Madres, amigas y activistas mexicanas marcharon este viernes 3 de noviembre, en la Ciudad de México, clamando justicia por las decenas de víctimas de feminicidio y desaparecidas en el país, donde en promedio son asesinadas más de 10 mujeres diariamente de acuerdo con cifras oficiales.
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Por quinto año, la denominada «Marcha Día de Muertas» arrancó antes de mediodía desde el zócalo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, hacia un antimonumento que se encuentra en las conocidas avenidas de Insurgentes y Paseo de la Reforma.
El numeroso grupo marchó con pancartas, veladoras, cruces y con alguna prenda de color morado.
Llamados de justicia
«¿Dónde están, dónde están, nuestras hijas dónde están?» o «Ni perdón ni olvido», fueron diversas consignas que se escucharon de parte de las mujeres, quienes fueron muchas de ellas acompañadas por hijos menores de edad que también colaboraron cargando cruces de madera.
«Buscamos justicia y verdad para cada una de nuestras muertas», explicó a la prensa Consuelo Martínez, madre de la joven Victoria Pamela, asesinada en 2017 por su entonces pareja.
La también miembro de la organización civil Voces de la Ausencia, explicó que esta iniciativa es con el fin de que las autoridades y la sociedad «no olvide que vivimos en un país que clama justicia por las mujeres que ya no están a causa de la ola de violencia que ha ido en ascenso en todo el país».
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México, durante los primeros 10 meses de 2022 se registraron 3 mil 155 asesinatos de mujeres, de los cuales apenas el 24 por ciento han sido investigados como feminicidios y el resto como homicidios dolosos.
«Marcha Día de Muertas», en otros estados
Esta marcha se suma a otras realizadas en días pasados en estados como Chiapas (sur), las cuales sirven para que las exigencias de justicia de parte de los familiares de decenas de mujeres desaparecidas o asesinadas en el país puedan ser escuchadas por las autoridades y la sociedad civil, de acuerdo con integrantes de distintos movimientos feministas y organizaciones civiles.
«La principal exigencia es pedir al gobierno que nos escuche, que detengan a personas que están prófugas y que se haga justicia. No van a devolvernos a nuestras muertas, pero al menos que nos den algo de paz y tranquilidad», dijo Cintia Ramírez, tía de Dulce Lilián, asesinada en agosto de 2019 por su esposo, quien permanece prófugo.
Foto: X
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