Papas de Argentina ante alza de precios en Chile
Hace una semana, El Ministerio de Agricultura entregó un informe a la Fiscalía Nacional Económica (FNE) con datos que muestran una posible coordinación entre los distribuidores de papa de guarda ante el alza de precios.
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De acuerdo a diversas fuentes especializadas, el precio de la papa subió más de 40% en una semana y frente a este escenario, el Ministro Esteban Valenzuela advirtió que se importaron 200 toneladas de papa argentina para evitar la especulación y que se podría aumentar esa cifra si hay abusos.
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El ministro de Agricultura, señaló en el marco de la presentación de antecedentes a la Fiscalía, que: “los datos son categóricos: la papa en Chile ha tenido solo un 12% menos de toneladas comercializadas en los mercados y el precio se disparó en una semana sobre el 40%; entonces, acá hay una distorsión, una anomalía que va a ser investigada a fondo. Confiamos plenamente en nuestras instituciones y en lo que va a realizar la Fiscalía Nacional Económica en toda la cadena de este producto”.
Importación desde Argentina ¿papas transgénicas?
Una reciente publicación de la Fundación Biodiversidad Alimentaria, referente en Chile de promoción y conservación de semillas nativas y tradicionales, explicando móviles detrás del alza de los precios de las papas, señaló un hecho que no pasó inadvertido. Las papas provenientes de Argentina y su origen transgénico, anunciando que habrá una nueva publicación ahondando este hecho.
Ya con este dato, indagando más al respecto sobre la situación productiva de hortalizas en el vecino país y de acuerdo a informes oficiales de la Secretaría de Agricultura, dependiente del Ministerio de Economía argentino, el país trasandino produce aproximadamente 2,9 millones de toneladas, destinándose aproximadamente 75-80 mil hectáreas para tal fin y en esa lógica, por años se viene desarrollando ingeniería genética para aumentar los rendimientos de ciertas variedades, las más frecuentes en el mercado: Spunta Ticar.
Buscando archivos de prensa en Argentina, nos encontramos que el 2018, el por entonces titular de la cartera de Agricultura, Luis Etchevehere, oficializaba la variedad de papa Spunta Ticar, “un desarrollo transgénico nacional que muestra un alto porcentaje de resistencia al PVY, virus que ataca al cultivo y ocasiona pérdidas de calidad y rendimientos en hasta un 70%”. Dos años después, en diciembre de 2020, dicha variedad fue aprobada por la Comisión Nacional de Semillas (CONASE) y luego se anunció su salida al mercado.
El 2019, el gobierno de Macri publicaba en el portal del gobierno argentino: “Desde hace más de 20 años, un equipo de investigadores del INTA trabaja en el desarrollo de un producto que pueda resistir el ataque de las dos enfermedades virósicas más importantes del cultivo de papa. Con herramientas de ingeniería genética, avanzan en la creación de una variedad con buena calidad para su consumo directo e industrial. Un hito en la historia de la biotecnología argentina que permitirá mejorar los rendimientos y asegurar los cultivos”.
Sin embargo, este hecho ha tenido su fuerte polémica por el rechazo de sectores productivos, ante la imposibilidad de diferenciar la Spunta Ticar de la Spunta sin evento transgénico, dado que no existen diferencias morfológicas entre las dos variedades, lo que ve imposibilitado la fiscalización de los lotes de papa semilla, sumado a que no hay análisis genéticos de laboratorios que aporten rápidamente información para identificar el transgénico, según consigna una publicación de “AgroEmpresario”.
Distintos integrantes de las organizaciones del ámbito público y privado, vinculadas a la cadena de la papa, salieron al paso, entre las cuales se encuentran: Federación Nacional de Productores de Papa, Mesa Provincial de la Papa de Buenos Aires, Mesa Provincial de la Papa de Córdoba, Centros de Productores del Sudeste de Buenos Aires, Asociación de Productores de Semilla de Papa de Buenos Aires (APPASBA), de Córdoba y Tucumán, Estación Obispo Colombres (Tucumán), Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce, empresas multinacionales procesadoras y exportadoras de papas, laboratorios de análisis, entre otras instituciones.
Además de los problemas de identificación y fiscalización, los organismos productores también han señalado que la incorporación al mercado de papas transgénicas, significaría: “una pérdida de calidad de semilla en otros aspectos sanitarios como enfermedades fúngicas, bacterianas y de otros virus, reduciendo de esa manera el potencial de rendimiento de los cultivos, bajando los niveles de rentabilidad del sector, aumentando la superficie plantada de menor productividad llevando a sobreofertas de mercado que reducirían los niveles de precio al nivel de quebranto de productores del medio. Disminuyendo en el mediano plazo la oferta y la suba de precios consecuente”.
¿Qué efectos puede producir un producto transgénico?
Los alimentos transgénicos son los organismos genéticamente modificados (OGM) a los que se les han añadido otros genes para conseguir un producto con las características deseadas.
Este tipo de alimentos no son cultivados de manera natural (orgánica), sino que son producidos a partir de la alteración de su cadena de ADN para crear mutaciones que tienen unas características determinadas y preconcebidas.
La organización internacional Amigos de la Tierra, ha señalado: No existen evidencias científicas que demuestren que los alimentos transgénicos son seguros para la salud humana y que de acuerdo a diversos antecedentes recabados los riesgos potenciales son muy diversos: “aparición de nuevas alergias, creación de nuevos tóxicos, problemas de fertilidad, afectación de los sistemas inmunitario y hormonal y de diversos órganos internos, etc”, señalan.
Al alza de los precios de las papas en Chile explicado por Biodiversidad Alimentaria: “El precio de los vegetales no lo ponen los agricultores”
“¿Sabías que el tema de la papa es mucho más profundo y complejo de lo que parece? … ya que nos han preguntado opinamos”, parte así en una publicación la Fundación Biodiversidad Alimentaria.
Biodiversidad Alimentaria responde. “Sí, a pesar de ser unos de los dos centros de diversificación de la papa, junto a Perú, sembrarlas no es cosa sencilla, ya que su semilla tiene una cuarentena fitosanitaria interna. No es cosa de llegar, comprar papas en la feria y sembrar”.
También indica: “Esto ha producido una concentración oligopólica en la oferta de semilla agronómica (el tubérculo) de papa, lo puedes comprobar intentando comprar semillas (…) Sumado a esto la falta de líneas de comercialización directa de los pequeños agricultores y, a veces sus bajos volúmenes, hacen que los intermediarios hagan literalmente lo que quieren…”
Agrega: “El tema es profundo, la solución fácil y populista es simplemente importar, cuando seguro quienes lo harán serán los mismos intermediarios de siempre, acercándonos más a la ya alta dependencia alimentaria que tenemos como país…”
Biodiversidad Alimentaria también comenta que, en una nueva publicación, ahondará sobre el origen transgénico de la papa de Argentina.
Cabe consignar que en países como Perú y Bolivia, donde hay un amplio y milenario desarrollo de producción de papas, existen importantes experiencias orgánicas.