El candidato al Consejo Constitucional por los escaños reservados de los pueblos originarios, Alihuén Antileo, dio una entrevista exclusiva a El Ciudadano, donde expresa su preocupación por los diferentes métodos que se han venido utilizando desde el ente electoral de Chile, para de alguna manera minimizar a los movimientos indígenas y darles menos protagonismo en los espacios electorales en este importante proceso constituyente.
La formas son variadas, no obstante, el candidato hace una exposición clara, de los diferentes elementos que han venido problematizando la participación de los pueblos nativos y como esto a tenido una repercusión en la participación de candidatos de etnias minoritarias, con lo que se pretende, -desde el punto de vista del entrevistado-, desaparecerlos del mapa electoral, generando un «genocidio» de estos grupos originarios.
Esta visión pudiese dar a entender procesos racistas que aun subyacen en la estructura social de Chile, por lo que, es de importancia vital abordarlas, para de esta manera, se puedan resolver, -desde el diálogo y la paz-, un proceso que genere, la equidad social sin discriminación de ningún tipo.
Periodista: ¿Sigue siendo Chile un país racista?
R: Sí, claramente. A pesar de que ha habido una evolución positiva en las últimas décadas, sobre todo en los sectores más jóvenes, en las nuevas generaciones, sin embargo, sigue habiendo racismo en todo ámbito y también en el institucional. Prueba de ello son las condiciones que nos dejaron en este segundo proceso constitucional, en el consejo constitucional, donde nosotros no tenemos participación en el comité de expertos.
De los 24 expertos, no quedó ningún indígena. En el comité de admisibilidad, que también está presente, de los 12 seleccionados por el congreso, tampoco quedó ningún indígena. En el Consejo Constitucional, que es el único órgano democráticamente electo, nos pusieron una serie de barreras para que nosotros no estemos.
P: Entiendo que en el primero proceso fueron 17 escaños y 90 candidatos. Ahora le han puesto una circunscripción de todo el país y solamente se han presentado dos candidatos.
R: En la primera convención hubo 90 candidatos, de todos los pueblos indígenas y en todas las regiones, por lo tanto, había una información, una cobertura indígena en todas las regiones y grandes ciudades, y eso era muy positivo, porque era el clima post 18 de octubre.
Ahora nos pusieron una condición que es, en las circunstancias anteriores, la que tuvo más votos fue la machi Francisca Linconao con 15.000 votos, es la cifra más alta. Una muy buena votación.
En esta oportunidad, los sectores conservadores impusieron un acuerdo, en el cual, nos establecen que para que tengamos un escaño, 190.000 votos, 13 veces más que la votación indígena registrada en los últimos 40 años.
P: O sea, una cifra imposible, para que en el fondo no tengan representación.
R: Eso es, en definitiva, si hay que decir las cosas como son. Lo pusieron en tal manera difícil. Para que se entienda numéricamente, el pueblo chango, que es uno de los 10 pueblos reconocidos, por ley, tiene aproximadamente entre seis y siete mil habitantes.
Por lo tanto, cómo con seis mil vas a llegar a 190.000, por lo tanto, desistieron en presentarse. El pueblo rapamiu, tiene alrededor de 15.000 habitantes, por lo tanto, desistieron y así gradualmente, se fueron desistiendo todos los pueblos indígenas, excepto el pueblo mapuche, porque nosotros somos numéricamente más.
Pero igual pasar de 15000 a 190000 es una cifra enorme, entonces, la voluntad que subyace en esa medida es que desaparezcamos, que no estemos en este futuro consejo constitucional.
Por eso nosotros hemos llegado a hablar de una suerte de “genocidio electoral”, en el sentido de que por la vía administrativa y las condiciones que nos pusieron es que no estemos, que desaparezca y el genocidio apunta eso.
Es que un pueblo o un sector de un pueblo, por razones absolutamente, discriminatoria no esté, o esa es la base del genocidio, se elimine físicamente o culturalmente, y en este caso es electoralmente.
Entonces, ante esta situación, también hubo muchos candidatos mapuches que no se presentaron, y solo quedamos dos. Anteriormente habían 90 y hoy solamente hay dos.
También hablamos de la otra barrera es que tenemos que hacer campañas nacionales, como si postuláramos presidente de la República, y eso representa un desafío logístico, financiero, muy difícil.
Sin embargo, nosotros dijimos que tenemos que tratar de romper esta exclusión y que pensamos que por lo menos quede uno de los dos candidatos, y vamos a representar, al pueblo mapuche y a los otros pueblos indígenas.
Eso es lo que queremos decir, por eso nuestra campaña está dirigida a otros pueblos, para que entienda, y eso consta, porque lo presentamos en la cámara de diputados, a los partidos políticos y al senado, diciendo que los propios pueblos indígenas tenían que tener su propia representación y que esta fórmula los dejaba afuera.
