En la recta final de las elecciones presidenciales, legislativas y regionales en Chile el próximo domingo 17, nos abrió la puerta de la sede del periódico Le Monde Diplomatique Chile su director Víctor Hugo de La Fuente. Varias cuestiones coyunturales, tanto del presente como de análisis histórico se fueron presentando sobre la mesa y Víctor Hugo las fue descifrando.
A pesar de situarse Chile en un momento de cierre pre-electoral no solamente los comicios fue el único tema del guión. Víctor Hugo de la Fuente habló también de las posiciones del supuesto nuevo gobierno que podrá pasar a manos de Nueva Mayoría con la Presidenta Michele Bachelet y en coalición con el histórico Partido Comunista de Chile, donde líderes sociales estudiantiles como Camila Vallejo podrá vestirse de nueva diputada. Los avances y retrocesos sobre la memoria histórica de Chile tras sufrir una de las dictaduras latinoamericanas más sangrientas de la segunda mitad del siglo XX no fue punto a dejar de lado. También entró en agenda el tema económico, siendo Chile uno de los países de América Latina con mayor crecimiento pero a la vez con superioridad en desigualdad. Y como otros dos puntos que acompañaron la entrevista vis a vis fueron un análisis sobre los medios de comunicación en Chile, en base al llamado duopolio de dos grandes empresas de la comunicación, y el tema de la geopolítica chilena en América Latina que llevará a cabo Bachelet tras su más que predecible victoria enfocándonos en las relaciones con Bolivia.
Estimado Victor Hugo, Iniciando la entrevista con la temática más coyuntural. ¿Qué pronóstico hace de las elecciones generales del 17 de noviembre?
– Todo indica que las elecciones las va a ganar Michelle Bachelet, he incluso probablemente, pese a la discusión, podría ganar en la primera vuelta. Según encuestas Bachelet tiene mayor porcentaje que la suma de los 8 restantes candidatos. Esto hace que las elecciones sean extrañas en el sentido que los dados ya están lanzados y que la próxima Presidenta sea Bachelet, pero al mismo tiempo hace que haya 9 candidatos y candidatas, por lo tanto hay gran diversidad de programas, opiniones y debates. Esto a la vez es contradictorio. Es una elección “aburrida” ya que se sabe quien va a ganar pero también entretenida en el sentido que hay muchos candidatos. Y esto ha hecho que surjan muchas discusiones. Hay varios que piensan sobre temas fundamentales como la Nueva Constitución a través de Asamblea Constituyente, al menos 4 candidatos proponen esto. La derecha se opone a ello. Y la Concertación tiene divisiones, Bachelet no ha tomada posiciones sobre eso. Ahora, en general, gran parte de la población chilena dice que si que hay que cambiar la Constitución porque es exageradamente negativo tener actualmente una Constitución que se hizo bajo Pinochet y que se aprobó en un plebiscito controlado y es justamente esta carta Magna la que maneja el sistema actual que está tan desprestigiado.
¿Qué otros temas además de la Nueva Constitución están en debate en Chile?
– Otro gran tema es la reforma tributaria, para poder financiar la educación gratuita que es la gran demanda de los chilenos desde 2011 y que han asumido 8 de los 9 candidatos. Y otro tema son los recursos naturales y ahí hay una contradicción enorme con la ciudadanía, ya que el 80% de la población, según la última encuesta, considera que el cobre debe nacionalizarse y prácticamente la mayoría de los candidatos no presentan esta política en sus programas. Tampoco está en el de Michele Bachelet. Hay otros temas que están a la espera y yo creo que esto va a ser lo interesante porque los movimientos sociales en 2011, sobre todo de estudiantes pero también con movimientos medioambientalistas, regionales, mapuches, trabajadores en huelga, cambiaron la situación en Chile. Hoy día hay temas que se discuten en la mayoría de la gente. La mayoría de estos temas hace 4 o 5 años era imposible de hablar, como el tema de la educación gratuita. Antes los estudiantes no luchaban por una educación gratuita sino por bajar el costo de los préstamos, y en 2011 comenzó esta demanda y en unos meses se transformó en un movimiento masivo de reivindicaciones mucho más profundas. Esto cambio la situación en Chile y hace que un segundo mandato de Bachelet sea forzosamente distinto del primero porque la gran crítica que se le hace a Bachelet es que no hizo todo lo que hasta ahora está prometiendo. Ella fue absolutamente la continuidad de los gobiernos concertacionistas y del sistema instalado anteriormente. En definitiva, el hecho de que la situación haya cambiado hace que los movimientos sociales estén a la espera del nuevo gobierno para exigirle sus reivindicaciones y el cumplimiento de las promesas de los candidatos.
