“No podrás hacerlo…”, “Espera hasta que yo llegue…”, “Déjame hablar a mí…”, “Son cosas de hombres…”, “Yo sé cómo resolverlo…”, entre otras expresiones son las que tu pareja ocupa para controlarte a través de la condescendencia. El mansplaining es el nombre con el que la psicología se refiere al juego en el que lo hombres intentan posicionarse un escalón arriba de nosotras a partir de “sobreexplicaciones” innecesarias o conjeturas machistas.
Es decir, cuando un hombre (tu pareja) se empeña en dejarnos claro algún tema que ya dominamos, está intentando desvirtuar nuestro conocimiento para adjudicarse un papel que no le corresponde. Nuestra pareja no es nuestro dueño, mentor, tutor, maestro o benefactor. Él está ahí para apoyarnos y acompañarnos en las batallas y los logros de nuestra vida, mas no para resolver todo lo que él cree que no sabemos o podemos. El peligro de entrar en esta dinámica es que, como todo abuso, las consecuencias pueden ser irreversibles.
Cuando un hombre intenta hacernos pensar que no sabemos sobre un tema, sólo por ser mujer, además de ser machista, está sometiéndonos a una espiral en la que él se vuelve necesario para nosotras. Pues al aceptar su constante desaprobación, las limitantes que nos impone al opinar, sus correcciones irónicas, entre otras formas que toma el mansplaining, estamos entregándole nuestra independencia a esa persona.
Rebecca Solnit es la escritora que creó este concepto, desarrollado dentro de su libro “Men Explain Things to Me” (2014), el cual le ha dado la vuelta al mundo. En el recorrido a través del mansplaining ha despertado un interés en las mujeres por rescatar su soberanía como seres humanos capaces, inteligentes e independientes. Pues contrario a lo que se piensa, y a pesar de lo que nos han enseñado, no existen temas o problemas de hombres y mujeres; por lo que asumir que se sabe más de algo por el hecho de ser hombre, más que un error, es una forma de sometimiento.
Mansplaining no solamente es un término contemporáneo para identificar la anuencia con la que el hombre se empodera mientras desvirtúa a la mujer. También se trata del argumento principal de algunas películas que retratan de forma inteligente el proceso mediante el cual una mujer se puede perder totalmente en la mentira que su pareja le vende.
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“Amor mío” (2015) – Maïwenn
La violencia no sólo se ejerce con golpes y gritos. Silenciar a una persona para convertir una voz en la única verdad es una de las peores agresiones que una persona podría sufrir. Justo esto es parte del dominio que Georgio ejerce sobre su pareja constantemente. Él trata de hacerle creer a Tony, su pareja, que ella tiene el control de la situación al pedirle permiso para absolutamente todo lo que él hace. Sin embargo, antes de que eso sucediera él se encargó de convencerla de que todo lo que él piensa, dice y hace es correcto o hasta beneficioso para ella.
Tony, la víctima de Georgio, termina creyéndose todas y cada una de esas palabras y mentiras. Al final, además de sentirse totalmente sola y deprimida al darse cuenta de que él la ha engañado, le es imposible recuperarse después de haberse despojado de todo lo que ella era. Pues como otra de los efectos adversos del mansplaining, ella tuvo que deshacerse de su autonomía para poder estar con él.
“El ladrón de palabras” (2012) – Brian Klugman, Lee Sternthal
Callarte con un beso puede parecer romántico al principio, pero cuando se trata de algo que necesita ser escuchado y entendido por la persona que más amas, resulta frustrante ser silenciada. Así es como se siente Dora, la pareja de un escritor que cree tener todas las respuestas y el mejor de los talentos. Cuando Rory, el escritor, se da cuenta de que sus novelas no son más que basura comienza a mentirse a él mismo y por supuesto a su pareja.
Finalmente, como cualquiera que ejerza el mansplaining, Rory subestima a su pareja hasta inventarle un vida que no tienen. Cuando ella lo cuestiona él siempre tiene un pretexto para corregir alguna falla de ella y nunca acepta hablar de algo en lo que él no sea un “experto”.
“Tercera persona” (2013) – Paul Haggis
Con una historia inteligente e impredecible, este director nos sorprende al retratar la verdadera esencia delmansplaining. La inseguridad de los hombres, como lo explica Rebeca Solnit, los lleva a demostrar que su conocimiento, educación, experiencia y valor es mucho mayor que el de una mujer. Ya que el temor a enfrentar sus carencias es insoportable para ellos.
La crítica es lo último que espera un hombre que somete a su pareja a través de este tipo de argumentos. Como en “Tercera persona” lo podemos ver, la confianza y la modestia no es algo que ellos sepan manejar, por lo que necesitan recibir ovaciones continuas de parte de su pareja o bien desean sentirse necesarios debido al valor que le aportan a alguien más (pareja).
“Serena” (2014) – Susanne Bier
A primera vista esta pareja no puede ser más perfecta, pero todo cambia cuando George, la pareja de Serena, intenta desplazarla. George comete el error de subestimarla, pues a pesar de que ella nunca lo cuestiona, ha identificado cada una de las mentiras que él le ha dicho. Con el afán de continuar con el gran engaño él la trata mejor que a ninguna otra mujer y cada vez que ella intenta hablar sobre la verdad George le asegura que todo estará bien, pues nadie mejor que él conoce el problema y la solución.
Evidentemente, Serena cada vez soporta menos la opresión con la que su esposo la ha encerrado. Curiosamente las fuerzas para luchar contra él también son menos, pues la seguridad de ser una mujer independiente y fuerte se ha ido con todas las veces que George la hizo sentir frágil e incapaz sin él.
Desde siempre, la incertidumbre ha sido la peor tortura del ser humano. Por ello, el no saber dónde estás parada, dudar de tu propia voz, vacilar entre la verdad y la mentira, desconfiar de tu propia razón, entre otras situaciones angustiosas son con las que el mansplaining somete por completo la vida de una mujer. La cual, en el afán de comprender y amar al otro, permite que esta manipulación continúe hasta que esa desaprobación se convierta en una normalidad.
“Los hombres me explican cosas” pueso el mansplaining en el radar como una denuncia al desprecio contra las mujeres. El cual va desde un beso para callarnos, hasta un insulto con el que un hombre o nuestra propia pareja, intenta explicar algo que ya conocemos sólo para demostrar su valor y desprestigiar el nuestro.