Nada más agradable que obtener una rica ensalada sólo caminando hasta el jardín más próximo, y sin pagar ni un peso. Y es que el diente de león es una “maleza” llena de propiedades que abunda en cualquier pedazo de tierra durante casi todo el año.
Considerada por lo general una “mala hierba”, las hojas del diente de león se consumen en ensaladas, y se le han atribuido numerosas propiedades medicinales. Siendo tan fácil de recolectar en el campo o de cultivar en nuestro huerto, es una lastima que no se incluya como una verdura más de una manera habitual en la dieta diaria saludable.
Taraxacum officinale Weber, la «achicoria amarga», con flor amarilla, conocida como diente de león, es una planta perenne de la familia de las asteráceas, que alcanza hasta 40 cm de altura. Sus raíces llegan a niveles muy profundos de la tierra, siendo inmune al fuego y a las madrigueras de los animales.
UNA VERDURA VITAMINIZADA
El diente de león es la verdura más rica en vitamina A, en forma de betacarotenos. La vitamina A constituye uno de los mejores antioxidantes, capaz de neutralizar los radicales libres que son causantes de numerosas enfermedades degenerativas. Se ha comprobado que la vitamina A es necesaria para el buen estado de la vista, previniendo la aparición de enfermedades como la ceguera nocturna, las cataratas o el glaucoma. No menos importante resulta esta vitamina para la conservación de la piel, previniendo la aparición de numerosas anomalías como: eccema, acné, psoriasis, piel seca, herpes, y ayudando a la curación de cortes, heridas, quemaduras, etc. Unos 30 g frescos de esta planta cubren las necesidades diarias de un adulto.
El diente de león contiene cantidades abundantes de vitamina C y ácido fólico. La vitamina C constituye, junto con la vitamina A, otro de los mejores antioxidantes, y el ácido fólico, entre otras propiedades, ayuda a proteger el feto contra las malformaciones.
UN ALIMENTO MUY RICO EN MINERALES
Destaca especialmente su contenido en potasio que contrarresta el sodio y contribuye a sus propiedades diuréticas. Igualmente interesante para la circulación sanguínea y el control de la hipertensión, resultan sus proporciones elevadas de magnesio y especialmente su elevada proporción de calcio. El calcio, además de su reconocido valor para el desarrollo de los huesos y la prevención de la osteoporosis, tiene gran importancia para evitar enfermedades circulatorias, como la formación de trombos en las arterias. El diente de león es, después de las espinacas (210 mg por cada 100g de peso fresco), la verdura que contiene más calcio (187 mg por cada 100g de peso fresco). Aunque hay que precisar que no todo este calcio se absorbe bien, pues, tanto las espinacas como el diente de león, son muy ricos en oxalatos que inhiben parte de la absorción de este mineral. Aún así se pueden considerar como buenas fuentes de calcio.
El diente de león contiene bastante fósforo, por lo que comer esta verdura nos ayudara a mantener nuestros dientes, huesos y pelo en mejores condiciones.
Esta verdura es, además, una buena fuente de cobre. Este mineral interviene también en la formación de los huesos y en el buen estado de los nervios y de las defensas. Junto con el hierro, tiene un papel fundamental en el mantenimiento de los glóbulos rojos y la buena salud de nuestras arterias.
El diente de león es la fuente vegetal más importante de hierro. El hierro en los alimentos resulta útil para prevenir la anemia. Aunque las espinacas tienen la fama de ser la verdura que contiene más hierro (1,5 mg por cada 100 g de planta fresca), en realidad son superadas por el diente de león (3, 10 mg por cada 100 g de planta fresca).
UNA COMIDA LIGERA Y DIURÉTICA
El diente de león, como la mayoría de las verduras de hoja verde, resulta un alimento con muy pocas calorías como consecuencia de su bajo contenido en grasas e hidratos de carbono y su elevada proporción de agua. Todo ello lo convierte en uno de los alimentos menos calóricos (tan solo 16 calorías por cada 100 g de planta fresca). Siendo además uno de los principales alimentos diuréticos, resulta ideal para las personas que quieran realizar dieta para adelgazar o aquellas personas que presenten problemas de obesidad, además de ser muy conveniente para las que tengan problemas de retención de líquidos.
