Imagen portada: Publicada en diario El País (España), bajo el titular: “El calentamiento global y la salmonicultura amenazan a los bosques de algas gigantes de la Patagonia chilena”
Alerta en la Patagonia: Bosques de macroalgas, vitales para el planeta, en riesgo por calentamiento global y salmonicultura
Una investigación publicada en El Diario El País a fines de enero de 2025 y que sigue resonando, reveló que los bosques de algas gigantes de la Patagonia chilena enfrentan graves amenazas debido al calentamiento global y la expansión de la industria salmonera. El estudio, realizado por el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) de Chile, identificó que estas macroalgas, esenciales para la mitigación del cambio climático y la protección de los ecosistemas marinos, están bajo presión en tres áreas protegidas del extremo sur del país.
Los fiordos de la Reserva Nacional de Guaitecas, al norte de la Patagonia, son uno de los puntos críticos. Allí, la salmonicultura intensiva, con más de 300 concesiones activas, se ha convertido en la amenaza dominante. Según la investigadora María José Martínez-Harms, académica de la Universidad Santo Tomás y autora principal del estudio, las flotas de transporte asociadas a esta industria también generan impactos significativos en los bosques de algas, especialmente en los fiordos centrales de la reserva.
En el Parque Nacional Isla Magdalena, ubicado en el estrecho sur de Chile, el cambio climático emerge como la principal amenaza, agravado por actividades de salmonicultura. Martínez-Harms explicó que, aunque las concesiones acuícolas son menos numerosas en esta zona, la combinación del aumento de las temperaturas y la industria salmonera exacerba los riesgos. “En escenarios sin cambio climático, la acuicultura sigue siendo un factor de riesgo, pero el calentamiento global intensifica la amenaza”, señaló.
La Reserva Kawésqar, en la Patagonia más austral, también presenta niveles de riesgo, aunque en menor intensidad. Los investigadores del IEB destacaron que estos bosques de algas no solo son sumideros de carbono cruciales para combatir el cambio climático, sino que también protegen las costas de eventos climáticos extremos y actúan como filtros biológicos, previniendo la eutrofización y manteniendo la calidad del agua.
Las macroalgas, en particular la especie Macrocystis pyrifera (huiro flotador), pueden alcanzar hasta 70 metros de altura y son fundamentales para estructurar hábitats marinos. Estos bosques submarinos, distribuidos a lo largo de la costa chilena, destacan por ser uno de los pocos ecosistemas marinos casi inalterados por actividades humanas a nivel mundial. Sin embargo, su futuro está en peligro.
Frente a esta crisis, la Campaña Bosques Azules, impulsada entre 2023 y 2024, buscó concientizar sobre la importancia de estos ecosistemas. Bajo el lema “Salvemos los Bosques Azules de la Patagonia”, la iniciativa ciudadana promovió prácticas sostenibles y políticas de conservación efectivas. La campaña destacó que estos bosques marinos, dominados por huiros y cochayuyos, son esenciales para mitigar el cambio climático y mantener el equilibrio ecológico marino.
A pesar de su relevancia, los bosques azules enfrentan amenazas crecientes, como la deforestación marina debido a la extracción excesiva de algas para industrias alimentarias, farmacéuticas y cosméticas. Carolina Camus, directora del Núcleo Milenio de Agronomía Marina de Algas (MASH), propuso el cultivo de algas como una solución sostenible. “El cultivo no solo provee biomasa y reduce la presión sobre las praderas naturales, sino que también ofrece servicios ecosistémicos”, explicó durante su participación en el Congreso Futuro 2025, destaca la publicación del diario El País.
Cabe consignar, que la Campaña Bosques Azules urgió a implementar estrategias que respalden la investigación científica, promuevan la concientización y establezcan normativas para garantizar la preservación a largo plazo de estos ecosistemas. “Proteger los bosques azules no solo resguarda la biodiversidad marina, sino que fortalece la resiliencia frente al cambio climático y protege el corazón mismo de los océanos”, señalaron desde la iniciativa.
En un contexto donde las cumbres mundiales sobre cambio climático comienzan a reconocer la importancia de estos ecosistemas, la investigación del IEB resuena como un llamado urgente a la acción. La preservación de los bosques de algas gigantes aparecen no es solo como una prioridad ambiental, sino una necesidad global para asegurar el futuro del planeta, destacan diversos científicos.