Así fue denominado por el cantautor de folk rock Don McLean en la canción «Miss American Pie», aquel 3 de febrero de 1959 en que murió Buddy Holly, junto a Ritchie Valens y The Big Bopper, durante una gira, al estrellarse la avioneta en que viajaban en un campo de maíz. Ninguno superaba los 30 años y ya eran considerados grandes promesas del rocanrol sesentero. ¿Murió entonces la música?. No lo sabemos, pero sí queda claro que su música sigue aún resonando.
Buddy Holly a sus 22 años fue uno de los pioneros del rock blanco. Tras sus gafas de pasta, trajes discretos y pelo pulcramente peinado se escondía una de las mentes más brillantes de la música de la primera mitad del siglo XX. Fue el primer artista de su época que, sin renunciar a su patrimonio cultural (country) y generacional (rock & roll) marcó un estilo en el que predominaban la melodía y los arreglos sobre el ritmo. Buddy Holly & The Crickets establecieron y popularizaron el esquema clásico que miles de bandas de rock han repetido con posterioridad: dos guitarras, bajo y batería. Además, fue un precursor en el campo de la fusión de las orquestas con los instrumentos amplificados y en la introducción en el rock de sonidos poco habituales.
El Ciudadano