Este 23 de agosto de 2023 se cumplen 50 años de la muerte de Pablo Neruda, poeta y Premio Nobel de Literatura.
Y mientras en la memoria de muchos chilenos y chilenas aún resuena el viejo dicho de que «murió de pena al ver morir su pueblo», lo cierto es que un peritaje internacional confirmó que su muerte fue por envenenamiento, antecedentes que forman parte de una investigación judicial aún en curso.
Recordemos que, de acuerdo a varios de sus cercanos, el poeta se encontraba bien de salud. En la semana posterior al Golpe de Estado, había aceptado un ofrecimiento del Presidente de México para radicarse en dicho país, donde continuaría con sus proyectos, entre ellos, la Fundación Cantalao, una residencia para escritores jóvenes que había ideado para el sector de Punta de Tralca.
Previamente, había dejado su casa en Isla Negra -que había sido allanada por los militares en presencia suya- y permanecía internado en la Clínica Santa María, donde finalmente murió el 23 de septiembre de 1973 tras sufrir un repentino cuadro febril.
«Hay días que significan una época»
Al conmemorarse 50 años de la partida física de Neruda, un grupo de poetas chilenas organizó una lectura de poesía, en la librería del GAM, en su memoria: «Hay días que significan una época».
El acto poético, programado para el mediodía del 23 de septiembre de 2023, se hace cargo de la importancia de relevar a Neruda en el contexto de los 50 años del Golpe de Estado, como señala Soledad Varela, gestora de la lectura.
«No podíamos dejar pasar la importancia de relevar a Neruda en este mes y el día del aniversario de su muerte, en un contexto como los 50 años del Golpe de Estado. No solo por su apoyo incondicional al gobierno de la Unidad Popular y a Salvador Allende, sino también por su poesía que mostraba un profundo amor por Chile», plantea Varela.
Así, el encuentro reunió a las poetas y escritoras Verónica Jiménez, Camila Albertazzo, Kamelia Mardones, Catherina Campillay, Naomi Orellana y Karo Castro.
En ese sentido, si bien Pablo Neruda es el poeta más reconocido, traducido y leído de la lengua española a nivel mundial, también ha sido foco de una severa «cancelación» debido a la acusación de una violación a raíz de un párrafo escrito por él mismo en su libro «Confieso que he vivido».
Al respecto, la poeta Verónica Jiménez comenta que «la lectura de un fragmento literario como noticia y del recorte de una carta como una evidencia: lecturas de resonancias mediáticas, que alientan el surgimiento de un antinerudismo que luego se opone a renombrar el aeropuerto de Santiago con el nombre del poeta; lecturas que hacen vacilar a escritoras entrevistadas en la prensa, forzándolas a ellas, lectoras con oficio, a interpretar sin método y emitir opiniones precipitadas».
En la misma línea, la profesora, gestora cultural y poeta Kamelia Mardones, opina que «Neruda es un personaje que encarna muchos imaginarios. A 50 años de su muerte y del Golpe de Estado en Chile, resulta inevitable recordar y problematizar su figura, revisitar el canon, y poner en diálogo (en movimiento) nuestras posiciones éticas, políticas y afectivas».
Finalmente, Naomi Orellana rememora que con la muerte de Neruda, así como con la de Víctor Jara, «se desata la masacre a los artistas y al mundo del arte tras el 11 de septiembre de 1973», y resalta que «el arte, la poesía y la política en Pablo Neruda se funden y llevan a lo más alto. El único poeta del que se hicieron mascarillas en la pandemia», concluye la escritora.
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