Para nadie es un secreto que el actual desarrollo del Capitalismo ha devenido en una profunda “crisis” económica, la cual se pretende resolver con el saqueo de los fondos sociales, de los tesoros públicos, de los ahorros de millones de trabajadores, de la esclavización financiera, de los recursos minerales, biológicos y energéticos; mediante sofisticados mecanismos de apropiación ilícita y con gobiernos títeres al servicio de las empresas transnacionales. Todos estos hechos, desde luego, dejan un panorama sombrío de pobreza, miseria, exclusión, venenos transgénicos y comunidades contaminadas y desplazadas, aumentando agresivamente el exterminio de nuestra naturaleza mediante la eliminación progresiva de las fuentes de agua pura y la contaminación del aire a gran escala.
Es decir, nuestros pueblos originarios están siendo despojados de sus territorios, recursos naturales y agredidos permanentemente, incluso la situación es peor para las comunidades en aislamiento voluntario, ya que en las zonas donde habitan suele encontrarse hidrocarburos, metales preciosos, biodiversidad, etc. Asimismo, podemos señalar que la historia de estos pueblos ha sido de resistencia frente a estas agresiones, incluso con ordenanzas coloniales como el caso de la propiedad de los recursos de sub-suelo, servidumbres, ley de tierras, Ley de Comunidades Campesinas, Convenio 169 de la OIT más conocida como “Ley de Consulta”, etc.; este despojo histórico también se manifiesta en el patrimonio cultural, tangible (restos arqueológicos), intangible (producción cultural y conocimientos ancestrales) que han devenido en objetos de colección, patentes y otras formas de exfoliación. Por ende, estamos frente a una situación de extrema importancia por tratarse de la defensa de la propia vida y el futuro para la humanidad.
En medio de todo esto, no olvidemos que mientras la oficialidad de la “cultura” burguesa y alienante celebra el 12 de octubre como “día del descubrimiento de América” o peor aún como “día de la raza” (en clara expresión de dominación de Occidente sobre nuestra región); los pueblos combativos, los sectores en lucha y toda Latinoamérica rebelde salen a las calles a movilizarse en defensa de nuestras culturas que fueron pisoteadas e invadidas por brutales colonizadores europeos justamente un 12 de octubre de 1492. Lo que se vivió en toda nuestra América Morena fue una salvaje intromisión y genocidio de pueblos enteros en nombre de la “civilización, cultura y pensamiento único”, se arrasaron a sangre y fuego expresiones ricas de biodiversidad y experiencias ancestrales de conocimiento, para imponer la barbarie y el saqueo.
Ahora podemos decir que los colonizadores y asesinos de ayer son los mismos de hoy, son los gobiernos anti-populares y sus políticas de hambre y miseria, son las transnacionales que buscan expansión geopolítica para mayor dominación económica, son las empresas mineras que explotan, contaminan y matan la tierra y a la gente, en resumidas cuentas, es el Sistema Capitalista y sus distintos peros iguales rostros: Neoliberalismo, Imperialismo, Colonialismo, Globalización, etc.
En nuestro país, seguimos bajo el mismo régimen de continuismo tanto en el modelo de libre mercado (privilegios para unos pocos, pobreza y desempleo para muchos), como en el modelo político y represivo que no duda en imponer la gestión de Ollanta Humala. En Perú, el reciente pico de lucha social se vive a raíz de la protesta social contra el proyecto minero Conga en Cajamarca, que ha desencadenado de una nueva ola de criminalización de la protesta, asesinato a hermanos y compañeros comuneros. Como sabemos, las constantes movilizaciones hicieron retroceder al gobierno en su afán autoritario de imponer sí o sí Conga, y aunque este proyecto no haya sido del todo eliminado –Yanacocha y el gobierno han dicho que solo está suspendida- hay que mencionar que el rechazo a Conga y las supuestas bondades del modelo extractivo y primario exportador es fuerte en todo el país. En Cajamarca, una reciente encuesta revela que el 73,4% de los pobladores dicen que Conga no debe ir “de ninguna manera”, además el 61,1% está en contra del proyecto minero (apenas un 3,4% a favor) y respaldarán convocatorias a nuevos paros. En tanto, más de la mitad de la población (50,2%) dice haber participado en marchas contra Conga y el 82,4% piensa que solo la empresa Yanacocha será la beneficiaria.
Y en cuanto al contexto de protestas enmarcadas en conflictos sociales vigentes en el país, se sabe que existen más de 164 casos activos, según la Defensoría del Pueblo. De la cantidad total, se indica que 148 de los conflictos son de carácter socio-ambiental y que las regiones andinas de Ancash y Puno presentan la mayor cantidad de éstas.
