Luto e indignación en Río de Janeiro. El asesinato a balazos de la concejala de izquierda Marielle Franco, una reconocida defensora de los derechos humanos y crítica tenaz de la violencia policial, conmocionó a esta ciudad militarizad.
El horro causado por ese asesinato, movilizó a decenas de miles de personas en todo Brasil que exigieron justicia entre lágrimas y gritos de rabia por el brutal ataque político.
Franco, de 38 años y figura ascendente del opositor Partido Socialismo y Libertad (PSOL), fue acribillada dentro del auto en el que se trasladaba en la zona central de Río el miércoles por la noche, al volver a su hogar luego de participar de una reunión política de mujeres negras, tal como informamos en El Ciudadano.
Se sospecha que fue un crimen planeado porque los nueve disparos se realizaron desde otro vehículo que se puso a la par del de Franco y apuntaron al asiento trasero derecho, donde iba la concejala.
En el ataque murió también el conductor de la popular activista, mientras que una asistente de Franco, que viajaba en el asiento de acompañante delantero, resultó herida por el estallido de los vidrios. No hubo ningún intento de robo, informa La Nación.
“Las características de ejecución son muy nítidas. Queremos que se investigue lo más rápido posible. No es por cada uno de nosotros, es por Río”, reclamó el diputado estatal Marcelo Freixo, principal figura del PSOL y con quien Franco había comenzado su carrera política como asesora cuando, en 2008, él dirigió una comisión parlamentaria que investigó la actuación de milicias paramilitares en las favelas cariocas.
La propia Franco, de raza negra y lesbiana, había nacido y se había criado en el Complejo de Maré, una de las comunidades pobres más violentas de la ciudad. Gracias a becas estudió Sociología, primero, y luego realizó una maestría en administración pública.
Desde temprano se destacó por su activismo a favor de las mujeres, los negros, los homosexuales y los más pobres. “Mataron a mi mamá y a más de 46.000 electores. Resistiremos porque ella fue lucha”, escribió en su página de Facebook la hija de la concejala, Luyara Santos, de 19 años.
Ayer al mediodía, en el centro de Río, una multitud desbordó la plaza de Cinelandia, frente a la Cámara Municipal, donde se realizó el velorio de Franco. Muchas personas llevaron carteles con consignas a favor de las causas que defendía la concejala y al salir su ataúd gritaron de viva voz: “¡Marielle, presente!”. Una larga procesión acompañó sus restos hasta el cementerio.
Experta en temas de violencia y brutalidad policial, Franco había rechazado la intervención militar en la seguridad del estado de Río de Janeiro ordenada el mes pasado por el presidente Michel Temer para poner freno al aumento de la criminalidad.
Reacción internacional y nacional contra el asesinato de Marielle Franco
El ataque contra Franco fue vehementemente condenado por las Naciones Unidas, organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, así como por una larga lista de artistas, entre los que se encontraban el músico Caetano Veloso y el presentador televisivo Luciano Huck.
También expresaron su repudio los expresidentes Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff. Por su parte, el actual jefe de Estado brasileño calificó el asesinato de Franco como “un verdadero atentado al Estado de Derecho y a la democracia”.
Según informaron el ministro de Seguridad Pública, Raúl Jungmann, y el interventor federal en Río, el general Walter Braga Netto, la Policía Federal fue puesta a disposición para ayudar en las investigaciones.
Por su parte, el ministro de Justicia, Torquato Jardim, indicó que el ataque no cambiará en nada la estrategia de intervención militar en Río y pareció restar importancia al caso, al señalar: “Fue una tragedia diaria más en Río de Janeiro.