Cumpliendo con los resultados de las encuestas, Bachelet ganará las elecciones, ya sea en la primera o segunda vuelta. La futura Presidenta presentó incluso su extenso programa de gobierno. ¿Qué opina del programa? ¿Es un supuesto giro a la izquierda por algunas de las metas que marca y la entrada del Partido Comunista de Chile (PCCh) al gobierno?
– El PCCh venía con un proyecto que se iba acercando a la Concertación. Primero hizo pactos electorales, lo que le permitió tener diputados, pero eran simplemente pactos electorales y no había programa. Ahora dio un paso mucho mayor, discutieron programa y se han integrado al pacto de la Concertación, es decir, Nueva Mayoría, junto a otros grupos minoritarios como Izquierda Ciudadana (IC) o el Movimiento Al Socialismo (MAS). Esto implicó que las posibilidades de una alternativa de izquierdas a la Concertación no cuajasen. Hay diversas alternativas pero son pequeñas todavía, divididas,… Desde hace 4 años cuando ganó Piñera y perdió Frei la Concertación estaba en el suelo y los movimientos sociales más en el suelo, entonces las posibilidades reales de una alternativa político social de los movimientos en la calles, los movimientos de izquierda que convergieran apareció como una posibilidad real, pero esto no se hizo porque por un lado el PCCh no tomó esa opción sino que tomó la opción de unirse a la Concertación, una opción pragmática que le permite tener más diputados y llegar al gobierno pero que deja fuera esta posibilidad masiva de una alternativa real. Ahora las alternativas existen y los movimientos sociales siguen luchando y están buscando. De hecho hay dos candidatos en las elecciones que lo plantean así, que es Roxana Miranda y Marcel Claude. Hay otros candidatos que de alguna manera lo tocan, Alfredo Sfeir de los ecologistas, y Marco Enríquez Ominami (Meo) por progresistas, esencialmente. Pero los estudiantes quieren seguir buscando esta alternativa, no se han dejado estar. Esos movimientos, a mi juicio están en una etapa identitaria, son colectivos en cada universidad no es un bloque conjunto. Hay algunos colectivos que ya han avanzado a acuerdos con otras universidades y se han extendido, por ejemplo Izquierda Autónoma dirige la FECH, o la UNE que partió en Valparaíso ya tiene una red, pero todavía no se puede hablar de un movimiento político unificado. Yo creo que las condiciones se van a ir dando, existen condiciones para que avancen, y esas condiciones se van a dar con el nuevo gobierno.
Camila Vallejo, la líder estudiantil de los movimientos de 2011 posiblemente pase a ser diputada del PCCh en coalición con el gobierno de Bachelet. Como se analiza esa contradicción de exdirigente estudiantil alternativa y ahora cercana al futuro gobierno
– Es muy complejo, ella ha dicho que va a ser representante de los movimientos sociales en el parlamento y que seguirá en la calle. Es complejo porque aunque pueda ser una declaración oficial del PCCh, en la práctica es muy difícil estar en un gobierno y estar en las movilizaciones críticas al gobierno. En algún momento habrá un quiebre. Pienso en la maravilla que hicieron los estudiantes, no solo Camila, sino ella y todos los estudiantes, aunque se simbolizó en ella como en Mayo del 68 con Dany Cohn-Bendit. Ahora ella es militante del PCCh, y muy militante, respeta todas las decisiones, entonces ha apoyado todo ese pacto del PCCh con Bachelet. No quiero perder la esperanza pero es complicado, espero que ella cumpla con lo que ha dicho, estar en el parlamento con una posición clara y llevando lo que digan los movimientos sociales y que siga en las calles, pero veremos qué pasa. Si estuviese solo en el parlamento no habría problema en llevar esa posición, el problema es que sea parlamentaria de un partido que está en el gobierno.
Sobre proyectos del nuevo periodo gubernamental. ¿Cree que habrá una nueva Constitución en Chile? ¿Qué diferencia hay entre la Reforma Constitucional que propone Bachelet y una Asamblea Constituyente?
