Asesinados varios palestinos durante redada israelí en Jericó

Más de 40 palestinos, entre ellos niños, han sido asesinado desde principios de 2023

Asesinados varios palestinos durante redada israelí en Jericó

Autor: Anais Lucena

Varios palestinos resultaron asesinados por parte de las fuerzas israelíes, durante una redada realizada por el ejército en la ciudad ocupada de Jericó, en Cisjordania, en medio de una escalada de tensiones y violencia bilateral.

A través de una comunicación, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), informaron que “varios asaltantes armados murieron después de disparar contra los soldados de las FDI que operaban en el área” durante la noche del domingo.

Agregaron que los objetivos de la redada del lunes eran sospechosos de un intento de ataque a un restaurante en el cercano asentamiento israelí de Vered Yeriho el fin de semana pasado, en el que dos hombres armados con presuntos vínculos con Hamas intentaron disparar a los comensales, pero huyeron después de que sus armas se atascaran.

Trascendió que el número de palestinos fallecidos asciende a siete, aunque el Ministerio de Salud de Palestina no ofreció detalles y solo se limitó a decir que tres personas habían sido hospitalizadas después de recibir disparos de las fuerzas israelíes. Según informes palestinos, fue arrestado Shaker Amara, un alto funcionario del grupo militante Hamas

Durante la incursión nocturna en el campo de refugiados de Aqabat Jabr, ubicado en la entrada sur de la ciudad oasis en el valle del Jordán no hubo bajas israelíes.

Este suceso se produce en medio del aumento de violencia más mortífero en años en Cisjordania e Israel y ha exacerbado las preocupaciones existentes de que la ola violenta de casi un año en las ciudades de Jenin y Nablus, en el norte de Cisjordania, esté a punto de engullir otras áreas

Más de 40 palestinos, entre ellos niños, han sido asesinado desde principios de 2023, principalmente durante operaciones del ejército israelí para arrestar a militantes buscados, mientras que el año pasado fue el más sangriento registrado en Cisjordania e Israel desde la segunda intifada de principios de la década de 2000, que dejó unos 3.000 palestinos y 1.000 israelíes muertos.

Las Naciones Unidas, EE. UU. y otros organismos internacionales han pedido moderación en ambos lados, pero la situación de seguridad no muestra signos de mejora, reseña The Guardian.


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