La ex Ministra Molina fue víctima de su transparente forma de ser. Se refirió a clínicas cuicas donde se hacen abortos. Y estalló el escándalo.
Ella renunció a su cargo, señalando que había hablado en forma personal. La entrevista que dio a diario La Segunda habla de muchas cosas atingentes a la materia de la cual ella era responsable, Salud. Sin embargo, quedó registrado una sola frase, la que motivo su renuncia.
La doctora Helia Molina dijo una gran verdad. Hirió sensibilidades de cierto grupo conservador al adjetivar con eso de «cuica». Ellos acusaron recibo, ignorando que en sus clínicas se hizo, se hace y se seguirán haciendo abortos.. Aceptemos entonces que equivocó el termino.”cuico” para no seguir hiriendo a estos señores de delantal blanco.
El aborto se hace todos los días en este país, en manos de aborteras clandestinas o de médicos que ante el billete oneroso o sin el, lo realizan sin arrugar sus conciencias.. Basta disfrazar el aborto con un kiste, y es fácil todo lo demás.
En Chile según las estadísticas se hacen más de150 mil abortos anuales. El tema da como para enfrentar una herida profunda en el corazón de la familia chilena. Es una tragedia que 150 mil posibilidades de vida queden en el canasto de un pabellón, en un recipiente de una pieza maloliente o en WC de una casa cualquiera.
Me pregunto,¿ hasta cuándo seguiremos tapando el sol con un dedo?
El tema debe abordarse con seriedad y debatirse sin el apremio valórico que un legislador tiene por muy respetable que sea su opinión. Sin embargo debe legislar para una mayoría y no para si mismo. Y legislar sobre este tema debe hacerse a la brevedad.
Se dice que debe prevenirse el aborto. Años y años diciendo lo mismo y solo ha significado más abortos. Las Iglesias se oponen a una abierta educación sexual en los colegios, lo que prevendría la posibilidad de embarazos no deseados y por ende de abortar. Se oponen a la píldora anticonceptiva o a la píldora del dia después. Entonces ¿que hace una mujer sometida a esta situación?
¿Hay que enviarla a la cárcel si aborta? Pues no.
Acorde a la ley vigente ella es condenada.. ¿Puede una mujer asumir tanta brutalidad sin que la sociedad se haga cargo? Aborto ya es en si dolor para la gran mayoría de ellas. La cárcel solo la somete, humilla y la marca para siempre
Por lo tanto, hablemos en serio
El proyecto Ley que enviará al Congreso el Gobierno trata sobre la DESPENALIZACION del aborto, no de la legalización de éste. La confusión es enorme por cuanto los medios de comunicación, salvo algunas excepciones, no diferencian lo uno de lo otro.
El proyecto se refiere a tres casos: cuando peligra la vida de la madre, cuando el feto es inviable o cuando el niño que viene es producto de una violación. Sobre este último punto hay mayores discordancias. Yo me incluyo en ella. Cuando uno ve la ecografía de un ser gestándose, contempla una vida.. Es un niño que viene. Sin embargo entiendo a esa madre o a esa niña que decide abortar y no podría juzgarla ni menos condenarla como lo hace el Estado hoy..
Las mujeres abortan. Algunas lo hacen porque no quieren tener un hijo, otras porque se cansaron de seguir teniendo niños como maquinas reproductoras, y más de alguna lo hace porque en su propia cama un animal alcohólico la violó aunque ese animal tiene dos patas, unos genitales sin control y un cerebro de aserrín.
Entonces, abramos el debate, aceptemos que se debe legislar y hacerlo a la brevedad. El aborto terapéutico existió en Chile hasta el año 1989.. Durante décadas los chilenos vivimos aceptándolo sin espantos. Fue un hombre, el Almirante Merino, entonces Comandante en Jefe de la Armada como cabeza del Poder Legislativo de la Junta., decretó abolir la medida. Apegado quizás a qué problema de conciencia insertó en el corazón de las mujeres y de sus parejas una herida angustiante que sigue abierta. Es hora que esta herida se cierre. Legislar sobre la Despenalización del Aborto es un deber.
Agradezcamos a la ex Ministra Helia Molina por su deslenguada declaración. No era necesario que renunciase. Un error más de la autoridad que le quitó apoyo a una gran verdad. Sin embargo, como doctora destacada Helia Molina puede y debe seguir encabezando el debate. Tiene el conocimiento para hacerlo y la valentía para hablar sin tapujos. Algo necesario para que el tema se aborde en serio y responsablemente.