Las violaron para curarlas, las golpearon, las llevaron a prisión, les recordaron que debían ser lo que «sociedad» quería. En Colombia, un país azotado por el conflicto armado, las voces LGBT no se escucharon. Pero la verdad asoma y hoy se conocen testimonios dramáticos sobre lo que vivieron hombres y mujeres en medio de una guerra.
«A los 15 años, fui reclutada por las FARC; en ese momento, yo sentía que era un niño que le gustaban los niños, pero no conocía más… en ese tiempo, me dicen que no muestre lo que soy porque me matan, soy víctima de violencia sexual. Luego, a una mujer la encuentran con otra mujer y les hacen juicio, a una la matan y a la otra la mandan al sur de Bolívar […]».
«Compórtese como una mujer… no visibilice su pareja, para eso está su casa».
UN DRAMA SILENCIADO
La Defensoría del Pueblo de Colombia presentó el informe «Voces Ignoradas: la situación de las personas con orientación sexual e identidad de género diversas en el conflicto armado colombiano». El informe refleja la situación de personas con orientación sexual e identidad de género diversas en el conflicto armado colombiano, un tema que durante años ha estado bajo la alfombra. El documento fue elaborado por Magda Cárdenas y Carolina Tejada, asesoras de la defensoría delegada para los derechos de las mujeres y los asuntos de género de la Defensoría del Pueblo, con el apoyo solidario del Fondo de Justicia Transicional (PNUD).
Se trata de un documento clave para reconocer y visibilizar las situaciones y consecuencias que experimentan estas poblaciones bajo la violencia que genera prejuicio y discriminación. Además, señala las acciones necesarias para fortalecer el reconocimiento de sus derechos como víctimas del conflicto armado.
Más de siete millones de víctimas del conflicto han sido registradas en la Red Nacional de Información de la Unidad de Víctimas, de las cuales 1.422 han declarado ser parte de la población LGBTIQ. El número puede ser mucho mayor, pues al menos 56.000 personas incluidas en el registro no informaron su género y otras 19.000 se incluyeron en la categoría de «no definido».
VOCES INVISIBLES
La defensoría considera «imperioso abordar acciones y políticas de atención a las víctimas en razón de la orientación sexual e identidad de género diversas desde una perspectiva que reconozca, estudie y tenga en cuenta la intersección de sistemas de opresión y privilegio como la raza, etnicidad, sistema etario, clase social, género, que marquen la desigualdad en el acceso a los derechos y generen un lugar marginal hacia estos sectores sociales, incluso desde antes de la guerra».
Y plantea que el Ministerio del Interior tenga una Política Pública Nacional, que contemple todos y cada uno de los avances jurisprudenciales establecidos para las personas con orientación sexual e identidad de género diversas. El organismo refiere que se deben desarrollar mecanismos que fortalezcan la capacidad de denuncia de las víctimas, y considera clave generar documentos especializados para identificar los obstáculos de acceso a la justicia para «generar respuestas institucionales asertivas y consecuentes con estas realidades». La defensoría recomienda a la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV) revisar las formas de registro existentes y determinar rutas y protocolos específicos que garanticen el acceso a una reparación integral.