el juicio oral.
Además, durante el juicio se señaló que la víctima había develado estos hechos, pero que su familia nunca presentó la denuncia respectiva.
«Entre los antecedentes relevantes, se expuso que la afectada siendo niña, puso en conocimiento de los hechos a su madre y a su abuela materna, las que solo acudieron a los pastores de la Iglesia Evangélica en la que participaban, quienes instaron porque el agresor fuera perdonado sin realizar denuncia alguna», detalló el fiscal Bustos.
Finalmente, el tribunal de juicio oral en lo penal de San Felipe dio por establecido que el acusado cometió abusos sexuales reiterados con contacto corporal, un abuso sexual calificado y un delito de violación en contra de la hija de su conviviente, todos perpetrados entre los 6 y los 13 años de la niña, condenándolo en definitiva a la pena única de 15 años de presidio efectivo.
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