Dentro del grueso de protestas por descontento social no solo tenemos a los temas medioambientales, sino que hay un largo listado de problemáticas que abarcan desde temas laborales con despedidos, subempleo, tercerizaciones, acoso anti-sindical, etc. (ya que el actual desarrollo de los de procesos productivos, hace que se reduzca la necesidad de mano de obra o se abarate más) de derechos humanos, de justicia social, de lucha contra la privatización y mercantilización de la educación, reivindicaciones de minorías excluidas, etc. Todos estos casos están dentro de un contexto mayor de resistencia a un modelo socio-económico que nos precariza la vida, que nos niega el derecho a expresarnos libremente y que pretende imponernos un modelo único de desarrollo sustentado en la acumulación de propiedad privada, guerras de colonización y persecuciones a las ideas disidentes.
Asimismo, entendamos que esta crítica situación no solo tiene que ver con nuestro país, sino que es parte de una tendencia mundial que se acentúa con fuerza en los llamados países del “tercer mundo” a través de la propaganda de dominación imperialista y sus voceros oligarcas, liberales, de derechas o populistas de “izquierda” que de un modo u otro buscan lotizar nuestras regiones para el mejor aprovechamiento de la riqueza natural, generando más deterioro ambiental por contaminación, abundante demanda, producción y consumo de energía, producción de mercancías, de residuos y desechos, en gran parte tóxicos, etc.
Los países que gozan de una exquisita biodiversidad en fauna y flora, a través de bosques, manglares, selvas tropicales, pastizales, etc., ven afectados sus espacios por multinacionales que gozan de alianzas económicas con los gobiernos locales que les entregan el petróleo, el agua, ponen en riesgo nuestra soberanía alimentaria, entre otras cosas, bajo la ilógica de producir, producir y volver a producir cada vez más, en imparable, insaciable y criminal crecimiento industrial y anti-natural.
Por todo esto y más, quienes somos parte del pueblo trabajador y explotado decimos que ha llegado la hora de decir basta, de parar la voracidad capitalista y la complicidad de los Estados del mundo en la destrucción de nuestro planeta. Estamos conscientes del total fracaso de las políticas burguesas en todas sus variantes (parlamentarismo, “democracia” representativa, partidos políticos electoreros de derechas e izquierdas, etc.) que solo favorecen a la clase dominante y que pretenden engañarnos con falsos juegos de “nacionalismo”, “oposición”, “fuerza ciudadana”, “gran transformación”, “asistencialismo y populismo” (todos estos proyectos politiqueros nos infiltran, dividen, seccionan, y al final cuando son elegidos, amparándose en una legislación hecha por “ellos” a la medida de “ellos”, usurpan el ejercicio del poder, que no les corresponde, para decidir por nosotros, y lo hacen en contra de nuestros intereses).
Es necesario identificar que los poderes del Estado son un verdadero Sistema de Dominación (Poder Judicial, Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo, Contraloría General de la República, Oficina Nacional de Procesos Electorales y el Jurado Nacional de Elecciones), por tanto son instancias al servicio de los dueños del país y sus amos imperialistas. Entonces es nuestro deber construir nuevos y mejores mecanismos de organización social, desde abajo y entre todos.
Es urgente construir un proyecto que responda a los problemas de nuestro tiempo. Este proceso debe basarse en mecanismo de verdadera democracia directa de masas, en horizontalidad para la construcción de asambleas populares permanentes, en la autogestión socio-económica como herramienta genuinamente anticapitalista y revolucionaria para el control de los medios de producción, en la acción directa organizada y social para la resolución de los conflictos sociales y medioambientales, de internacionalismo que entienda que el enemigo común es el Capitalismo y los Estados del mundo, de solidaridad entre cada pueblo, comunidad, sector, gremio, hombre o mujer en lucha.
Es decir, atrevernos a quitarle las riendas de nuestras vidas a los poderosos que creen que nosotros debemos pagar las consecuencias de sus crisis económicas o de sus guerras imperialistas, atrevernos a movernos con unidad desde la lucha y avanzar en procesos sociales de abajo hacia arriba, atrevernos a enfrentarnos al poder mediático, militar, religioso, político a través del fortalecimiento de nuestra capacidad de auto-organización y movilización, o sea través del Poder Popular horizontal y libertario.
¡A CONSTRUIR PUEBLOS DIGNOS, LIBRES Y SOLIDARIOS
CON AUTONOMÍA Y DEMOCRACIA DIRECTA!
¡POR UNA LATINOAMÉRICA SOCIALISTA Y LIBERTARIA!
¡LUCHAR, FORJAR, PODER POPULAR!
¡ARRIBA LOS Y LAS QUE LUCHAN!
UNIÓN SOCIALISTA LIBERTARIA
10 de octubre de 2012
Publicado en uslperu.blogspot.com
Fuente fotografía
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