Resulta muy conveniente mezclar esta planta con un conjunto de plantas con propiedades depurativas similares, como el apio, la cebolla o la zanahoria u otros alimentos naturales. También se pueden cocer todas ellas en forma de caldo, que contiene muchas vitaminas y de gran valor depurativo.
USO EN MEDICINA POPULAR
Hepático: es un buen estimulante de la función hepática y biliar, siendo muy útil en aquellos casos en que se presente hepatitis o cirrosis. Por sus propiedades depurativas y hepatoprotectivas, el diente de león puede utilizarse para depurar la sangre de toxinas y proteger el hígado de una posible degeneración causada por intoxicación alimentaria o química (decocción de 100 g de raíces en litro y medio de agua. Tomar tres tazas al día).
Diurética: es una de las plantas que más estimula la producción de orina. Hasta el punto que su nombre vulgar en catalán pixallits (mea camas) hace referencia a este aspecto. De ahí que su uso es muy adecuado en aquellos casos en que resulte interesante eliminar tanto agua -edemas u obesidad- como en aquellos en los que resulta fundamental eliminar toxinas de la sangre -colesterol, ácido úrico, diabetes, etc.-, y favorecer la expulsión de las piedras del riñón (infusión de las hojas secas. Tomar 3 tazas al día. La misma infusión también puede realizarse con la mezcla de hojas más raíces).
Aperitiva: Aparte de sus propiedades diuréticas, el diente de león constituye una planta silvestre comestible con propiedades aperitivas muy destacadas, cuando se toma combinada con otras verduras o plantas silvestres en ensaladas, en cuyo caso mejora mucho la digestión. Los capullos florales, antes de abrir, y preparados en vinagre, resultan deliciosos y abren también el apetito. Indicada en casos de inapetencia o trastornos alimentarios como la anorexia.
Estreñimiento: Constituye un laxante suave (5 gramos al día de extracto fluido).
Várices y hemorroides: También su riqueza en taninos la convierte en una buena amiga, con propiedades calmantes y relajantes de problemas circulatorios periféricos (baños locales con la decocción de toda la planta).
¿CÓMO CONSUMIR EL DIENTE DE LEÓN?
Conviene consumir el diente de león como una verdura fresca en ensaladas. De esta manera conservamos todas sus vitaminas, todas las propiedades vistas anteriormente (para prevenir, remoje las hojas en agua con una gota de cloro y, luego, enjuáguelas con agua pura). Además suministra a las ensaladas un toque de sabor amargo muy interesante, tanto más si la mezclamos con otras hierbas silvestres comestibles, como el berro, o el mastuerzo, por ejemplo . Sus flores y hojas secas pueden ser tomadas mediante tisanas.
También los pétalos de las flores pueden contribuir a dar sabor y color a ensaladas mixtas. Los botones de las flores son apreciados si se preparan con aceite de oliva. Las flores también se pueden preparar en pastel e incluso fritas (rehogadas). Los tiernos brotes basales se pueden consumir al natural o con aceite de oliva extravirgen o salteados en una paella con.
Con las raíces del diente de león, tostadas y molidas se puede realizar un sustitutivo del café, bastante delicioso pero sin los inconvenientes que presenta la bebida original.
ALGUNAS RECETAS ÚTILES
A la hora de utilizar esta planta para evitar algunas dolencias comunes, podemos emplear el diente de león, bien en infusión o bien por decocción. Por ejemplo, para calmar la inflamación y hacer que el cuerpo sea más resistente a las alergias, realizaremos una decocción mezclando una porción de raíz de diente de león, otra de raíz de malvavisco y media de regaliz.
Si lo que queremos es metabolizar las grasas, mejorar la eliminación de residuos y luchar contra la celulitis, podemos tomar hojas de diente de león y hojas de ortiga en infusión.