P: Entonces, la única forma de derrotar este genocidio electoral es que puedan reunir 190.000 votos y que pase uno.
R: Sí, porque para que pasen dos tiene que tener 450.000 votos nos pidieron. Eso es algo nunca antes visto en la historia de Chile.
P: ¿Cuántas son las papeletas para pueblos originarios?
R: Hay un padrón nacional electoral indígena que son un millón 300 mil personas, pero se da el fenómeno que no se informa que existe un millón 300 mil, por lo tanto, no piden la papeleta verde, no conoce el mecanismo, porque es un mecanismo que se está empleando hace dos años, hay una enorme cantidad, la mayoría de los indígenas no lo sabe y no lo ocupa.
P: Quiero invitarlo para que haga el llamado para que este 7 de mayo pida esa papeleta
R: Hermanos, de todos los pueblos indígenas de chile, y del pueblo mapuche en particular, le hacemos un ferviente llamado que ocupe la papeleta verde, de escaños reservados para pueblos indígenas.
Va a haber dos papeletas, una blanca para no indígenas y una verde. En esta verde verán dos candidatos, ustedes la piden. El 98% de los indígenas están empadronado en un registro electoral indígena y pueden hacer uso de ella.
Aquellos indígenas que viendo las condiciones en lo que estamos, quieren anular, le pedimos que ocupe y anule en la papeleta verde, así queda constancia de un voto de protesta indígena, ante la circunstancia de exclusión a la que nos han querido someter los sectores más conservadores de este país.
Si ustedes votan, se marca el peso político electoral de las demandas indígenas, y lo peor que nos puede pasar, es que no ocupemos esta papeleta, y después a la hora, el día después, cuando hagamos presentación en regiones o a nivel nacional, nos dirán qué es lo que pesa si no fueron a votar.
P: Es el momento de revertir una sensación que quedó del primer proceso constituyente. Ganó el rechazo, con una campaña de noticias falsas, boicot a la misma democracia, pero se pone el foco donde ganó más el rechazo, es donde hay más poblaciones indígenas ¿Usted cree que la gente votó de esta forma porque no hubo la información necesaria?
R: Hubo de las dos cosas. Por ejemplo, por cifras, en Cañete, Quirua, Los Sauces, la zona roja del conflicto mapuche, el promedio del rechazo fue de un 77%-78%, eso es real, las cifras no mienten, pero también es cierto, que uno o dos meses antes del plebiscito, un grupo radical mapuche, llamaron a ofensivas de sabotaje, previos a la elección, y esto reforzado a un clima entorno a la seguridad, a la delincuencia, de que el país se iba a desmembrar, generó el temor en varios sectores.
Instalaron el miedo, el terror, y ante el temor ofrecieron una alternativa que es la seguridad. Y es tan así, que, si ven la franja electoral de los sectores conservadores en Chile, el 50% – 60% gira entorno a la seguridad, porque instalaron el tema y lo siguen trabajando.
P: La franja televisiva. Ustedes tenían asignado 31 segundos, pero se lo han reducido a siete segundos.
R: Esto es una medida arbitraria, por lo siguiente. En el último proceso electoral, el Consejo Nacional de Televisión, estableció un reglamento que está ahí, que dice los pueblos originarios por ser el 13% de la población, le corresponde tal segmento del espacio de la franja televisiva gratuita electoral, y eso daba 31 segundos. Ahora, nosotros fuimos a hacer uso del mismo espacio, con el mismo criterio, seguimos siendo el 13% de la población, no ha cambiado nada en un año. Ahí nos notificaron de que, por decisiones internas, administrativas de ellos, cambiaron el reglamento, y a ustedes le corresponde otras cifras, y cuando preguntamos qué cifra es: pasamos de 31 segundos a siete segundos.
Estamos ahora con otro reglamento. Ahora ¿cuál es la razón para cambiar un año a esta parte? Eso es lo que llamaos un genocidio electoral, un nuevo boicot, un nuevo corta piso a los pueblos originarios.
P: ¿Qué es lo que usted quiere representar y quiere poner sobre la mesa en este proceso constituyente 2?0 si resulta electo?
R: Acá lo que a nosotros nos interesa es el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas, de los derechos colectivos de los pueblos indígenas. Eso nos parece que es lo que podemos lograr en estas condiciones. No nos podemos olvidar que hay un acuerdo marco, que dejó fuera varias de nuestras demandas. Quedó por fuera, por ejemplo, en ese acuerdo marco, la plurinacionalidad, no la podemos plantear. Legal y constitucionalmente nos vetaron, incluso, aspectos de fondo, de contenido. Por eso vamos por el reconocimiento constitucional.
Nos interesa la participación política ¿En qué sentido? Estar en el Parlamento, para incidir en elementos relevante, como la discusión del Presupuesto Nacional. Es ahí donde se decide. La discusión del presupuesto nacional se discute en el congreso. Es una atribución exclusiva del Congreso, y va a permanecer así con este nuevo consejo.
