Operación Colombo o caso de los 119: A 49 años, la prensa empresarial y su complicidad con la dictadura
A 49 años del caso de los 119, se recuerda la complicidad de la prensa empresarial con los crímenes de la dictadura. Este aniversario pone de relieve cómo ciertos medios contribuyeron a encubrir las atrocidades cometidas.
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Hoy, al rememorar estos hechos, se subraya la importancia de no olvidar el papel de la prensa en la manipulación de la información, y se insta a mantener viva la memoria histórica, tal cual fue un reciente especial emitido por el programa de Radio Juan Gómez Milla, Vista Panorámica esta reciente semana de julio 2024 y que abordó “Caso 119: Se conmemoran 49 años del caso que evidencia la complicidad de la prensa con la dictadura civil militar”.
Escuchar aquí la transmisión del programa: Vista Panorámica, Radio Juan Gómez Milla, T5#14 (Spotify)
Los hechos también fueron destacados durante el 2023 por Archivo 24 de TVN, titulado: “Operación colombo: el montaje para ocultar 119 asesinatos”
Ver video de TVN
Hace 49 años, el 24 de julio de 1975, la prensa chilena difundió titulares engañosos y fabricados que encubrieron los crímenes cometidos en el marco de la «Operación Colombo». Los diarios La Tercera, El Mercurio, Las Últimas Noticias y La Segunda publicaron noticias falsas como «El MIR asesina a 60 de sus hombres en el exterior» (La Tercera) y «Exterminados como ratones» (La Segunda), manipulando la realidad de los hechos. Según Mónica González en Ciper Chile durante el 2008, esta operación mediática fue clave para ocultar el asesinato de 119 opositores al régimen de Pinochet, coordinado por la DINA y apoyado por publicaciones en Argentina y Brasil, como el diario Novo O’Día y la revista Lea.
Ante la impunidad a los medios responsables, el Tribunal de Ética del Colegio de Periodistas, en un fallo histórico, sancionó a varios directores y periodistas involucrado el 2008, destacando a René Silva Espejo de El Mercurio y Mario Carneyro de La Segunda como responsables, aunque ya fallecidos. Fernando Díaz Palma de Las Últimas Noticias y Alberto Guerrero de La Tercera fueron sancionados con censura pública y suspensión de seis meses de colegiatura. Beatriz Undurraga de El Mercurio también fue suspendida por tres meses. La investigación de Ciper, reveló que estos medios publicaron noticias falsas, como el supuesto entrenamiento de extremistas chilenos en Tucumán, Argentina, y la muerte de militantes del MIR por sus compañeros.
El uso de estas noticias falsas fue una estrategia de la dictadura para justificar sus acciones represivas y desacreditar a los opositores, como explicó John Dinges, periodista estadounidense y co-director de CIPER. Dinges destacó el papel de Álvaro Puga, quien trabajó en la DINA y fue responsable de difundir la información falsa a través de medios chilenos y extranjeros. Según Dinges, «Puga ejercía funciones de supervigilancia a los corresponsales extranjeros» y tuvo un rol clave en la operación.
Ver también el documental “El Diario de Agustín”, el rol de la prensa empresarial chilena durante la dictadura (SanJoaquín TV)
Alicia Lorca, dirigente de los familiares de las víctimas, relató que la indiferencia y hostilidad de los medios hacia los familiares de los desaparecidos, quienes buscaron desesperadamente hacer escuchar su voz. Según Lorca, consigna la publicación de Ciper, fueron rechazados incluso en inserciones pagadas, destacando el papel cómplice de la prensa en la ocultación de la verdad.
El caso de los 119 detenidos desaparecidos, conocido mundialmente gracias a la campaña de desinformación orquestada por la dictadura, fue documentado en el libro «Detenidos Desaparecidos» de Chile Democrático, cuyo extracto destacado publica Memoria Viva.
El trabajo describe cómo la prensa chilena, en colaboración con la dictadura, publicó informaciones sobre supuestos planes de guerrillas y enfrentamientos que nunca ocurrieron. La dictadura utilizó estas noticias para desacreditar las denuncias de desapariciones y torturas.
Fernando Díaz Palma, exdirector de Las Últimas Noticias, admitió años después que la cobertura fue un fraude: «Claro, si nosotros hubiéramos podido o hubiésemos sabido esas cosas las habríamos tenido que investigar sin perjuicio de correr riesgos.» Estas declaraciones, junto con las de otros periodistas de la época, reflejan la autocensura y la complicidad con el régimen.