– La Asamblea Constituyente significa reformar completamente la Constitución, partir de cero, discutir a nivel de bases, hacer colectivos en los barrios,… la Asamblea Constituyente no tiene una forma de hacerse, se puede hacer de mil maneras según el país. En algunos Estados se eligen delegados, a veces incluye a parlamentarios, a veces no, a veces participan sindicatos, estudiantes, empresarios,… pero lo que es coherente con eso es que no son los diputados o senadores lo que hacen el proceso sino una nueva asamblea que lo debate y que termina con un proyecto que se lleva a un plebiscito. O sea lo más democrático que puede ser, y en Chile nunca ha habido una constitución democrática con participación. Siempre ha sido hecha desde arriba y liquidada por un golpe de Estado. Y ahora la clase política en Chile, la derecha y la Concertación, quieren cambiar la Constitución según lo establece la Constitución y es casi imposible porque eso está manipulado, amarrado, que exige un quórum calificado alto, entonces no se puede. Ellos hablan de hacer reformas a la Constitución y en Chile ya se han hecho varias y la Constitución ha ido cambiando, pero su esencia sigue siendo la Constitución reaccionaria. Se le ha ido quitando algunos aspectos, por ejemplo había senadores designados por vida, Pinochet era uno de ellos, o que los comandantes en jefe del ejército no podían ser removidos por el Presidente ya que dependían del ejército autónomamente. Pero lo esencial sigue. Por lo tanto la gran diferencia que se da en Chile es que quienes quieren Asamblea Constituyente para cambiar todo esto y quienes, como el programa de Bachelet, que no específica la manera. Bachelet hasta ahora ha dicho que no se cierra a nada pero dice que tiene que ser participativo e institucional, y este institucional puede querer decir que lo haga el Congreso, aunque también puede ser institucional el hecho de utilizar un plebiscito para hacer una Asamblea Constituyente y que la mayoría de gente votase SI, eso no es ilegal sino que sería muy democrático. Yo creo que este es uno de los grandes desafíos que hay en Chile para democratizar el país ya que este es un país amarrado desde la dictadura y por eso no ha cambiado nada. Aquí la dictadura no cayó, a diferencia de Argentina por ejemplo que con la Guerra de las Malvinas se derrumbó y se hicieron juicios, aquí hubo un acuerdo que partió con el plebiscito donde ganó el NO. Ya el triunfo del NO implicaba un reconocimiento de la dictadura y de Pinochet porque se quedaría gobernando un año y medio más y que en este periodo fueron haciendo ellos las últimas leyes de amarre. Fue algo impresionante y por lo tanto hubo un pacto de transición y que a mi juicio aún no ha terminado ese quiebre ya que la transición terminará cuando exista una verdadera constitución democrática.
Sobre la Memoria Histórica. Chile a diferencia de países como Argentina o Uruguay se le acusa de no haber ejecutado una memoria histórica en defensa de los derechos Humanos y víctimas de la dictadura. Algo a recordar con el 40 aniversario del golpe de Estado ¿Qué opina al respecto y cree que se esperan algunos cambios?
– En el fondo la derecha en Chile dice demos vuelta a la página y la gente más de izquierda dice le daremos vuelta cuando tengamos la Verdad y la Justicia, mientras no haya eso no se pueden cerrar heridas. Entonces nos acusan de mirar hacia atrás y que ellos miran hacia el futuro pero en realidad no se puede mirar al futuro sin tener en cuenta el pasado. Y en esto solo se ha avanzado en Chile algo los últimos años cuando se logró enjuiciar a algunos de los responsables de crímenes concretos, de asesinatos y de desaparecidos. El resto de los culpables no se ha podido juzgar por la existencia de una Ley de Amnistía, los mismos que prepararon el golpe de Estado o hicieron acciones terroristas como la organización Patria y Libertad contra el gobierno constitucional de Allende. Preparar un golpe de Estado es un delito y aquí solo se ha castigado a algunos esbirros que ejecutaron e hicieron desaparecer a personas. En Chile para que haya justicia hay que procesar a los que dieron el golpe de Estado, tanto civiles como militares. Hay una querella en la justicia sobre esto y esperamos tener algún resultado. En Chile el 40 aniversario del golpe ha tenido mucha repercusión y lo tuvo porque la sociedad chilena estaba muy interesada. O sea por primera vez las cadenas de televisión dieron muchísimos programas, películas que no se habían dado antes y programas con entrevistados sobre torturas, y todo esto tuvo mucha audiencia. O sea eso prueba lo que la gente quiere saber, y no fue un acto de la izquierda política sino de los canales privados que al ver que al poner programas que tenían que ver con el golpe de Estado tenían audiencia y eso generaba competencia entre los distintos canales. Esto ha generado sentido, los mismos estudiantes han reivindicado la memoria y han reivindicado la figura de Allende no como un ícono sino como un héroe de transformaciones y que dio su vida por los cambios revolucionarios. Los estudiantes hoy día dicen “no somos hijos de la democracia somos nietos de la dictadura”. Los estudiantes de la Universidad Católica, tras sus elecciones hace un año, su primera reunión no la hicieron en la Casa Central de la Universidad Católica sino en la Casa de Tortura de Londres 38 en Santiago de Chile, o sea hay una serie de indicios que los jóvenes están tomando estas banderas y la toman como parte de la lucha actual. No es una cosa de clases de historia sino que están ligadas al movimiento actual, y eso es muy valioso.
