En la parte I de este trabajo sostenía que Alemania bajo [Olaf] Scholz –cuyas bases fueron sentadas, en forma evidente por la ex canciller Angela Merkel– trabajó incansablemente por situarse como uno de los principales países en proporcionar apoyo financiero y militar a Ucrania, un país que es visto como mercado, propiedad de tierras agrícolas y paso de un comercio en el cual Alemania no quiere quedar fuera. Una Alemania que con sus pasos de provocación a Rusia se acerca, peligrosamente, a una confrontación directa.
La guerra en Ucrania y el apoyo sostenido al régimen neonazi kievita, le ha proporcionado a Berlín la posibilidad de rearmarse y salir a la palestra como potencia militar, ya sea en la producción de armas como también en la venta de ellas a través de su poderoso complejo militar industrial. Esto, en un marco de clara confrontación contra Rusia, a quien está provocando una y otra vez con la decisión de proveer con miles Taurus, tanques Leopard, y capacitación en los sistemas de defensa Patriot estadounidense (en un campo de entrenamiento militar en el norte de Alemania, en el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental), al mismo tiempo del adiestramiento de pilotos en el manejo de los aviones F-16. A ello adicionemos un paquete financiero de 500 millones de euros, que se suma a los miles de millones entregados incluso antes del inicio del conflicto militar con Rusia en febrero de 2022 (1). Las promesas de seguir entregando armas al régimen kievita se verificaron en la visita efectuada el día 11 y 12 de junio por parte del mandatario ucraniano Volodimir Zelensky y sus conversaciones con el ministro de guerra alemán, Boris Pistorius.
A lo grave de todo este panorama se une a la decisión, tanto de Washington como de Alemania, de autorizar a Zelensky para atacar, con sus armas, objetivos en suelo ruso. Esto resulta en extremo peligroso, pues se trata de misiles de largo alcance, que han alcanzado blancos a más de mil kilómetros del frente de guerra. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha advertido en reiteradas ocasiones que Alemania está jugando con fuego al suministrar armas que ataquen objetivos en suelo ruso: “Esto, porque significaría la participación directa de Alemania en la guerra contra la Federación Rusa, y así nuestro país se reserva el derecho de responder de manera similar”. Putin ha agregado que Rusia está “de nuevo” amenazada por tanques alemanes, como en la II Guerra Mundial, advirtiendo a Occidente que, en esta nueva guerra, Moscú tiene “con qué responder a quienes amenacen su seguridad” (2), palabras que han sido entendidas en Occidente como la posibilidad cierta del uso de armas nucleares tácticas en suelo europeo.
Por su parte, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, en declaraciones efectuadas desde el inicio del apoyo múltiple otorgado por Europa a Ucrania, ha señalado, en forma específica con relación al apoyo alemán, que este país, “eterno enemigo de Rusia, debe tener presente que aquellos alemanes que quieran un ataque contra nuestro país deben estar preparados para un desfile en Berlín” (3). En el caso del presidente ruso, Vladímir Putin, reiteró que Rusia está “de nuevo” amenazada por tanques alemanes, como en la II Guerra Mundial, advirtiendo a Occidente que, en esta nueva guerra, Moscú tiene “con qué responder” a quienes amenacen su seguridad.
El IV Reich alemán está en pleno desarrollo y ello ciega y niega cualquier posibilidad de encuentro con un país como Rusia, decidido a entablar una nueva guerra patria en defensa de la madre Rusia, si ello se convierte en una realidad. Europa y las ideologías totalitarias que nublan el razonamiento de sus líderes políticos y militares están dispuestos a sacrificar a cientos de millones de seres humanos ante la posibilidad cierta de un conflicto que escale incluso hasta alturas nucleares. El Cuarto Reich se está construyendo a pasos agigantados, más amplio que aquel sólo conformado por Alemania, constituyéndose en un amasijo de ideas que tan trasnochadas como totalitarias pretenden destruir toda disidencia al amparo de lo que consideran su enemigo principal, Rusia en lo político militar y China en lo comercial y su camino de multilateralidad (4). Una Europa con un padre putativo poderoso, que comenzó su construcción incluso antes del término de la Segunda Guerra Mundial, cuyas ideas de una Europa sin pensamiento de países propios y soberanos se comenzaron a tejer al amparo del Tercer Reich.
