Mientras las feministas radicales pretenden destruir el orden patriarcal a base de atropellos y mentadas, Clara Brugada busca, desde una perspectiva feminista, construir una nueva ciudad, más justa. Su experiencia al frente de la alcaldía de Iztapalapa le ha servido de “prueba piloto” para ensayar su propuesta para gobernar a la Ciudad de México.
La alcaldía Iztapalapa tiene una población de 1 835 486 habitantes, y es la segunda demarcación más poblada de todo el país, después de Tijuana. Presenta indicadores socioeconómicos poco favorables, aunque alberga a la quinta parte de los capitalinos, la mayor parte de los cuales debe trasladarse fuera de la demarcación para conseguir trabajo. La infraestructura y los servicios urbanos se encuentran menos desarrollados o son deficientes, particularmente en el caso de la distribución del agua potable. Además, Iztapalapa se ha convertido en una de las receptoras más importantes de las olas inmigratorias provenientes del resto del país, e incluso de Centroamérica. Ante esta situación, ¿qué ha hecho, en 5 años su alcalde, la morenista Clara Brugada?
Se ha abocado a dar un mayor acceso al agua a la población. En las escuelas públicas se han instalado 101 plantas purificadoras que garantizan el agua potable; y el programa de acupuntura urbana de la Alcaldía ha mitigado mil 415 grietas en la vía pública, por donde se desperdiciaba el líquido, al mismo tiempo que se han construido 62 pozos de absorción que permiten un manejo adecuado del agua pluvial, evitando inundaciones e inyectando el líquido al acuífero. Se labora en la captación de agua de lluvia para consumo doméstico, beneficiando a 9 mil 626 viviendas, y aunque es una medida de corto plazo, atiende urgentes necesidades familiares. Asimismo, el gobierno local distribuye agua mediante pipas, de forma universal, directa y sin corrupción en las viviendas que sufren escasez o interrupción del servicio, lo cual permite garantizar un mínimo vital para la población.
Por lo que toca a seguridad, se reporta que, a partir de 2018, la incidencia delictiva bajó 67% y delitos como el homicidio doloso registran una caída del 51 %. Prácticamente, todos los delitos han observado una reducción importante en Iztapalapa. En cuanto a la seguridad de las mujeres, se implementó el programa de Senderos seguros, consistente en identificar las calles, colonias y territorios más peligrosos para delimitar trayectos sumamente iluminados, monitoreados y vigilados para garantizar el tránsito seguro a las mujeres de las colonias populares.
En materia de conectividad también se ha avanzado. La política a aplicar, sostiene la alcaldesa Clara Brugada, es depender menos del automóvil y fomentar el transporte colectivo, como es el Metro, que en Iztapalapa funciona nuevamente la línea Uno, recientemente renovada, al cual se han agregado cablebuses, trolebuses y un piso elevado.
Pero la “joya de la corona” es la construcción de cinco Unidades de Transformación y Organización para la Inclusión y Armonía Social (UTOPIAS por sus siglas, como se las conoce popularmente), que tratan de dotar de infraestructura cultural, educativa, artística y recreativa a la alcaldía, Son cinco espacios dedicados enteramente a la recreación de todos los sectores de la población, gratuitos, lo cual se espera que regenere el tejido social y estreche los lazos comunitarios.
Se contará con lago artificial, centro acuático, centro de alto rendimiento de boxeo, pista, alberca semiolímpica, dos canchas de futbol, muro de escalar, juegos infantiles, auditorio y área de talleres culturales, donde se impartirán las disciplinas pertinentes.
En ellas se procurará también dar apoyo a las familias, particularmente a las de menos recursos, disponiendo de estancias infantiles, servicio de lavandería, cocina económica, comedor comunitario y centro recreativo para disfrutar el tiempo libre. Se trata, en palabras de la alcaldesa, de “propiciar la convivencia social y mediante la impartición de cursos de derechos humanos, género, procedimientos legales y electorales, a la larga serán una fábrica de ciudadanía”
“¿Se imaginan lo que va a ser –señala Clara Brugada—para una mujer trabajadora contar con una estancia infantil donde cuiden a sus hijos, o una estancia de día donde hagan lo mismo con sus familiares mayores; que pueda ir a su trabajo con mayor comodidad y regrese para recoger comida caliente y obtener otros servicios como el de lavandería o tomar cursos, hacer ejercicio o contar con actividades recreativas? Eso es cambiarles la vida”.
Estas obras son un esfuerzo titánico, productos de los esfuerzos conjuntos del gobierno capitalino y la alcaldía. Esperemos que cumplan sus objetivos, por el bien de todos.
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