Chile presume de ser uno de los países con mayor crecimiento económico de América Latina pero a la vez se presenta que es uno de los estados con mayor desigualdad social, ¿a qué se debe esta contradicción?
– La pobreza es relativa. Unos dicen que basta que la gente que gana menos gane un poquito más, pero si la población del país que gana menos creció solo un 2% y los ricos un 30% se genera una desigualdad tan grande que la gente aunque viva algo mejor la situación se siente muy mal. A muchos en Chile no les alcanza el dinero ni para comer sanamente ni para vestirse adecuadamente mientras se ve que unos andan en aviones y helicópteros. Esta es la norma del neoliberalismo, crecer como se pueda con el máximo de beneficio, o sea, no hay regulaciones, el Estado no juega ningún rol sino el mercado, y el mercado es así, injusto El neoliberalismo se impuso a sangre y fuego bajo la dictadura. El virus del neoliberalismo entró y ganó a la sociedad, y por eso las dos grandes coaliciones son neoliberales. La gente votaba por ellos, por un neoliberalismo desenfrenado para la derecha y un neoliberalismo con algún bono o ayuda para los más pobres por la supuesta izquierda. Pero llegó un momento que la población dejó de pensar así y los estudiantes fueron el gran chispazo. Ellos decían: “Si somos el jaguar de América Latina cómo nos cobran la educación”, cuando aquí había educación gratuita antes cuando éramos supuestamente pobres con Allende. Y ahora siendo los jaguares no podemos pagar la educación y tenemos que pagarla nosotros, los padres endeudados, los estudiantes mismos, y llega un momento que la acumulación de injusticias te lleva a decir NO, y además se produjo la situación de que llegó un gobierno de derechas, y los estudiantes vieron mejor al enemigo. El Ministro de Educación era fundador socio accionista de una Universidad, el Ministro de Salud fundador socio de la gran clínica privada, el Presidente Piñera para que decir, un ultra especulador, millonario,… entonces el que antes hubiese gobernado gente que estuvo contra la dictadura, como Bachelet, que estuvo presa, eso hacía que se tenga más dificultad para criticarlos. Entonces yo creo finalmente que con Piñera se produjo una situación de quiebre y pasó de los estudiantes a la ciudadanía, diciendo que era posible una educación gratuita. Chile es el único país de América Latina donde ninguna universidad es gratuita, ni las estatales, y fuera de Chile no se cree.
Chile, que tuvo una gran historia sindical, política, hasta el gobierno de Allende, pasó a ser uno de los países más atrasados en los movimientos sociales de América latina porque el neoliberalismo se había normalizado en la mayor parte de la ciudadanía pero hoy esto esta cambiando. Los secundarios hicieron grandes manifestaciones con la Revolución de los Pingüinos en 2006 contra Bachelet y les engañaron porque les pusieron en una comisión uniéndose derecha y la Concertación, y al final no hicieron nada. Esto marcó mucho a los estudiantes del 2006 que en el 2011 estaban en las universidades, y llevaron adelante esta lucha con mucho más fuerza y con mejores condiciones en la ciudadanía. Ellos son críticos con todo el sistema y muy críticos con la institucionalidad, en Le Monde Diplomatique les hemos dado dado el espacio para seguir avanzando. Ahora todos ellos son conscientes que los estudiantes solos no logran y que es necesario hacer la relación con el mundo del trabajo, pobladores,… y eso lo tienen claro pero no es fácil, es un proceso.