Ahí se aumenta la partida presupuestaria, ya sea obras públicas, educación, salud viviendas, y otros, y una de esas es el tema indígena, el ministerio de desarrollo social. Por lo tanto, si no tenemos incidencia en esa ley, podemos estar 20 años pidiendo, pero no va a haber aumento, porque los que van a decidir son otros.
Quienes discuten esto son 155 diputados y diputadas. Actualmente, sin escaños reservados, tenemos dos diputadas. Como comprenderán, es cuestión de levantar la mana, y la incidencia que nosotros tenemos para modificar la ley de presupuesto es mínima, por no decir nula.
P: ¿Cómo es la fórmula que usted plantea para el Parlamento?
R: Escaños reservados para los pueblos indígenas. Si somos 13%, deberíamos alcanzar 21 escaños. Eso es lo que nos corresponde, desde el punto de vista democrático, demográfico.
Hay un tema de discusión, democrático, conceso, acuerdos. Por eso se llegó a la cifra de 17 escaños en la primera convención. Porque nosotros teníamos 21, pero los sectores conservadores dijeron al principio, durante un año, solo tres querían. Se logró 17.
Ahí si tendríamos la capacidad de incidir. Eso sería a nivel nacional. Nosotros planteamos la participación, pero con una descentralización administrativa, tributaria, económica y cultural de las regiones ¿Por qué? Porque las regiones tienen que tener mayores atribuciones, para diseñar políticas económicas, para saber que inversiones quieren o no quieren en su región, pero no tienen su atribución legal, y queremos que lo tengan.
Dentro de eso, queremos que se incorpore un acápite para aspectos culturales: educación, por ejemplo, rescate y revitalización de nuestras lenguas.
Eso es lo que queremos plantear, pero no solo a los indígenas, sino a los ciudadanos de región, y en aquellas regiones donde hay indígenas que incida también.
Nosotros estamos conscientes que somos una minoría, somos el 13%, no podemos imponer criterios a la mayoría. Nos gustaría que tuvieran presente, somos parte de las regiones.
P: ¿Cuál es el mayor sueño que tiene?
R: Vivir en un país tolerante, por mi experiencia de vida, es lo más satisfactorio que podría tener.De la diversidad de todo tipo, cultural, política, sexual, de todo tipo. Que viviéramos y pudiéramos convivir con respeto. Ese es mi gran sueño.
Por mi edad, me tocó vivir aspectos de la vida que era la intolerencia, y la falta de garantía democrática era pan de todos los días, no quiero volver a vivir esto. Me gustaría verlo, pero que lo vivan las futuras generaciones, un país tolerante, diverso, inclusivo, intercultural, eso me gustaría. Fraterno.
Teniendo eso, que se transmita en los países vecinos, un país que busque generar una zona de paz en América Latina. Que no gastemos los recursos que gastamos en armarnos, en tener ejércitos poderosos, sino más bien tener recursos en América Latina para el desarrollo de nuestros pueblos, porque tenemos la suerte de vivir en el continente más privilegiado que tiene el planeta.
Tenemos las condiciones para vivir muy bien, y sin embargo, por la codicia de algunos pocos, de minorías, vivimos mal. Ellos han transmitido esa situación de enemistad, de conflicto, de intolerancia, por mantener esos privilegios, hacen que estemos como estamos como países, y eso me gustaría cambiar.
No quiero nada con la intolerancia, le temo a la intolerencia, pero también la desprecio, y por eso me motiva para cambiar las condiciones de mi país, y que podamos reencontrarnos todos sin fracturas, sin resquemores, sin racismo, sin intolerencia. Ese es mi gran sueño.
P: Son nuevamente las cámaras
R: Este siete de mayo se decide cosas importantes, cambiar la constitución se produce cada 30-40 años. Los invito a salir del estado de ánimo, de pasividad, de desconfianza y derrota, y concurrir, votar por aquellos que queremos cambiar el país de mejor manera.
A los pueblos indígenas, ustedes saben que ha sido difícil para nosotros todo. En este momento, si no se cambia la Constitución, vamos a quedar con cero derechos. 220 años de historia republicana, de historia constitucional, y no tenemos ninguna consagración, ni una línea
A esos los invito, a participar, a votar por la papeleta verde, escaños reservados, pueblos indígenas, número 40. En este caso yo soy el número 40.
Sigamos adelante, nuestra historia de resistencia es milenaria, hoy en día tenemos un escenario adverso, qué duda cabe. Lo reconocemos, pero también sabemos que como pueblos indígenas estamos condenados a ser optimistas, a organizarnos, a tomarnos las mano fraternalmente, y a continuar y seguir avanzando junto a los sectores populares chilenos.
Ojalá que nos vaya bien y podamos tener al menos un representante en el futuro Consejo Constitucional.
El Ciudadano