Representantes y dirigentes de diversas organizaciones sociales defensoras de los Derechos Humanos realizaron, ayer domingo 10 de septiembre, una protesta en la sede de la embajada de Estados Unidos en Santiago, por la intervención de Washington en el golpe de Estado de 1973.
En la manifestación rechazaron el «comprobado financiamiento y participación de ese país en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, cometido contra el Gobierno de Salvador Allende, constitucionalmente legítimo», señaló la Plataforma Anticapitalista y Popular.
En la acción, se llevó a cabo a las 09.00 horas, en la Avenida Andrés Bello 2800, Providencia, los dirigentes sociales leyeron la siguiente declaración:
«Venimos a acusar a Estados Unidos de financiar y participar estratégicamente en el golpe de Estado de 1973 en Chile. Denunciamos su intromisión asesina en nuestro país mucho antes del golpe, durante el golpe y hasta nuestros días.
Venimos a acusar a Estados Unidos de intervenir directamente, una y otra vez, como maldición, en los asuntos internos de Chile para beneficio propio y de la minoría rica chilena.
Acusamos a Estados Unidos, a su Departamento de Estado, a sus instituciones de inteligencia, a su industria bélica y cultural de la muerte, a sus criminales a pago y a sus millones de dólares, de convertir a nuestro país en un colonia dependiente, empobrecida, condenada a la súper explotación de sus clases trabajadoras y populares, y al saqueo y destrucción sin remedio de la naturaleza.
Nos solidarizamos con las clases oprimidas, los afroestadounidenses, latinos y trabajadores pobres de Norteamérica. Nos hermanamos con la humanidad sencilla que usa el Imperio gringo como carne de cañón para imponer sus guerras genocidas contra los pueblos del mundo que luchan por su independencia y que tienen el infortunio de vivir sobre bienes comunes codiciados por el Estado corporativo de Estados Unidos, por sus monopolios económicos y financieros.
En el nombre de nuestras luchadoras y luchadores sociales que han caído y van con nosotros; en el nombre de la causa política anticapitalista y antiimperialista que condujo sus vidas y combates; condenamos las políticas supremacistas, coloniales, guerreristas y racistas de una elite internacional despiadada que impone el terrorismo de Estado, la prisión, la tortura y el asesinato en masa sobre el género humano para mantener sus privilegios.
La embajada de Estados Unidos en Chile representa todo aquello que prohíbe nuestra libertad y la posibilidad de crear una sociedad que despliegue sus potencias creativas, con trabajo seguro y salarios justos, vivienda y abrigo dignos, soberanía alimentaria y energética, y con derechos sociales básicos garantizados. La embajada de Estados Unidos representa el principal obstáculo para que la gente común de nuestro territorio pueda organizar la vida por sí misma.
Por eso el Departamento de Estado de Estados Unidos y sus mandarines, desde mucho antes del golpe de Estado del 73, y al igual que en otros países de Latinoamérica y el mundo, financió y planificó detalladamente la aparición de bandas fascistas, la propaganda mediática contra los derechos populares, las acciones de sabotaje, la compra de representantes gremiales, de políticos, del alto mando de las Fuerzas Armadas y las policías, del sicariato, del lumpen-empresariado.
Estados Unidos no puede tolerar la autodeterminación de los pueblos. Sus intereses inhumanos no se lo permiten.
A 50 años del golpe de Estado en Chile, venimos a acusar a Estados Unidos de financiar y participar en el peor crimen cometido contra nuestro pueblo y su historia: intentar someternos como esclavos.
Sin embargo, la rebeldía popular no duerme. Su inteligencia, valor e imaginación persiste, se reagrupa, saca lecciones, vuelve a convertirse en fuerza social transformadora.
Cualquier día, los oprimidos establecerán las coordenadas del futuro. Entonces este edificio enemigo y blindado será la prehistoria, un museo del espanto clausurado por orden popular».
Participación de Washington en el golpe de Estado
El 25 de agosto la administración de Joe Biden desclasificó archivos relacionados al Golpe de Estado, pero estos solo correspondían al periodo desde el 8 y 11 de septiembre del 1973.
«Conforme con nuestro compromiso de aumentar la transparencia, el gobierno de los Estados Unidos ha desclasificado y publicado partes de los Informes Diarios del Presidente relacionados con Chile, del 8 de septiembre de 1973 y el 11 de septiembre de 1973», indicó en esa oportunidad la Oficina del Portavoz del Departamento de Estado de la nación norteamericana.
En el primero de los informes, fechado el 8 de septiembre de 1973 se revela que los asesores del entonces presidente estadounidense, Richard Nixon (1969-1974), le avisan sobre un “posible intento de golpe” en Chile.
En concreto, el mandatario estaba al tanto de que había «planes de algunos oficiales de la marina para poner en acción sus fuerzas militares contra el gobierno de Allende”.
En el segundo documento desclasificado, correspondiente al» Informe diario del Presidente del 11 de septiembre de 1973″, se comprueba que Nixon tenía conocimiento que varias “unidades militares clave” apoyaban la acción para derrocar a Allende.
«En Chile, los planes de los oficiales de la Armada para desencadenar una acción militar contra el gobierno de Allende supuestamente cuentan con el apoyo de algunas unidades clave del Ejército. La Armada también cuenta con la ayuda de la Fuerza Aérea y la Policía Nacional”, señala el documento que estaba reservado para la lectura exclusiva del entonces mandatario estadounidense.
“Aunque los oficiales militares están cada vez más decididos a restablecer el orden político y económico, es posible que todavía carezcan de un plan coordinado eficazmente que aproveche la oposición civil generalizada”, plantea el texto que Nixon leyó ese día.
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