Fue el pasado 16 de octubre cuando el diputado Mauricio Ojeda (IND-Republicano) entregó a la Policía de Investigaciones su teléfono celular de forma voluntaria, esto en medio de la investigación que llevaba la fiscalía por el traspaso irregular de $730 millones de pesos desde el Gobierno Regional de La Araucanía a las fundaciones Folab y Educc, pertenecientes a una amiga personal de Ojeda.
Si bien en aquel entonces el parlamentario no se encontraba en calidad de imputado, buscaba enviar una señal a la opinión pública de que no tenía «nada que ocultar».
«He entregado absolutamente toda la información que manejo al respecto. Y digo esto de frente al país, porque cuando no tienes absolutamente nada que ocultar, tú tienes que estar a disposición, porque no existen seres intocables, como hemos podido ver que en nuestro país y en la política», declaró Ojeda ante la prensa en aquel entonces.
«Les puedo garantizar que jamás en mi vida he tocado un peso ajeno, y mucho menos, recursos que sean del Estado, vale decir, de la gente más pobre de nuestro país», agregó.
Meses después de estas declaraciones, el episodio volvió a resurgir tras revelarse que el celular entregado ese día por Ojeda se encontraba completamente destruido. En la declaración de su defensa, se argumentaba que el hijo de tres años del parlamentario lo había roto en una «jugarreta». Sin embargo, los daños eran tales que la PDI cree que el equipo pudo ser arrollado por un vehículo.
«Es del caso comentar, respecto del equipo móvil, que el mismo sufrió daños el pasado día 12 de octubre, fecha en la cual el hijo de tres años de edad lo tomó y lo destruyó en medio de una jugarreta», señaló el abogado de Ojeda al hacer entrega del equipo.
El peritaje realizado por los expertos de la PDI determinó que el celular presentaba la pantalla táctil quebrada y daños estructurales incluso en la tarjeta electrónica principal:
«De las inspecciones efectuadas a la especie se determinó que el teléfono celular presentaba daños en su estructura, observándose que su pantalla táctil se encontraba quebrada y desprendida del cuerpo principal», señala el informe.
«Además, se establece que la tarjeta electrónica principal del teléfono celular presentaba algunos daños estructurales, no pudiendo determinar si sus módulos que la componen se encontraban en buen estado de funcionamiento debido al daño general que presentaba el equipo», añade.