Los medios de comunicación como dice Ramonet son el cuarto poder, después del político, económico y militar. En Chile la mayoría de los medios están controlados por unos pocos, como valora esa situación. ¿Existe en Chile democracia en los medios de comunicación? Usted mismo dijo que en Chile no hay diario de oposición
– En Chile hay una situación insólita. Somos prácticamente el único país de América Latina en que no hay ni siquiera un diario de oposición, en los demás países sí que hay. Aquí se critica a Venezuela donde hay una pluralidad y diversidad enorme en los medios de comunicación. Y aquí como no está prohibido en sí consideran que hay libertad de prensa. Lo que hay en verdad es libertad para los empresarios de la prensa, pero no hay pluralidad de información. Mira, el 13 de septiembre de 1973 salió un decreto de la Junta Militar de Pinochet diciendo que a partir de ese día se autorizaba la publicación de los diarios, el Mercurio y La Tercera, prohibiendo todos los demás. Y esos son los mismos diarios que existen hoy día, o sea los diarios de hoy son los del bando militar. Esto es un duopolio brutal. A fines de la dictadura había más medios independientes que hoy día, a pesar de las represiones. En 1988 el año del plebiscito había dos diarios, La Época, y Fortín Mapocho, cinco revistas que salían semanales, pero hoy día casi no hay. Hoy prácticamente no hay medios independientes porque la publicidad privada está muy ideologizada y no llega a los medios más alternativos, son agencias de publicidad ligadas a las grandes empresas y la publicidad estatal se la han dado a los mismos medios, algo que todo el mundo denuncia, como el Colegio de Periodistas,… Por lo tanto los medios independientes deben vivir de las ventas y eso es muy difícil, hay que aumentar precios y por eso los medios independientes viven con lo justo o mueren.
En temas geopolíticos, Chile está solidificando el regionalismo de la Alianza del Pacífico (AP) con metas neoliberales y de libre comercio. ¿Cree que la Alianza más allá de mirar su comercio internacional con Estados Unidos o Asia busca un frente contra en América Latina contra el regionalismo socialista del ALBA-TCP o proteccionista del MERCOSUR?
– Creo que van a seguir en la AP pero que le pueden poner algún freno a hacer de eso un frente anti ALBA. Creo que Bachelet va a jugar un rol en UNASUR, donde lo jugó hasta Piñera y que ninguno de los dos debilitó a UNASUR como se pensó y creo que buscará un equilibrio más que un enfrentamiento. Pero eso no quiere decir que en Chile haya un gobierno latinoamericanista, sino mucho más neutro, que será algo menos reaccionario que la derecha. Entonces seguirá Chile en la AP pero no como referente político e ideológico ya que por otra parte, en lo económico, no habrá cambio porque Bachelet es neoliberal y buscará Tratados de Libre Comercio (TLC).
En el conflicto marítimo con Bolivia con Bachelet, ¿se espera que las relaciones se mejoren y se active la Agenda de los 13 Puntos, o seguirá todo suspendido bilateralmente y a la espera de resoluciones internacionales?
– Evo y Bachelet tuvieron una muy buena relación, pero no se avanzó lo suficiente. Se llevaban bien, se entendían bien, y podían entonces conversar pero también creo que el avance con Bolivia ha sido pequeño. Hay candidatos que han dicho que hay que avanzar con esto. Antes el conflicto con Bolivia y el mar era un tema cerrado. Cuando vino Evo a Chile se hizo un acto magnífico de 7000 personas, Evo estaba emocionado escuchando a chilenos diciendo ¡Mar para Bolivia! Y creo que hay una nueva situación en este momento, aunque después con el gobierno de Piñera hubo una vuelta atrás. Con Bachelet se puede dar un marco de apertura en las relaciones bilaterales pero es un tema ultracomplicado. Lo importante es la actitud que se tenga, que no sea de rechazo y de enfrentamiento, y creo que no habrá eso. Mientras mejor relaciones tengamos con Bolivia y entendamos su proceso también ayuda mucho más al movimiento en Chile. En Chile estábamos tan atrás en los movimientos sociales que las experiencias de Bolivia, Ecuador, Venezuela y de alguna manera lo que se ha dado en Uruguay, Brasil y Argentina como el caso de la ley de medios de comunicación, hace que los chilenos empiecen a pensar que es posible hacerlo aquí también. Que no se puede dejar todo en manos del mercado, y que eso no democracia. Aquí la Sociedad Interamericana de Prensa y los diarios chilenos dicen que esos países latinoamericanos son dictaduras, justamente intentan desinformar. Felizmente el periodismo no puede manejar las cabezas de todo el mundo. Por ejemplo el 80% de chilenos pide nacionalizar el cobre y toda la prensa esta en contra. Entonces la prensa no maneja todo como títeres, pero es más fácil poder influenciar a la gente en temas internacionales porque cueta más comprobarlo, a no ser que tengan muchas ganas de investigar el caso buscando información. Por eso en el plano internacional la prensa ha hecho mucho daño, y en Chile piensan que en Venezuela no hay libertad de prensa y en Chile si. En definitiva, es importante que Chile tenga buenas relaciones con otros países como Bolivia, tener contactos con movimientos sociales, asistir a foros sociales que se han realizado en ciudades como Porto Alegre y fueron muchos jóvenes,… o sea hacer de Chile un país abierto al nuevo contexto continental y no a un supuesto jaguar encerrado.
Aníbal Garzón Baeza
Foto: LUN