Recomiendo en esta línea leer el análisis de un analista como Fabrizio Poggi (5) que nos da luces sobre lo mencionado en su artículo “Il Quarto Reich«, escrito para el medio L’Antidiplomatico, donde señala: “Según un antiguo informe de la inteligencia militar estadounidense conocido como el Informe de la Casa Roja (EW-Pa 128), el 10 de agosto de 1944 se celebró una reunión secreta en Estrasburgo, a la que asistió el Obergruppenführer de las SS, Dr. Scheid, en la que los nazis dieron instrucciones a un grupo de élite de industriales alemanes para que planificaran la reconstrucción de Alemania tras la guerra y trabajaran para crear un «imperio alemán fuerte». Se pidió a los industriales que «tomaran medidas con vistas a una campaña comercial a gran escala» una vez finalizada la guerra, forjando «contactos y alianzas con empresas extranjeras, a nivel individual». Fue en esta dirección en la que se movieron los banqueros e industriales alemanes después de 1945, entre ellos Hermann Abs, que entró a formar parte del consejo de administración del Deutsche Bank y del consejo de supervisión de I.G. Farben durante el ascenso nazi”.
Por Pablo Jofré Leal
Artículo para HispanTV
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NOTAS
- “Dos años después del comienzo de esta terrible guerra, hoy enviamos un mensaje muy claro al presidente ruso: No cejaremos en nuestro apoyo a Ucrania”, subrayó Scholz. Calculó las entregas y promesas de ayuda militar de su país hasta el momento en un total de 28.000 millones de euros. El acuerdo alemán, que tiene una validez de 10 años, pone en relieve la “intención de Alemania de proporcionar apoyo militar a largo plazo a las fuerzas de seguridad y defensa de Ucrania”. Indica que Alemania y Ucrania “trabajarán juntas para garantizar una fuerza sostenible capaz de defender a Ucrania ahora y disuadir futuras agresiones en el futuro”. https://apnews.com/world-news/general-news-e724d3c25a00639b430f70667e16aa0 ↩︎
- https://www.hispantv.com/noticias/rusia/560019/putin-amenaza-tanques-alemanes-guerra ↩︎
- https://es.irna.ir/news/85090159/Medvedev-alerta-que-Rusia-hundir%C3%A1-al-Reino-Unido-y-que-Alemania ↩︎
- https://www.hispantv.com/noticias/rusia/560053/ucrania-occidente-armas ↩︎
- En 1946, Abs se convirtió en miembro de la «Liga Europea para la Cooperación Económica, un grupo de presión que aspiraba a la creación del Mercado Común, precursor de la UE», como afirma el periodista británico Adam LeBor, quien añade que la Liga desarrolló una política de integración europea, como habían propuesto los nazis en aquella época. En el libro Europe’s Full Circle, Rodney Atkinson elabora una lista de instituciones políticas propuestas por los nazis, muy similares a las actuales instituciones de la UE: Europäische Wirtschaftsgemeinschaft – Comunidad Económica Europea, por ejemplo. Las bases de la UE en forma de moneda única europea también fueron sentadas a mediados de la década de 1950 por el infame Grupo Bilderberg, uno de cuyos principales fundadores fue el príncipe Bernardo de Holanda, antiguo miembro del NSDAP y ex oficial de las SS. Ya antes, en su libro de 1940, La Comunidad Europea, el ministro de Economía nazi Walter Funk había hablado de la necesidad de una “Unión Centroeuropea”, un “Espacio Económico Europeo” e incluso de tipos de cambio fijos, afirmando que «ningún país de Europa puede alcanzar un alto nivel de libertad económica compatible con todas las exigencias sociales… la formación de amplias zonas económicas se deriva de la ley natural del desarrollo… en Europa regirán los acuerdos interestatales… en determinados casos hay que estar dispuesto a subordinar los intereses propios a los de la generalidad”. También en 1940, Joseph Goebbels había tomado medidas para la creación de una “unión económica a gran escala de Europa», creyendo que la gente en los «años 50 ya no pensaría en términos de sus propios países». Esta idea ha sobrevivido a la derrota de Alemania, concluye Veremeev: “la Unión Europea se ha establecido oficialmente y hoy se está convirtiendo sin vacilar en un nuevo Reich nazi… pero ¿qué Reich puede existir sin su propio y poderoso ejército? Por eso se habla hoy en la UE de crear sus propias fuerzas armadas (a pesar de la existencia de la OTAN)». https://www.lantidiplomatico.it/dettnews-il_quarto_reich/45289_51425/ ↩︎