El Mundial de Fútbol Femenino de la FIFA, Australia & Nueva Zelanda 2023 comenzará en solo 50 días, cuando a mediados del mes de julio las selecciones nacionales de cada país se disputarán el puesto de campeonas del mundo.
Los organizadores de este importante evento deportivo, destacaron el enfoque al que le dieron prioridad para convertirse en un nuevo modelo de referencia en inclusión y sustentabilidad, la cual se centra en accesibilidad, medio ambiente, derechos humanos y salvaguardia.
El jefe del Departamento de Sustentabilidad y Medio Ambiente de la FIFA, Federico Addiechi, destacó que “tenemos una oportunidad increíble de aprovechar la visibilidad y el interés del fútbol femenino”, por lo que hizo énfasis en “la responsabilidad de velar por que nuestro torneo reduzca al mínimo los efectos negativos y aumente al máximo los positivos que tiene en las personas, la sociedad, la economía y el medio ambiente”.
Por su parte, la responsable de sustentabilidad del torneo para Australia y Aotearoa Nueva Zelanda, Sheila Nguyen, sostuvo que “sabemos perfectamente que el nuestro es uno de los muchos eventos internacionales que habrá aquí, y aspiramos a que nuestro trabajo sirva para mejorar, avanzar y plantar las semillas de ideas y acciones”.
En este sentido, agregó que “evaluamos todas las ideas y, si son novedosas y aportan mejoras, queremos ponerlas en práctica. Por pequeñas que sean, abrirán una puerta y eso allanará el camino para que otros sigan el ejemplo. Luego podremos compartir lo aprendido con otros eventos que vayan a celebrarse”.
“Las culturas de las Primeras Naciones y maorí estarán representadas de forma destacada en las ceremonias del torneo, y se ha integrado a las dos en la imagen de marca del torneo. Con ese mismo objetivo, las denominaciones de las ciudades anfitrionas incluyen también los topónimos tradicionales, otro reconocimiento a las culturas indígenas de ambas naciones”, manifestó Nguyen.
Nguyen resaltó que la edición de 2023 será la primera de un Mundial femenino en la que se aplique un programa integral de salvaguardia, por lo que “es una esfera complicada, ya que implica a las nueve sedes, que tienen sus propios servicios gubernamentales, comunitarios y profesionales que responderán de manera singular”.
Por otro lado, “desde el punto de vista de los materiales, empieza en la fase de adquisición: se traduce en que evaluamos lo que traemos al torneo y lo que construimos de manera que los residuos que se destinen a vertederos sean los mínimos posibles y se reduzca al máximo la contaminación”.
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