El presidente de Bolivia, Luis Arce, restituyó el Ministerio de Culturas, denominándolo además de Descolonización y Despatriarcalización, y designó ministra a Sabina Orellana, una dirigente campesina de origen quechua.
«Cumpliendo nuestra promesa, restituimos el Ministerio de Culturas, abriendo la presencia y participación de la rica diversidad plurinacional en la reconstrucción de nuestra dignidad y soberanía», dijo Arce tras tomar juramento a la nueva jerarca, cuarta mujer en su gabinete de 16 miembros.
El Ministerio de Culturas fue cerrado en junio por la presidenta transitoria Jeanine Áñez (2019-2020), arguyendo dificultades económicas, aunque colectivos de artistas y operadores culturales calificaron la medida como un ataque político a los programas de inclusión social y descolonización del Gobierno de Evo Morales (2006-2019).
«Nunca serán un gasto absurdo»
Arce dijo que el Ministerio de Culturas utilizará en parte fondos ahorrados con la fusión de los ministerios de Hidrocarburos y de Energía, y rechazó el argumento con el que Áñez cerró esa oficina.
«Los artistas nunca serán un gasto absurdo», sentenció en un acto previo a la posesión de Orellana, refiriéndose al calificativo de «absurdo» que la exgobernante dio a varios programas del pasado Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), entre ellos, Culturas.
El mandatario llamó a desarrollar políticas culturales inclusivas de todas las naciones que integran Bolivia y aseveró que el colonialismo y el patriarcado «se basan en el establecimiento de relaciones desiguales e injustas» que es necesario revertir.
«Una patria descolonizada»
Por su parte, Orellana, dirigente de la Confederación de Mujeres Campesinas «Bartolina Sisa», se declaró orgullosa de sus raíces quechuas y advirtió que una de las tareas pendientes en Bolivia es la eliminación del racismo y la discriminación.
«Debemos construir una patria descolonizada y despatriarcalizada, orgullosa de su raíces y su gran herencia cultural», afirmó.
En diálogo posterior con reporteros dijo que una de sus primeras tareas será tratar de poner fin a los grupos irregulares de ultraderecha que contribuyeron al derrocamiento de Morales hace un año y que denunciaron sin pruebas un supuesto fraude en las elecciones del mes pasado.
Esos grupos no son solo violentos, sino principalmente racistas, afirmó Orellana.
Fuente: Agencia Sputnik.