Dolor y soledad. Estas son las sensaciones que tienen las víctimas que sobrevivieron y los familiares de las que no resistieron el impacto del terrible accidente aéreo ocurrido en 2010 en la comuna de Penalolén, luego de que una avioneta se estrellara contra una multicancha del Estadio Municipal de dicha comuna cuando un grupo de vecinas del sector realizaban una clase de acondicionamiento físico.
En la mañana del 27 de febrero del 2008 un avión Cessna 210 de Carabineros, con seis tripulantes a bordo, salió del aeródromo de Tobalaba en un vuelo de instrucción. La aeronave era pilotada por el capitán de Carabineros e instructor de vuelo, Luciano Castro, acompañado por su alumno, el teniente Sebastián Rodríguez, quien había obtenido su licencia el 13 de febrero del mismo año.
Ni 10 minutos duró el vuelo ya que, según las pericias realizadas por las instituciones pertinentes, por una falla mecánica y acción humana el avión capotó en el sitio donde se encontraba el grupo de vecinos. Debido a este accidente, 13 personas perdieron su vida y otras 10 quedaron heridas.
Carolina Leitao, alcaldesa de Peñalolén, expresó que este «accidente ha sido uno de las tragedias más grandes que ha enfrentado Peñalolén (…) Siempre estamos en riesgo, por eso queremos que se cumplan las promesas para no poner en riesgo a nuestra población».
Pero quienes aún sufren con este accidente son las personas que sobrevivieron a este accidente y los familiares de las fallecidas. A 10 años de la tragedia, el Estado aún no los indemniza. En 2009, los abogados Alfredo Morgado y Edgardo Reynoso, representantes de las víctimas del accidente aéreo en Peñalolén, presentaron dos demandas por un total de $8.700 millones contra el Estado, monto que aún no ha sido cancelado.
Como consignaba La Tercera en 2009, «la acción judicial de Morgado, representante de 18 familiares de las víctimas, busca una indemnización por $7.600 millones por el daño sicológico y las secuelas que dejó en los parientes de los fallecidos en este fatal accidente, ocurrido a fines de febrero de 2008. Mientras, el otro recurso legal es a nombre de la familia de Ramona del Rosario Espinoza Espinoza por $1.100 millones».
Viviana Fierro, hermana de una víctima del accidente, además de tener otra hermana que resultó herida, en una entrevista concedida a Canal 13, indicó que «para mí, es solamente que resarzan el daño que hicieron. Tienen que entender que aún hay mujeres que necesitan seguir operándose, que hay niños dañados que todavía necesitan psicólogo».
Por su parte, Benedicto Garay, quien perdió a su esposa en el accidente, señala que la indemnización sirve para que «de una vez por todas termine esto de estar esperando que la justicia haga justicia».
El fallo aún no está listo a 10 años del accidente. Los sobrevivientes y las familias esperan que esta resolución se zanje lo más pronto posible para, de esa forma, poder cerrar la herida del más catastrófico accidente aéreo en el último tiempo de nuestro país.