Al menos 28 casos de abusos de la Iglesia Católica chilena nunca recibieron respuesta del actual Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Santiago

A menos de un año para que el presunto delito de encubrimiento en el caso Muñoz prescriba, se indago en los archivos judiciales, y se detectó una serie de cartas de diferentes víctimas, así como misivas del propio Ricardo Ezzati, quien reconocía las conductas delictuales de distintos religiosos.

Al menos 28 casos de abusos de la Iglesia Católica chilena nunca  recibieron respuesta del actual Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Santiago

Autor: Leonardo Buitrago

Durante las investigaciones realizadas contra el Arzobispado de Santiago; en la causa por encubrimiento de delitos sexuales en la Iglesia Católica, la Fiscalía incautó más de 40 archivos.

En estos archivos, se encontraron una serie de cartas escritas por Ricardo Ezzati, en las que reconoce conductas abusivas al interior de la Iglesia, no obstante, ninguno de estos escritos – realizados por la víctimas – recibieron respuesta alguna.

En concreto, Ricardo Ezzati había recibido a Óscar Muñoz en 2019 en la residencia del arzobispado. Por su parte, la Policía de Investigación (PDI) tenía intervenido el celular de Muñoz desde días antes de la reunión.

Por esta reunión, el Ministerio Público citó a Ezzati en calidad de imputado en el proceso contra Muñoz.

La medida, aseguran fuentes al interior de la Fiscalía, se justificaba debido al persistente resguardo de sacerdotes ante eventuales persecuciones penales, por parte de Ezzati, y por no investigar en caso de tener noticias “verosímiles sobre la ocurrencia de un delito”, como establece el derecho canónico, refiere El Desconcierto.

La formalización, sin embargo, se vio entorpecida por la salida del fiscal Arias del caso, tras ser acusado de violación de secreto, tráfico de influencias y obstrucción a la investigación, entre otros delitos.

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A menos de un año para que el presunto delito de encubrimiento en el caso Muñoz prescriba, se indago en los archivos judiciales, y se detectó una serie de cartas de diferentes víctimas, así como misivas del propio Ricardo Ezzati, quien reconocía las conductas delictuales de distintos religiosos.

En concreto, se trataría de al menos 28 casos de abusos de miembros de la iglesia católica chilena, donde el actual Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de Santiago habría hecho caso omiso de las denuncias realizadas por las víctimas.

Fuertes testimonios conocidos por el arzobispo

Entre los acusados se encuentran el sacerdote salesiano Diego Muñoz, quien fue acusado por su propio chofer, Gino Schiaffino.

«Vi al Padre tocar el pene del D.», fue el comentario que hizo en enero de 2009, Schiaffino a la secretaria del templo María Auxiliadora de Concepción, Miriam Insulza, reveló El Desconcierto.

«D» era un joven de 13 años que estudiaba en el Colegio Salesiano de Concepción.

La secretaria no tenía una buena relación con el sacerdote, le había dejado pasar varias, pero el comentario realizado por el chofer del religioso provocó que enviara un correo electrónico al provincial de la congregación Leonardo Santibáñez contando la situación.

«Desde un tiempo a esta parte, permanentemente y la mayor parte del tiempo está en la oficina con el niño de 13 años de edad, alumno del Colegio, siendo sorprendidos en actitudes de índole sexual, específicamente caricias y tocaciones en los genitales del menor”, refiere el correo enviado en enero de 2009.

La secretaria agrega que ha sido testigo habitual de este tipo de situaciones y que le preocupa porque se trataría de “un niño de bajos recursos y eso lo hace ser más vulnerable, ya que el Padre le da dinero, le compra cosas, ropa, regalos…”.

Muñoz ya había sido denunciado por estas prácticas antes, es más, en 1990, también recibió denuncias cuando se desempeñaba como capellán de Carabineros.

Pese a todas las acusaciones, los episodios fueron considerado como una suerte de borrón y cuenta nueva.

 En ninguna de las misivas encontradas se plantea la apertura de una investigación canónica previa, cómo estima la normativa eclesiástica, sino más bien el inicio de una operación para sacar a los agresores y evitar algún escándalo.

Además de Muñoz, se nombran a sacerdotes como Sergio Aravena, Rimsky Rojas y Carlos Ordoñez. Todos, con el mismo destino, operación para sacarlos y evitar los fuertes escándalos.  


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