“En Chile hay archivos secretos y hay que abrirlos”
Espacio de memorias “Londres 38” desde el 2013 viene denunciando e impulsando campañas para que se abran archivos secretos de la dictadura, hecho que también es recordado por el Espacio de Villa Grimaldi.
Hoy, en portada de Londres38, se vuelve a destacar estas exigencias, señalándose que entre los desafíos que interpelan a Londres 38, ex centro de detención, tortura y exterminio, se encuentra relevar la importancia del derecho al libre acceso a la información y a los archivos para la defensa de los derechos humanos, así como para los derechos civiles en general, preguntando: ¿Sabías que a 50 años del golpe de Estado aún hay archivos que se mantienen en secreto?
Londres38, señala: “La falta de información atenta contra los derechos democráticos. Y si ésta se refiere a crímenes y violaciones a los derechos humanos, favorece la impunidad”
Desde Londres 38, se exige la desclasificación y apertura de los siguientes archivos:
Archivos de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Rettig) y de las dos Comisiones sobre Prisión Política y Tortura (Valech) que reúnen declaraciones de las propias víctimas y diversos documentos, a los cuales se les impuso arbitrariamente 50 años de secreto a pesar de ser información necesaria para esclarecer lo sucedido, hacer justicia y castigar a los culpables.
Archivos de la ex Colonia Dignidad incautados en 2005, que podrían ser claves para develar casos de graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. Se trata de miles de documentos y fichas producidas por esta organización criminal y que, amparándose en la Ley de Inteligencia Nacional, han sido calificadas como «secreto de Estado» por el juez Jorge Zepeda.
Archivos aun en poder de las fuerzas armadas, policiales y de inteligencia. Considerando el tiempo transcurrido y que estos organismos construyeron archivos y produjeron gran cantidad de información, demandamos al Estado su desclasificación y, en caso de haber sido destruidos, dar a conocer los elementos que lo acreditan.
“Una democracia se mide por la posibilidad que las personas tienen de participar efectivamente en la toma de decisiones, pero su participación depende en buena medida de la información con la que cuentan. Es por ello que el libre acceso a la información es un principio democrático fundamental, inherente al derecho a la información y a la libertad de expresión”, señala el Espacio de Memorias.
Finaliza señalando: “La cultura del secreto en los poderes de Estado es una herencia de la dictadura que debe erradicarse”.