12 de octubre: Día de las resistencias ancestrales

El 12 de octubre representa el inicio de un proceso de violenta imposición cultural, política y militar, que incluye el exterminio de millones de personas en nombre de imperios occidentales y su “empresa civilizatoria”

12 de octubre: Día de las resistencias ancestrales

Autor: Seguel Alfredo

Imagen de Julio Reyes Ávila, profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, “América y Chile colonial: política, economía y sociedad”.

El 12 de octubre representa el inicio de un proceso de violenta imposición cultural, política y militar, que incluye el exterminio de millones de personas en nombre de imperios occidentales y su “empresa civilizatoria”; así como la estigmatización y discriminación histórica más absoluta de pueblos y culturas, que dieron paso a procesos de independencia durante el siglo 19 y la conformación de repúblicas y estados naciones que han mantenido de una u otra forma, hasta el presente, formas coloniales contra las descendencias de los primeros habitantes originarios en todas las américas (Abya Yala).

El 12 de octubre de 1492, muy temprano en la mañana, los habitantes originarios de las actuales Bahamas avistaron tres extrañas siluetas en el horizonte. Poco a poco las siluetas fueron cobrando forma y color, semejando construcciones de madera que flotaban en el mar.

La llegada de Colón a las américas un 12 de octubre, representa el inicio de invasiones, el dominio de territorios ancestrales y el genocidio de los pueblos indígenas, un verdadero y brutal holocausto, asesinando a más de 65 millones de personas según estimaciones.

La doctora Abaunza Flores señalaba en una exposición en la Universidad Autónoma de Nicaragua, que, según los cálculos de historiadores, a la llegada de los invasores el 12 de octubre de 1492, en América Latina indígena había entre 90 y 112 millones de habitantes, pero un siglo después la población había sido diezmada en unas tres cuartas partes, es decir, entre 65 a 70 millones de indígenas, a razón de unos 400.000 por año.

El investigador español Antonio Espino López afirma en su libro “La Conquista de América”, que estas masacres contra los pueblos indígenas; con asesinatos, amputaciones de sus extremidades con hacha, las heridas quemadas con agua hirviendo, violaciones masivas de las mujeres indígenas, parecen sacadas de mentes perturbadas”.

Mientras que John Muñoz Téllez, investigador y especialista en Cultura Indígena y autor del libro “Memorias del Holocausto en América Latina”, acusa que la matanza de indígenas cometida en América por los conquistadores europeos fue tal, que hicieron desaparecer de entre 60 a 150 millones de personas, “la mayor masacre cometida contra la humanidad”, con cientos de actos atroces para hacer desaparecer a grupos étnicos que se les oponían.

IMPERIOS OCCIDENTALES Y LA ENFERMEDAD DEL ORO

Si bien, crónicas de los conquistadores sitúan en América a organizaciones indígenas tipo “imperios” como el Maya, Azteca o Inca y que el origen del extractivismo del oro y otros metales precisos ya era parte de las prácticas y que hoy la mega minería se justifica como una “práctica tradicional”, lo cierto es que no hay comparación alguna con lo generado por los imperios de occidente en América, como los cometidos por el español, portugués, inglés, francés y en menor medida el holandés, los mismos que cometerían las atrocidades en África, con verdaderos holocaustos, esclavitud y saqueos de los territorios, que dieron los “siglos de oro” a los imperios y sus monarquías, para sus ejércitos bélicos, como también en su desarrollo en ciencias, en artes, en letras, en arquitectura y tecnologías.

Algunas crónicas sitúan la extracción de minerales en el denominado Imperio Inca a través de rutas específicas y controladas, con amplios territorios no explotados, sin embargo, el descontrol y el desborde enfermizo llega de la mano de los imperios de occidente, luego con los Estados Nación coloniales y hoy con corporaciones transnacionales.

También, la gran mayoría de los Pueblos y Naciones Originarias en América, de acuerdo a cosmovisiones ancestrales, han tenido como prácticas la no explotación del subsuelo, con formas que se relacionan a cuidar, proteger, conservar, sacar lo necesario con respeto y reciprocidad. Esta forma de vida ha sido categorizada por corrientes occidentales como sub civilizaciones de acuerdo al uso de metales.

Uno de los elementos de la cosmovisión ancestral Mapuche que aborda las dimensiones de los universos y como principio rector de relaciones entre los seres, los elementos de la naturaleza y el cosmos, es el “Az Mapu” y dentro de ello la no explotación del Münche Mapu (El subsuelo), visto como el origen de la depredación, el extractivismo, los males, enfermedades, la contaminación, la liberación de otras energías y espíritus al mundo terrenal (Nag Mapu) que generan desequilibrio, que atentan al Kvme Mongen (buen vivir).

La Kimelfe (educadora), Silvia Catrilaf, en su guía de aprendizaje sobre cosmovisión mapuche, señala que el Miñche Mapu es “El extremo inferior de la tierra, donde se encuentran las weza newen, fuerzas negativas o espíritus malignos”.

La publicación «Lo Mapuche» referido al Az Mapu, señala: «La contraposición de las dos zonas cósmicas, la Wenu Mapu (tierra de arriba) y la Miñche Mapu (tierra de abajo), se proyecta activamente en la Nag Mapu (tierra central) lugar de la naturaleza y morada de la gente. Es el lugar del aukan (conflicto) permanente entre las fuerzas antagónica, en este espacio coexiste también la dualidad necesaria para alcanzar el equilibrio».

A 529 años de la invasión de los imperios de occidente, continúa la resistencia ancestral.


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