Créditos sintéticos: cómo los bancos cobran tasas por sobre el máximo legal

En el mundo financiero los denominados créditos sintéticos surgieron como una alternativa para inversionistas y para empresas productivas no financieras, necesitadas de capital

Créditos sintéticos: cómo los bancos cobran tasas por sobre el máximo legal

Autor: El Ciudadano

En el mundo financiero los denominados créditos sintéticos surgieron como una alternativa para inversionistas y para empresas productivas no financieras, necesitadas de capital.

Los créditos sintéticos se componen de un crédito tradicional otorgado en una moneda determinada, más un derivado financiero otorgado en otra moneda, que actúa con el objetivo de dejar la obligación financiera final en la misma moneda del crédito tradicional.   

Un ejemplo de este mecanismo es la emisión de deuda de Chile en el extranjero (Bonos en dólares en el mercado internacional) y junto con eso el cierre de un derivado financiero (Cross Currency Swap), que transforma esa obligación en dólares a pesos o UF, que es la moneda funcional nacional.

En el mercado local, los primeros agentes no financieros en ocupar esta alternativa, hace más de veinte años, fueron las empresas exportadoras en un mercado financiero incipiente y básico, que solo podía ofrecer créditos de mediano y largo plazo en UF o pesos, mientras que la fuente de los ingresos de las exportadoras para pagar esos créditos eran los retornos de las exportaciones en dólares. Por ello, tomaban créditos en UF y con un derivado su obligación final de pago se convertía en dólares.

El mundo de los derivados financieros

Los derivados financieros nacieron al inicio de la década de los ‘70 y se han utilizado desde entonces de diversas formas, su principal uso la gestión de riesgo y la especulación. El resultado de la utilización de estos instrumentos puede ir desde una óptima cobertura de flujos para una empresa importadora, hasta ser el causante de una de las mayores crisis financieras mundiales de la historia, la Subprime de 2007, época en la que se decía que “los derivados financieros son armas de destrucción masiva para la economía” al poder endeudar a todo el sistema financiero en su conjunto y magnificar los efectos de una crisis”.

A nivel internacional, la regulación y la supervisión de los créditos sintéticos se han intensificado en los últimos años, para garantizar una mayor transparencia y estabilidad en el mercado. Pero en Chile, los bancos se las ingeniaron para utilizar esta figura como un mecanismo para, sistemáticamente, otorgar financiamiento a ciertas empresas, a través de créditos sintéticos, según su propia conveniencia.

Algunos bancos nacionales han otorgado créditos a empresas, compuestos de un crédito tradicional más un derivado. Esta vez la combinación de estos dos productos no tienen por finalidad la cobertura o la especulación, sino la generación de un financiamiento sintético con condiciones de tasas más altas que un crédito tradicional, incluso superiores a la tasa máxima convencional.

Esto último se debe principalmente a que los créditos tradicionales deben ser informados diariamente a la Comisión para el Mercado Financiero, CMF, con el fin de que fiscalice que no sobrepasan el interés máximo convencional. Los créditos sintéticos no.

Respaldo del crédito sintético

Los créditos tradicionales se otorgan a través de la suscripción de un contrato entre el cliente y la entidad financiera. En él se establecen condiciones vinculantes con el derivado, y si se da de baja el crédito o se prepaga, se debe deshacer el derivado y viceversa: si desaparece el derivado, se termina el crédito tradicional. Por esta razón esos productos adquieren una conexión cuyo resultado es emular un crédito tradicional, pero a una mayor tasa de interés.

Este mecanismo irregular, además de conseguir cobrar intereses por sobre el máximo convencional, establece la conexión entre los productos, dando lugar a una venta atada y venta conjuntas. De acuerdo con el testimonio de un empresario del rubro industrial, los bancos con que trabaja “me obligaban a tomarlos (los créditos sintéticos). Siempre me decían que el crédito me lo iban a dar, pero atado a un derivado. Además, nos pasó que cuando había que liquidar el derivado, el cálculo de su valor era al absolutamente opaco”.

Por Carlos Leva

El Ciudadano


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