La decocción de la raíz de diente de león es útil para la limpieza del hígado, el fortalecimiento de los nervios, la mejora del estado de ánimo, la descongestión de fosas nasales y pulmones, prevenir gases y calmar el dolor de estómago.
CREENCIAS POPULARES Y MEDICINA AYURVÉDICA
Un libro del siglo XVI rezaba: «los magos dicen que si una persona se frota a si misma con un diente de león será bienvenido en todas partes y obtendrá lo que desee». En ese mismo siglo, el médico y botánico Leonhart Fuchs recomendaba el T. officinale como astringente, antidiarreico, para dolor estomacal y para favorecer la menstruación. Como otras especies semejantes de Taraxacum, suelen ser llamados, además de «dientes de león» (nombre que recibiría por sus hojas), también «panadero»; suele ser costumbre en ciertas regiones tomar al vuelo una de las semillas y soplarlas diciendo la frase «panadero tráeme buena suerte».
‘Ayurveda’ se traduce como ‘ciencia de la vida’ y se trata de un sistema tradicional hindú de curación. En la práctica de estas enseñanzas, el diente de león se usa para detener la energía en el hígado y la vesícula biliar, a la vez que contribuye a reducir los malestares de la bilis. Es bueno para aliviar los síntomas de la “resaca”.
Según los adeptos de la ciencia de la vida, el diente de león también es beneficioso con los problemas de pecho, tumores, quistes e inflamación de las glándulas linfáticas, etc. En concreto, la hoja de esta planta se usa sobre todo para los estados agudos y la raíz para los crónicos, como forúnculos, carbunclos, gota y cáncer.
Se considera astringente, fortificante para todo el cuerpo, así como un tónico refrescante y benéfico para el tratamiento de infecciones.
Las infusiones con hojas de diente de león incrementan la movilidad de nuestras articulaciones y reduciremos la rigidez, a la vez que el colesterol y el ácido úrico.
También se ha usado mucho tiempo en el tratamiento contra el cáncer, dado su alto contenido en clorofila y antioxidantes como el betacaroteno y los flavonoides.
En cuento al beneficio emocional que nos puede llegar a reportar esta planta, señalar que contribuye a calmar la ira, la depresión, los celos, la hipersensibilidad y el resentimiento.
ENSAYOS CLÍNICOS Y DESCUBRIMIENTOS CIENTÍFICOS
Es comprensible -en el contexto capitalista- el hecho de que no haya muchos estudios sobre el valor medicinal de una hierba que crece en ambientes tan libres y silvestres y que, casi siempre, se puede conseguir sin dificultades. No obstante, sí existe alguna investigación sobre sus efectos positivos y sus usos.
El escritor y botánico Christopher Hobbs, relata que durante un estudio realizado en Italia en 1938, a 12 personas que padecían síntomas de una disfunción en el hígado, se les inyectó 5 milímetros de extracto de diente de león durante 20 días. De estas 12 personas, 11 tuvieron una bajada significativa del nivel de colesterol y todas ellas se sintieron mejor.
K. Faber, autor de una obra de referencia sobre esta planta, afirmó que las pruebas clínicas realizadas en China a mediados del siglo XIX, demostraron que era efectivo contra la bronquitis, la neumonía, las anginas y otros problemas respiratorios.
Existe un estudio de 1974 realizado por Elizabeth Racz-Kotilla, Gabriel Racz y A. Solomon en el que se suministró a ratas y a ratones 50 mililitros de infusión de diente de león durante todo un mes. Los animales perdieron el 30% de su peso original debido a la función diurética, al suave efecto laxante y al fortalecimiento de la función del hígado.
Por último, señalar que de acuerdo con un estudio de 1979 llevado a cabo por K.K. Kotobuki Seiyaku, cuando los polisacáridos y los extractos acuosos del diente de león se administran a los animales, éstos desarrollan una actividad antitumoral.
El Ciudadano